「 ✦ ¿FUISTE TU? ✦ 」Sophia seguía apuntando a Claudia cuando entraron Artem y Alexei.― ¡¿Qué demonios?! ―dijo Alexei acercándose con prisa. ― ¿De dónde sacaste esa arma?Pero Sophia lo ignoró, sus ojos seguían fijos en Claudia.― ¿Me estás escuchando? ¡¿De dónde sacaste esta arma?!―Se la quité a uno de tus hombres.― ¿Qué?―Sí, a veces solo hay que decir las palabras adecuadas.Alexei miró a Claudia y luego a Sophia.―Entiendo que estés enojada, pero esta no eres tú. Si ni siquiera te gusta la violencia, ¿cómo es que…?Ella apartó el arma y se la entregó a Alexei.―Uno puede cambiar de parecer en un instante, además, solo vine aquí para escuchar la verdad de ella, y ya lo hice. No te preocupes por mi primo, no voy a ir al infierno, al menos no por ella, porque no pensaba ensuciar mi alma con alguien que no vale la pena.Sophia caminó hacia la salida y Alexei la detuvo.― ¿Y qué va a pasar ahora que sabes la verdad, primita? ¿Vas a ir corriendo a los brazos de Santino?Sophia bajó la
「 ✦ ESTAR CON EL✦ 」 Alexei rodó los ojos y lanzó la servilleta sobre la mesa. ―No soy el culpable de todas las muertes de esta ciudad, prima. Y no soy la parca, por si lo preguntas. ―Entonces… ―Murió de causas naturales, o eso es lo que dice ahí. Sophia leyó nuevamente y vio que ese mismo día sería el sepelio. ―Tengo que irme ―anunció, dejando el periódico y caminando hacia las escaleras. ―Espera, ¿a dónde vas? Ella no se molestó en detenerse. ―Voy a acompañar a mi marido, yo más que nadie sé lo mucho que Santino quería a su abuelo. Aunque Alexei puso todo tipo de trabas, Sophia logró salirse con la suya y en ese preciso momento el sedán negro entraba al cementerio. Había una gran fila de autos lujosos. Autos de la mafia. Y supuso que había todo tipo de gente, por supuesto, la gran mayoría buscando algún beneficio. Los latidos del corazón de Sophia se aceleraron cuando el vehículo se detuvo. Se quedó sentada con las manos en el regazo hasta que se abrió la puerta. —¿Qué h
「 ✦ ESCAPANDO✦ 」 El tiempo pareció detenerse mientras el sonido retumbaba en el aire. La multitud entró en pánico, dispersándose en todas direcciones, mientras los guardaespaldas reaccionaban instintivamente, sacando sus armas y buscando al tirador. Sophia, por instinto, buscó a Santino, queriendo asegurarse de que estuviera a salvo. Lo encontró inmóvil, su mirada aún clavada en el lugar donde había estado el hombre sospechoso, que ahora había desaparecido. En medio del caos, Sophia se acercó, su preocupación por él, superando cualquier temor. ―¡Santino! ―gritó, tratando de captar su atención. Finalmente, él la miró, sus ojos reflejando una mezcla de ira y sorpresa. ―¡Tenemos que salir de aquí! ―le dijo ella, agarrándolo del brazo, solo para encontrar sus dedos manchados de sangre. ―¡Dios mío, estás herido! ¡Estás herido! La gente continuó dispersándose como hormigas agitadas. Y se produjo una nueva cacofonía de disparos. ―¡Señor! ¡Tenemos que salir de aquí! ―dijo uno de los
「 ✦ ENEMIGO EN CASA✦ 」 ―¡Suban! ¿Qué están esperando? ―André los instó a apresurarse. Sophia y Santino subieron de inmediato y, una vez dentro, Santino interrogó a André. ―¿Quiénes son? ―Aún no lo sé. Pero quien hizo está asegurándose de no dejar pistas, Santino. La mano de Santino se apretó en un puño, la ira corriendo por cada célula de su cuerpo. Cuando giró la cabeza para mirar a Sophia, vio a su madre devolviéndole la mirada con tristeza y llena de lágrimas. Él sintió su pecho apretarse. ―Todo va a estar bien mama… ―murmuró. Grecia sonrió mientras negaba. ―Sabes que no. Ella llevó a sus brazos a Sophia, quien a pesar de no derramar una lágrima, era evidente su shock, Grecia la consoló entre sus brazos. ―Tienes que asegurarte de que Sophia este a salvo ―miró fijamente a su hijo ―No puedes permitir que más gente salga lastimada. ―Llévanos al aeropuerto ―le ordenó Santino a André ―Mama y Sophia tienen que irse. ― ¿Aeropuerto? ―Sophia preguntó, apartándose de Grecia y mir
