—no pidas algo, de lo que estoy segura que no eres capaz de cumplir
—escuchá, no me agrada estar aquí, pero no tengo opción—¡Lo sabía!— se cruza ella de brazos—¿Qué carajos quieres?— Massimo está perdiendo la paciencia—¡Solo te pedí que me hicieras respetar!—pero... Tú también, debes tener carácter—se supone que soy tu empleada, que tú eres el jefe, ¿Qué carácter le estás demostrando a tus empleados? ¿Acaso no tienes la autoridad suficiente para dar órdenes? ¿Entonces qué jefe quieres llegar a hacer en la vida?— preguntó ella mirándolo fulminante—¡Bien! ¡Está bien!— él suspira —te espero mañana a primera hora, haré lo que pides, pero dónde me hagas perder el tiempo, seré yo, el que te despida— dijo con arrogancia y luego, se marcha dejando a Selene con la palabra en la boca, si más, cierra la puerta, y luego sonríe—¿Por qué carajos tenías que ser tan guapo y tonto?— pregunta para luego soltar un largo suspiro, al mirar hacia la ventana que da vista hacia la cuidad, ve su reflejo y cae en cuenta, en la forma que está vestida, por lo que su rostro de sonroja —no puedes caer, es tu trabajo, vamos Selene, eres una Villarreal.Por otro lado, Massimo salió del edificio echando chispas, está tan enojado que se dirige a un club nocturno, se siente estresado.Durante el camino tiene, la viva imagen de Selena con esa bata sexy. —Asesora con grandes curvas, carajo, lo que escondes bajo esa ropa ancha, es que me provoca azotarte, y luego darte tan duro para que me respetes. Ay no seas puto Massimo, ¿Qué haces pensando en esa Curvy? Cree que se las sabe todas, voy a callarle la boca, pero con mi amiguito— sonríe —ni loco me acuesto con ella, eso sería mi fin— baja de su auto e ingresa al club—estas son las mujeres, que me gustan— observa a las chicas lindas, vestidas muy sexys y bailando sin vergüenza alguna, mientras muestran la mayor parte de sus cuerpos...Al día siguiente, Selene estaba muy ansiosa por ir a la empresa, pero cuando estaba a punto de salir de su apartamento, recibe una llamada telefónica y es su madre, Johana de Villarreal. —madre, estoy ocupada—¿Cómo te sientes mi amor?—de aseguró, el chismoso de mi hermano, te dijo muchas cosas, de verdad estoy bien, voy saliendo al trabajo—mi amor, sabes que estoy para apoyarte, si necesitas ayuda, me lo dices y llamó a Anastasia, ella me prometió que iba a cuidar de tí, no quiero que sufras o que su hijo te haga daño—estoy bien, de verdad voy saliendo mamá, hablamos luego—no seas grosera Selena, dime, ¿Qué te pareció Massimo? Es guapo ¿Cierto?—¡Por Dios mamá! Dañas mi mente ¿Sabías? Además, ¿Olvidas que mi padre me tiene prohibido tener novio?—¿Me estás evadiendo? Al carajo, tu padre, vas a cumplir 25 años, y no has tenido novio—estoy bien sin novio—¿Estás tomando pastillas anticonceptivas?Selene frunce el ceño. —es una locura que las tome cuando no he tenido relaciones sexuales pero, para que me dejes en paz, sí estoy tomando pastillas—no te enojes cariño, solo te cuido, estás a una edad que, las hormonas...—sí, si, el sexo, las ganas, bla, bla, ya lo sé, tengo que colgar—por si algo, usa condón— alcanza a decir Johana, antes que su hija le colgará la llamada—¡Carajo! Precisamente me tocó unos padres que cojen como conejos y piensan que soy igual a ellos, y lo peor, un padre sobreprotector y una madre sexóloga, ¡Maldición!— gruñó saliendo muy enojada de su apartamento..Massimo no pudo dormir, sus pensamientos lo abrumaron, robándole el sueño, por lo que está de muy mal humor.Sube al ascensor y observa que viene Selene, caminando elegante, sí, pero no le agrada su forma de vestir. —¡Espere señor Parrow!