Varias horas después, del área de cirugías de emergencia salió una enfermera seguida de médico casi tan alto como William, pero con el cabello claro y ojos tan verdes que podrían derretir más de una mujer.
—Doctor han pasado varias horas, por favor necesito que me diga que ella está bien y despertara pronto—No aguantaba tanta espera y desesperación.
—Para ser les sinceros, me encantaría decirles que todo salió perfecto, pero en el trascurso de la operación la llegamos a perder por unos segundos, pero logramos estabilizarla, como la bala rosa el pulmón derecho y los intestinos la zona de operación es muy delicada, esperemos que despierta para ver cómo reacciona su cuerpo.
—Le agradezco la sinceridad, pero ¿Cuándo es que ella va a despertar? ¿Por qué no m
Habían pasado dos días, aunque Mariam había pasado de terapia intensiva a terapia media aún no lograba despertar, la pequeña Diana le permitieran verla cinco minutos donde le pedía que despertaba, le dejo una rosa y se marchó, mientras que en casa de Tatiana y Manuel.—Mi tigre hermoso — Mientras acariciaba su cabello— Te veo como algo molesto o pensativo, tú no eres así mi amor.—No es precisamente que esté molesto, es que no me terminan de cerrar algunas cosas y me parece extraño—Tratando de analizar la situación y no acelerar su juicio.—¿Cómo que extraño? Sé más específico que no termino de entender nada—Mientras se quitaba los pendientes de oro, ya que habían venido de cenar para ver así podían aligerar la tensi&oacu
Al momento en que se dieron cuenta de que por fin había despertado, la alegría era tal que William llenaba de besos a su hija y miraba al cielo agradeciendo que por fin hubiera reaccionado después de que casi la perdieran, Diana lloraba y se secaba las lágrimas hasta se sonaba la nariz, aunque quería correr a abrazarla, sabía y entendía que tenían que revisarla, pero igual paso una hora y aún no dejaban que ingresaran, tenía que cerciorar sobre las posibles secuelas y acerca del éxito de la operación.—Papá ya se demoran mucho, deberías darle un beso como en el cuento de la bella durmiente donde la princesa despertó porque el príncipe le dio un beso, ya durmió mucho yo quiero que ella me mire, que se forme una sonrisa como en las galletas que me preparaba.Por fin los médicos le habían dicho
Era evidente por la manera en que la mirada o como tenía las manos en los bolsillos de su pantalón que se sentía nervioso, pero a la vez decidido, aunque ella había salido victoriosa de su Guerra con la muerte y su rostro ya no lucia tan pálido, igual él no quería darle un susto con su propuesta, se acercó a Mariam, jalo una silla para estar a su lado, tomo de sus manos y la miro a los ojos.—Mariam no sé cómo tomes lo que te voy a decir, lo que yo quiero es — Ella trato de inclinarse un poco, no querer aquel le dijera nada sin antes ella poder hablar.—Por favor William no sigas sin antes escucharme, yo tengo que — Tenía el corazón que se le quería salir del pecho, tenía miedo de como el reaccionaria, pero si no era mañana se iba a arrepentir como ya tanto lo había hecho por no tener el valor
El día estaba precioso un sol daba por la ventana del cuarto de Mariam, William se había levantado algo adolorido no se había dado cuenta de que era un colchón tan duro, pero en fin estaba feliz tomo un muy desayuno como nunca su apetito había regresado, será por ansiedad pensaba nervios más dirían otros decidió que ese día no vería a Mariam le daría su espacio, pero si tenía que ir en unas horas a la dependencia policial para ver el avance en las investigaciones y descubrir quien había atrevido a meterse con su familia, quien era la persona que tenía el alma tan negra como para atentar contra una pequeña y luego herir a alguien como Mariam que lo único que había hecho es interponerse entre el delincuente y su hija bueno eso es lo que él quería.—Ese hombre debe ser un desecho de la sociedad, que clase de
Como calmarse, como no sentir que lo timaron, que se burlaron de él, cuando la mujer que amaba resulto siendo quien se terminó burlando de él, quien termino tomándolo como un idiota, no se burlaron solo del sino también de su hija de una niña que no tenía la culpa de ser inocente hasta quererla como la quería, no entendió como pudo engañarlo tan, pero tan bien. El lloro al pensar que pudo morir junto con ella, para que luego se entere de que no fue más que pare de su treta.—Estoy bien oficial, deje pensarlo ahorita tengo algo que hacer.William salió de ahí incrédulo a todo lo que había pasado, se lamentaba cada acto de cariño que había tenido hacia ella, de cada beso, de cada halago, de cada suspiro que había tenido, pensaba en las palabras de sus amigos del “Espera a que todo se aclare pri
El día anterior William no había venido a vela en ningún momento, por más que quiso no preguntar no aguanto, pero no le dieron noticia de él, por fin había agarrado valor para contarle su verdad para luego decirle que si quería ser su esposa solo si el aún quería que lo fuera, había tomado una pequeña siesta cuando abrió los ojos, al fondo de la habitación pudo ver una imagen extraña, la posición de las manos en sus bolsillos y el cuerpo medio inclinado a un lado de la puerta cerrada, por un momento pensó que era Mateo, pero ira imposible muy adicional que tenía resguardo policial desde que despertó que los vio ahí como custodiándola, pero se llevó una mano al pecho al ver que era William, pero algo no era igual, su mirada oscura, la rigidez de sus facciones, como la miraba, algo en su interior como si de un clic se tratase
La respuesta de Mariam ante la propuesta de William fue sorpresiva, ¿Qué paso por su mente en ese momento? Diana, Diana, y William.A ella no le importaba su propio bienestar aunque sabía que William no era Mateo y no le pondría una mano encima porque si fuera como su ex en este momento estaría en el suelo bañada en sangre y con su vida dependiendo de un hilo, ella aceptó porque necesitaba demostrarle al hombre que amaba, que de verdad no era el tipo de mujer que él pensaba, quería que Diana retrocediera en sus avances, la amaba tanto que no quería verla llorar por las malas decisiones que ella llegó a tomar bajo amenazas, sabía que sería difícil, pero quería recuperar a ese William que la miraba con amor y devoción, ahora era lo contrario, ahora la miraba con odio y rabia, pero esperaba que dentro del muy en el fondo aun hubiera una min&
A la mañana siguiente le dieron el alta, nadie vino a recogerla o ayudarla con los papeles, le dolía el corazón, pero entendía que era parte de su castigo por sus acciones, pero nadie haría que cambie de opinión uniría su vida a la de William bajo la ley del hombre, se despidió de las enfermeras con un suave abrazo, pero era otro tema con el médico que la había salvado de las garras de la muerte, Máximo era especial, no había dejado de visitarla ni un día durante esos diez días que estuvo bajo su cuidado, como le platico Paulina una de sus enfermeras favoritas, cuando un médico salva de la muerte a un paciente este se vuelve aún más especial.—Buenas tardes, doctor Santisteban, venía a despedirme de usted, lo voy a extrañar además de que un día de estos le traería de mis famosas gallet