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「 ✦UNA LECCIÓN✦ 」 ―Señor, ya casi tenemos a los que nos robaron, Rodrik y sus hombres irán por ellos esta noche ―informó André. Santino estaba sentado detrás de su escritorio, en el club. Hacía meses que había cambiado el trato de armas, por clubes de apuestas, daban las mismas ganancias, pero no dejaba de ser peligroso. Estaban quienes querían verle la cara y planeaban irse con su dinero. ―Bien ―dijo poniéndose de pie y cerrando su chaqueta ―voy a estar allí, dile a Marcos que prepare el auto, quiero ver sus caras. Apenas había dado unos pasos cuando sonó su celular. ―Sí, amore. ―Ah, señor D’ Luca. ¿Qué suerte tengo de ser agraciada con tu voz? ―bromeó. Santino no pudo evitar sonreír. ―¿Me llamaste solo para burlarte? ―preguntó. ―No, solo tenía una pequeña pregunta para ti. ―¿Qué es? ―Bueno ―ella dudó un poco ―Aquí hay una botella fría de vino tinto, una deliciosa cena en la mesa y una esposa excitada esperándote en casa. ¿Alguna razón en particular por la que no está
「 ✦UN MAFIOSO ENOJADO✦ 」―Está hecho, señora ―el guardaespaldas guardó el teléfono en su bolsillo. Sophia sonrió y tomó un sorbo de whisky.―En una escala del uno al diez, ¿qué tan enojado estaba? ―Muy enojado, señora ―el tipo frunció levemente el ceño ―Puede que desee tener cuidado, nunca lo había escuchado tan cabreado.―Bien, puedes irte.―Pero señora…―No te preocupes, Santino es el menor de mis problemas. ― ¿Seguro estará bien?―Sí. No creo que le haga nada públicamente a su esposa ―respondió Sophia tomando otro trago. Gracias por la ayuda. El hombre le dio un leve asentimiento antes de irse.Sophia sabía que ella y Santino tendrían algún tipo de discusión sobre sus payasadas y que luego terminaría teniendo sexo enojado y alucinante. Echó su cabello sobre su hombro y se acercó al espejo y sacó su lápiz labial. De repente, un fuerte golpe sonó en la puerta. Sophia sonrió y acomodó su vestido. ―¡Sophia! ¡Abre esta puta puerta! —Santino gritó, dejando golpes furiosos. En el
「 ✦UNA RECONCILIACIÓN ARDIENTE✦ 」 Santino se unió a Sophia en la cama, tomándola entre sus brazos mientras la besaba profundamente. La ira se había apagado dentro de él y sabía que tenía un largo camino por delante y asegurarse de que ella fuera feliz. Había un montón de cosas que tenía que hacer en cuanto a trabajo, pero eso era algo en lo que se concentraría cuando llegara el momento. Él quería, o mejor dicho, necesitaba, quedarse en ese momento con ella. Después de perder a tantas personas importantes en su vida, Santino no quería perderla. Ya había experimentado lo que se sentía vivir sin ella, y realmente pensó que nunca tendría otra oportunidad de amar después de lo de Kiara, pero lo había conseguido de nuevo con Sophia. Ella lo había hecho sentir vivo de nuevo, ella le había dado un hijo. Y ella se había convertido en la reina de su imperio y nada ni nadie debía ser más importante que ellos. Las uñas de Sophia rozaron ligeramente su espalda y un gemido escapó de sus labios
Alexei Antonov, nunca estuvo dispuesto a enamorarse, su corazón frío y desinteresado se mantuvo así, hasta que conoció a Tatiana Petrova, la mujer que se convertiría en su esposa. Pero ella resultó ser una traidora, infiel y además huyó dejándolo con el corazón destrozado. Por lo que Alexei se prometió que si un día la encontraba de nuevo, le haría pagar uno a uno sus errores. Después de todo un hombre de su nivel, no se permite debilidades. Sin embargo, cuando ella está nuevamente en su radar y muy cerca, Alexei se encuentra dudando de sus antiguos planes, porque esta vez está dispuesto a castigarla, pero no físicamente, sino en la cama, está deseando mostrarle todo lo que es capaz de hacer. Tatiana Petrova se enamoró de él a primera vista, incluso cuando no era nada más que una chiquilla. Pero la crueldad de su mundo la obliga a hacer un sacrificio por alguien a quien considero la amaba, y a cambio lo que recibió fue traición. Después de un matrimonio frío e indiferente, Tatiana