— exclamó y él presiona el botón de cerrar las puertas del ascensorElla al ver que las puertas del ascensor se están cerrando, se apresura en acercarse, y para evitar que se terminen de cerrar, coloca la carpeta como impedimento para no lastimar sus manos por si algo.Al ingresar mira muy mal a Massimo. —¡Buenos días señor Parrow!—buen día.—¿Acaso no me vio venir? Le falta ser un caballero—no la ví, señorita Selene, además, le informo que los empleados no pueden ir en el mismo ascensor con el jefe—¡Le recuerdo que no soy una simple empleada! Y si ya va a empezar, mejor regreso por dónde he venidoLas puertas del ascensor se abren y Massimo sale. —tengo una reunión, le sugiero que deje de exigir tanto, usted me pidió algo y lo pienso hacer, de lo contrario, no se tome, atributos que no le corresponden— dijo tan serio, que ella achina sus ojos queriendo lanzarle la carpeta en la cabeza, sin embargo, es cierto, no puede pedirle más, ella sale del ascensor y lo sigue para llegar a la oficina—señor, ¿Me puede informar, de que se trata la reunión? Apenas ingresé ayer, y usted no me envió su correo, necesito todos sus datos para manejar sus cuentas electrónicasMassimo toma asiento. —la reunión es sobre comerciantes, resulta que el viñedo familiar, está lanzando un nuevo vino, y como es tan exitoso quieren comercializar el vino—pero hay un inconveniente— toma ella asiento llamando la atención de Massimo —su preocupación es, que algunos de esos comerciantes puedan hacer algo indebido, me refiero a la alteración del producto, y que los haga quedar mal, me refiero a una... Imitación, por lo tanto podría bajar la calidad de vino, aunque eso suele pasar mucho y los clientes no lo entienden, para eso estoy yo, señor Massimo, vamos a redactar un documento, con cláusulas costosas, eso hará que ninguno le quiera jugar sucio— ella saca su laptop de su mochila y la coloca encima del escritorio de Massimo— es importante que cada vez, que usted vaya a tener una reunión, presenté como primordial puntos importantes para llamar la atención, jamás puede bajar su tono de voz, incluso usted siempre debe saber más que los clientes así como estoy haciendo yo con usted—eso no es así...—sí lo es— saca su libreta y luego su bolígrafo, el cual lleva a su boca, es una costumbre que tiene para pensar por segundos ideas asombrosasPero es algo que inquieta a Massimo, porque tiene una mente tan sucia, que se imagina a Charlotte llevando su hombría a su boca, por lo que sacude su cabeza. —¿No, qué? Señor Parrow— pregunta al sacar el bolígrafo de su boca—continúa hablando— ordena cruzando sus piernas, pero lo que Massimo no sabe, es que Selene, tiene grandes conocimientos de sexo, gracias a su madre que no deja de hablar de ello, desde que Selene se desarrollo, y por eso tiene a su padre a sus pies. Ella sabe lo que le está pasando a Massimo, y algo que jamás le había pasado a ella, es mirar a un hombre con perversión—¿Se siente mal, señor?— pregunta achinando un poco los ojos —me siento perfecto, ¿Y usted?— pregunta clavando su mirada en ella—¿Usted qué cree señor Parrow?— esa pregunta lo dejo a él atontado —por la forma en que tensas tus muslos, creo que no estás bien—¿Creé? No debería responder en forma de duda, si no con la plena seguridad de que es así señor Parrow. La seguridad es un arma mortal, por ejemplo, yo estoy segura de que usted está duro como una roca— Selene se arrepiente de haber dicho eso —¿Disculpa?—esta disculpado señor Parrow, por haber divagado pensamientos sucios conmigo, pensé que le gustaba solo las de cuerpo en línea, después de todo, está Curvy, lo prende así usted no quiera— Selene sonríe, para ocultar sus nervios —¡Estás mal de la cabeza!— se cruza de brazos—no lo estoy, las facciones de su rostro están tensas, eso quiere decir que hay una resistencia por querer subirme a su escritorio y darme hasta dejarme con mis piernas débiles Massimo arquea una ceja. —vo
