Erik no dejaba de besarme y las náuseas que sentía por sus besos se me hicieron más intensas, estaba dispuesta a morir o a matar a mi esposo aunque tambien mataria a mi bebe si dejaba que me matara Erik, pero el asco que me daban los besos de mi esposo, me hacían aborrecerlo aún más.

— No sabes lo que estás diciendo Lorena, no sabes a quien te enfrentas si intentas hacerme algo a mi, — me dijo

Las manos de mi esposo las sentía por todas partes de mi cuerpo, mis pechos, recorriendo por mis piernas, hasta que me hizo gritar al sentir sus dedos dentro de mi ser, removiendo mi rabia y mi miedo mezclados por igual, Le golpee cuando soltó mis manos, le arañe la cara y su torso, pero lo unico que consegui fue que me diera una bofetada mas fuerte rompiendome otra vez el labio notando el sabor de mi propia sangre, Aunque seguía sangrando por el labio, no deje de golpear e intentar hacerle daño para que se apartara de mi cuerpo y poder salir corriendo a la calle para pedir ayuda, pero una bofet