CORAZONES ROTOS Años atrás… ―Cuñado, ¡tengo que hablar contigo! Alexei alzó la cabeza de los papeles y miró a su futura cuñada delante de él. ―¿Qué pasa, Natasha? ¿Por qué traes esa cara? La mujer que tenía un gran parecido con su hermana, ambas tenían el cabello negro, los ojos verdes y los labios regordetes. Sin embargo, había algo que las diferenciaba, solo una había conquistado el corazón de Alexei. La mujer apretó las manos y se mordió los labios, fingiendo una timidez que no sentía. ―Bueno, esto es difícil de decir… Alexei frunció las cejas y se puso de pie. ―Sabes que puedes decirme lo que sea, pronto seremos familia y es mi deber velar por ti y tu hermana. ―Bueno… Natasha dio un paso adelante y le dio una mirada cargada de complicación ―Es precisamente de mi hermana, de quien quiero hablarte. ―¿Tatiana? ―Sí, tú… ―Natasha volvió a bajar la mirada y una sonrisa malvada se formó en sus labios, pero esa sonrisa pasó desapercibida para Alexei ―… Tú no mereces lo que ella
SED DE VENGANZA. Presente… ―Ella está muerta… Gregori Petrova va a acceder a su herencia, afirma que está muerta. ―No, ella no está muerta. ¿Dónde está su cuerpo? Hasta no verlo, no voy a aceptar que mi mujer dejó este mundo. Alexei se movía de un lado al otro en la cama, su frente se perló de sudor y sus manos se volvieron puños. ―No, ella no está muerta. No estás muerta. No… no… ¡No! Alexei abrió los ojos y miró el techo de su habitación. Desde que Larisa le diera la noticia, no había tenido un día de paz. Se sentía culpable, le carcomía la conciencia. Tatiana lo había abandonado por su crueldad, su frialdad y su deseo insatisfecho de hacerle pagar su error. Sin embargo, había logrado una tregua entre ellos, y él, como un imbécil, lo echó a perder, dudando de ella, destruyendo lo poco que había logrado conseguir. Ahora lamentaba ese día, lamentaba haber hecho lo que hizo. Dejó salir el aire y salió de la cama, caminó hacia la ventana y miró las flores del jardín. Siempre est
LA VISITA DEL INVESTIGADOR PRIVADO Alexei llegó a casa por la mañana, la cabeza aún zumbando por los ecos de la fiesta celebrada en el casino la noche anterior. Todo había salido según lo planeado, pero no había tiempo para descansar en sus laureles. Estaba ansioso, casi desesperado, por acelerar las cosas. Necesitaba tener a Grigori en sus manos cuanto antes. Estaba convencido de que él tenía la información crucial, la ubicación de Tatiana. Alexei creía firmemente que Grigori la tenía escondida en alguna parte, y esa obsesión lo impulsaba día tras día. Trabajaba con una pausa calculada, sabiendo que una vez que tuviera a su mujer con él, no dudaría en destruir a los Petrova. La única razón por la que habían durado tanto tiempo había sido por su alianza y su matrimonio con Tatiana. Pero ya nada de eso importaba; todo había cambiado y él planeaba descargar toda su rabia acumulada en ellos. Con un suspiro cansado, se quitó el traje de tres piezas y se dirigió al baño. Abriendo el grif
ATAQUE INESPERADO Tatiana estaba acomodando las rosas en la tienda cuando la puerta se abrió. Estaba a punto de darle la bienvenida a un nuevo cliente, pero sus labios se detuvieron y sus ojos se llenaron de sorpresa al reconocer a la persona que entraba. Era Marc, su viejo amigo, quien cruzó el umbral de la puerta con una sonrisa. —¿Marc? ¿Tú… qué haces aquí? —preguntó incapaz de ocultar su asombro. Marc dio varios pasos hacia ella y la rodeó con sus brazos en un gesto afectuoso. —¿Acaso no puedo visitar a mi mejor amiga y a mi sobrino? —respondió él con una sonrisa cálida. Tatiana, todavía sorprendida, asintió lentamente. —Sí, claro que sí, solo que… pensé que estabas con Josh en Inglaterra. Marc suspiró audiblemente y se metió las manos en los bolsillos, una sombra cruzando brevemente su rostro. —Terminamos, así que tendré bastante tiempo libre ahora —confesó con una voz que intentaba ser ligera. Tatiana sintió un pinchazo de dolor por su amigo. —Oh, Dios, lo lamento. No p