—¿Qué haces aquí?— pregunta Jorge—¿Trabajando?— se burla —¡La chica más rica! ¿Trabajando en esta empresa?—baja la voz por favor, te suplico que no digas nada de mi identidad— Selene mira a los lados, está nerviosa—lo hago, pero acepta salir conmigo—¿Qué? Espera, en la universidad ni me mirabas ¿Ahora quieres salir conmigo?—¿Quién te iba a mirar? Si todo el tiempo estabas con una cara de matar y comer del muerto. ¿Entonces qué dices? Por cierto, estás linda —¿Yo?— Selene lo mira con extrañeza, primera vez un hombre que no sea su padre y hermano, le dice que está linda —claro, tú, dime algo ¿Qué trabajo haces aquí?—¡Jorge!— la voz de Massimo causó un escalofrío en el cuerpo de Selene —amigo, que bueno verte, acabo de llegar de viaje, necesito que hablemos —por supuesto y ¿Ustedes qué hacen hablando?—¿Acaso no puedo?— pregunta Selene, pues aún está enojada con Massimo—nos conocemos hace años— Jorge sonríe muy coqueto —para tu información, soy la asesora de Massimo Parrow—
Massimo, pasó el resto del día lleno de amargura, el viajar con Selene no le agrada en lo absoluto.Mientras que Selene, trabajó con normalidad, soportando su mal carácter, pero en ocasiones lo puso en su lugar, aunque está muy cansada, solo quiere llegar a casa, y darse un buen baño.Al salir del edificio, para su mala racha, observa a Massimo en cómo le abre la puerta de su auto a una linda chica, ella niega con la cabeza porque piensa que todos los hombres son idiotas, porque ven a una linda chica y ya se la quieren llevar en la cama, y porque no respetan a las mujeres, y les bajan su autoestima.Sin embargo, ella agarra un taxi y pide ser llevada a su apartamento. Olvidó por completo que su amigo la estaba esperando, pues Massimo ronda mucho por su cabeza y de paso, su móvil se le agotó la batería.—¡por Dios, perdóname Mariano!— se apresura a decir —¡Llevo dos horas esperándote! ¿Cómo me haces esto?—perdón, perdón, el idiota de mi jefe me puso trabajo de más y lo olvide— ella
—¿Usted no sabe quién soy?— pregunta Massimo, porque le molesta que no le obedezcan—sé que usted es uno de los herederos del señor Parrow, y Anastasia Parker—exacto, este edificio pertenece a la familia, por lo tanto, también es mío, entonces ¿Por qué no respeta a su superior?—perdoné, pero...—¡Busca las malditas llaves!— ordena fulminante—sí señor, un permiso— el hombre se marcha rápidamenteMassimo espera impaciente, no le agradan los gritos de Mariano y Selene. Camina de un lado a otro, le provoca agarrar y derribar la puerta.—aquí tiene señor— entrega las llaves—vete de mi presencia— ordenó Massimo al recibir las llaves. Observa cómo él se marcha y queda solo—¿Entonces me ignoras? Veremos si me sigues faltando el respeto— Massimo ingresa la llave en la cerradura, y para su desgracia, Selene le había puesto seguro en el interior —¡Ahhh carajo!— exclamó, empieza a golpear la puerta muy furioso Sigue tocando, pero el ruido de la música, no deja escuchar sus toques.—Selene,