「 ✦UN LUGAR SEGURO✦ 」 ―Señor, la joven Sophia está llegando ―informó uno de los hombres de seguridad de la mansión Antonov. ―Bien, entonces déjala entrar. ¿Para qué vienes aquí con esa cara de perro con dolor de estómago? Lo más seguro es que el italiano del diablo la haya rechazado. Así aprenderá. El hombre tragó y miró sus manos antes de hablar. ―Bueno, es que la joven… no viene sola. ―¿Eh? Tanto Artem como Alexei miraron confundidos al hombre. ―Ella viene con… el italiano. Momentos después, el auto se detuvo frente a la entrada principal y Santino no tuvo reparos en abrir la puerta y tenderle la mano a su esposa. Alexei ya se acercaba con pasos rápidos, y Artem venía detrás. ―¿Qué cojones significa esto, Sophia? ¡¿Qué hace el italiano aquí?! Ella suspiró e hizo una mueca. ―Hola, primo, estoy bien, no me pasó nada. Alexei la miró con el ceño fruncido. ―¿Qué te pasó de que? ―luego miró a Santino, cuyo brazo goteaba sangre. ―¿Y por qué ese está ensuciando mi piso? Exijo un
「 ✦ALIADOS✦ 」 Alexei la miró con una mezcla de incredulidad y diversión. ―¿Estás loca? ―No, Alexei. Ambos sabemos que una alianza entre nuestras organizaciones no solo nos ayudaría a acabar con Rocco, sino que también nos permitiría controlar las rutas y las conexiones de manera más eficiente. Alexei, aún incrédulo, se ríe. ―Creo que el tiroteo te afectó el cerebro, Sophia. En ese momento, Santino se puso de pie soportando el dolor. ― ¿Has perdido la razón? Sophia, visiblemente enojada, les gruñó a ambos. ―Para ser líderes mafiosos, son unos completos idiotas. Alexei hizo una mueca ante sus palabras. ―¿Y qué beneficio obtendría yo de ayudar a Santino? Sophia lo miró directamente a los ojos. ―Aunque soy nueva en este mundo, es obvio que necesitas las rutas de los D’Luca. Con ellas, tus envíos serían más eficientes. Y, Santino, ustedes tienen las rutas pero no las conexiones para compradores confiables. Y Alexei puede proporcionar eso. Alexei se mostró sorpren
「 ✦ A TI✦ 」El médico examinó con atención el brazo de Santino antes de dirigirse a Sophia.―La bala, afortunadamente, solo rozó el brazo ―le informó con un tono profesional.Ella asintió y miró a Santino, que estaba sentado en el borde de la cama.―Muchas gracias, doctor. Me encargaré de que tome los medicamentos.El hombre le dio un asentimiento de cabeza y se marchó. Cuando la puerta se cerró, Sophia se acercó a su esposo. Podía ver que los recientes sucesos habían calado hondo en él.―Cariño, ¿estás bien? ―Sophia preguntó en voz baja.―Sí ―Santino intentó sonreír. ―Esos cabrones no saben disparar ni una m****a ―gruñó.―No me refiero a eso ―dijo ella, acariciando su mejilla. ―Hoy has enterrado a tu abuelo y al mismo tiempo, has sido traicionado por tu tío. Sé que no es fácil todo lo que estás soportando.Santino sintió una opresión en el pecho, pero se obligó a sonreír.―Estoy bien.Intentó moverse y apartarse de ella, odiaba que Sophia viera su vulnerabilidad. Sin embargo, ella aga
「 ✦ DEJAR LAS COSAS EN CLARO✦ 」 ―¿Y bien? ¿Qué tiene mi esposa? Santino no soltaba la mano de Sophia. Ella Aún estaba en un profundo sueño y ya habían pasado casi dos horas. El médico le había extraído sangre a Sophia y para luego ser llevada al laboratorio por uno de los hombres de Alexei. ―No tiene nada de qué preocuparse ―dijo el Dr. con una pequeña sonrisa, dejando su teléfono a un lado. ―Su mujer se recuperará. Es joven, sana y fuerte. Creo que quizás ha estado sometida a mucho estrés últimamente. Eso, combinado con el estrés del embarazo… ―¿El estrés de qué? ―los ojos de Santino se abrieron como platos. ―Podría haber exacerbado su ansiedad ―continuo el médico ―Pero no tiene nada que temer, el bebé está perfectamente sano también. ―¿De qué coño está hablando? ―preguntó mirando fijamente al médico, tratando de asimilar lo que acababa de decir. ―Usted dijo… ―Santino sacudió la cabeza, intentando convencerse de que le había escuchado mal. ―¿Acaba de decir… bebé? ―Sí, los sínto