Luego del acuerdo que obtuvo Massimo Parrow con Tatiana, la paso impaciente el fin de semana, tan solo deseaba que llegara el día lunes, para hacerle la dulce venganza a Selene Villarreal.Mientras que Selene había tenido una noche horrible luego de que Massimo se fuera, no pudo divertirse como quería. Siendo domingo, ella prefirió quedarse en su apartamento, bebió demás, y no se ha recuperado del todo.Pero algo pasa, y es que tocan el timbre, ella no tiene ánimos de levantarse, quería que su mejor amigo se quedará y así no estar sola, pero su novio lo llamó y este salió corriendo olvidándose de ella.Al abrir la puerta, abre sus ojos como platos, son sus padres. —¡Mamá, papá! ¿Qué... Qué hacen aquí?— pregunta sorprendida, eso le hizo recobrar energías—¿Qué hacemos? Eres nuestra hija, venimos a ver cómo estás, además tu padre estaba muy canson, moría por verte— Johana la abraza con mucho cariño —por Dios, papá, hace poco que nos separamos, no seas así— Selene le hace pucheros —mi
—veremos que tan profesional eres en tu área— la voz de Massimo, es tan deliciosa para los oídos de Selene, que deseaba que le susurrara cositas ricas —siempre, lo seré señor Parrow, ¿Puede por favor soltarme?— ella mira los labios de Massimo y este sonríe tan perfecto, que ella traga grueso—salimos a primera hora, señorita Jhonson— se acerca un poco más y ella se tensa—como quiera señor Parrow, si quiere que viajemos en el mismo avión, así será— Selene no se queda atrás, sabe que Massimo quiere jugar con ella. La chica toma el atrevimiento de pasar su lengua por los labios provocadores de Massimo y este abre sus ojos como platos, ese gesto pervertido lo tomó por sorpresaSelene sonríe al ver que él se sonrojó y luego lo aparta de un empujón. —¿Qué le sucede señor Parrow? ¿Está muy caliente? Vaya a darse un baño de agua fría. Un jefe, jamás puede tener un acercamiento de este tipo con una empleada, suerte alistando sus maletas— Selene le guiña el ojo y camina hacia la puerta, pero
Selene Villarreal, escucha el timbre de su apartamento, al abrir la puerta, es Mariano junto a una estilista con una loca apariencia.—¡Llegué! Fue difícil conseguir una, pero está no sabe ni a dónde está parada— se refiere a la estilista —pero me mostró sus trabajos y es talentosa, dije que le pagarías muy bien, ¡Necesito vino!— exclamó caminando hacia la cocina —un placer, me llamo Annie—y yo Selene, por favor adelante ¿Quieres tomar algo?—descuida, fumo cigarro, ¿Te importa si lo hago?—bueno... A mí no me agrada el olor, pero respeto los gustos de cada quién, puedes ir a la terraza y hacerlo— Selene le señala la terraza—muchas gracias, prometo no tardar— Selene le sonríe forzosamente y luego al verla salir a la terraza, corre hacia la cocinaMariano está sirviéndose vino. —¿Cómo se te ocurre traer a una chica como ella? Falta que me arregle como si fuera un vampiro, o emo, ¿Qué te pasa?—¡Calma! Me extraña que juzgues la apariencia—no es eso Mariano, solo que quiero verme bie
—disculpe la tardanza, señor Parrow— dijo Selene, al estar cerca de él y el pobre no puede procesar las palabras—¡Estoy aburrida Massimo!— Tatiana se baja del auto —¿Y está qué? No pierdas el tiempo con esa chica, vete a buscar esa gorda, ¿Quién se cree para hacernos esperar tanto?— Tatiana se comporta de manera grosera—¿Nos vamos señor, Parrow?— pregunta Selene, ignorando por completo a Tatiana —¿Eres tú? ¡No! Debe haber una equivocación— Tatiana no lo puede creer, por lo que Selene le arquea una ceja —¿Cuál es el problema señora?— pregunta Selene—Massimo ¿Qué significa esto? ¿Acaso te quieres burlas de mí?— Tatiana está literalmente histérica, se siente opacada al lado de Selene, porque que cuerpazo, que piernas, que trasero y que pechos tan grandes, de paso ese vestido que tiene puesto hace elevar mucho la imaginación de los perversos —¡Al parecer el viaje será muy largo!— Selene se refiere a lo fastidiosa que es Tatiana—¡Sube al auto Tatiana!— ordena Massimo— y ella soltó e