—¿Se siente mal, señor?— pregunta achinando un poco los ojos
—me siento perfecto, ¿Y usted?— pregunta clavando su mirada en ella—¿Usted qué cree señor Parrow?— esa pregunta lo dejo a él atontado—por la forma en que tensas tus muslos, creo que no estás bien—¿Creé? No debería responder en forma de duda, si no con la plena seguridad de que es así señor Parrow. La seguridad es un arma mortal, por ejemplo, yo estoy segura de que usted está duro como una roca— Selene se arrepiente de haber dicho eso—¿Disculpa?—esta disculpado señor Parrow, por haber divagado pensamientos sucios conmigo, pensé que le gustaba solo las de cuerpo en línea, después de todo, está Curvy, lo prende así usted no quiera— Selene sonríe, para ocultar sus nervios—¡Estás mal de la cabeza!— se cruza de brazos—no lo estoy, las facciones de su rostro están tensas, eso quiere decir que hay una resistencia por querer subirme a su escritorio y darme hasta dejarme con mis piernas débilesMassimo arquea una ceja. —volvamos a lo importante, hablemos detalladamente sobre la reunión— Selene se apresura a decir, ya que el ambiente de tornó incomodó—antes de continuar con lo que realmente importa, no te hagas ilusiones, tú no me gustas, jamás me imaginaría teniendo sexo contigo— sonríe y eso a ella le dolió, pero le regresa la sonrisa—solo estaba dando un ejemplo, pero usted se lo tomó muy en serio señor, sigamos con lo importante— ella se concentra en su laptop, mientras que Massimo tuvo que soportar su furia, ella lo hace enojar mucho—¿Qué cláusulas propones?— preguntó él con arrogancia—le diré 10 y usted, elegí señor, recuerda siempre hacerlo con sabiduría, las decisiones no sé toman a la ligera, una decisión implica responsabilidad, continuemos que no hay mucho tiempoSelene actúa de manera profesional, aunque en su interior, desea fuertemente que su jefecito le dé un beso, de esos que ve en las novelas, que es apasionado y sus lenguas se mezclan.Mientras que Massimo, piensa en que ella es bruja, porque dijo cosas muy ciertas, pero le hará pagar su atrevimiento de haber opacado con sus palabras.Sala de juntas, reunión.Selene está sacando copias a todos los contratos, mientras que Massimo está hablando con los comerciantes, para él, es importante hacer negocios jugosos, quiere ser totalmente independiente, y eso lo logrará si hace negocios exitosos.—disculpen la interrupción— ingresa Selene y coloca una carpeta en cada lugar, dónde todos la miran con extrañeza—es mi secretaría— la presentó de esa manera, ella frunce el ceñoSin embargo, se hace a un lado para observar cómo Massimo habla, haber si escucho de todos los consejos que ella le dió.Se queda como una tonta mirándolo, faltó que se le saliera la babas ¿Y quién no? Con semejante hombre tan rico, un rico manjar.Ella suspira porque lo ve muy imposible, pero su celular móvil empieza a vibrar, es un mensaje de texto, así que lo revisa. —necesito que hablemos mi gordita bella— el mensaje de Mariano, su mejor amigo, la hizo reírseMassimo al verla, se tensa, ella le responde el mensaje. —¡Tonto! ¿Pasa algo?— pregunta y el mensaje fue respondido de inmediato—te echo de menos, necesito contarte el desastre que me pasó, ¿Nos podemos ver?— ella sonríe nuevamente y le responde—te veré en mi apartamento ¿Qué dices?—con tal de que no coloques tus películas románticas...—no seas tonto, ya te envío la dirección— se apresura hacerloMassimo siente ganas de castigarla por faltarle el respeto. Al finalizar la reunión, ella siente mucha hambre, es de buen comer—señor, lo veré luego del almuerzo— camina hacia la puerta—¡Detente!— dijo con firmeza y se acerca a ella, Selene sintió que se iba a salir el corazón—¿Qué sucede, señor Parrow?—el celular no se usa en horas de trabajo, que sea la última vez—¿Se te olvida que soy tu asesora? No soy tu secretaria, puedes presentarme como mano derecha o alguien de confianza, yo no estudié como una esclava, para ser llamada "secretaría" un permiso señor Parrow, tengo apetito y no quiero que se arruine por usted— ella abre la puerta, y Massimo la agarra de la mano—entonces, me llevas la contraria por venganza— analiza Massimo—mire señor Massimo, no soy como las mujeres que usted suele usar, yo soy una mujer de carácter, pero también tengo mi corazoncito, le pido que deje de ser tan...—¿Tan qué?— pregunta acercándose más—tan mierda— se atrevió a decirlo y Massimo se enfurece—tiene media hora para almorzar—¡Pero, es una hora!—media hora, he dicho— vociferó —tengo muchas preguntas por hacerle señorita asesora— dijo entre dientes y ella lo miró con enojó, por lo sarcástico que esNo le responde, ella da la vuelta y se marcha, la sangre le hierve, le molesta que él le hable así.Massimo también se marcha a almorzar, y por cosas del tiempo, ingresa al restaurante dónde está Selene, comiendo sin ánimos.—¡Ay, pero que rico verte!— aparece una chica, con la que Massimo tiene sexo en ocasiones—Isabella, tiempo sin verte—ay qué chiste, hace dos semanas nos vimos, te he estado llamando, ya sabes, necesito mi dosis de pasión— pasa su lengua por los labios de MassimoSelene alza su mirada para llamar al mesero, se percata de este beso. —¿Ya comiste?— pregunta Massimo—aún no he pedido, este traje te hace ver tan guapo— lo halaga—siendo así, vamos a comer juntos— la chica lo abraza, es un chicle total, mientras que Selene lo mira con disimuló—me parece perfecto, que dices si hacemos cositas bajo la mesa— ella le guiña el ojo y Massimo le sonríeSelene no quiso comer más, le molesta sentirse mal, al verlo con otra mujer. Ella no es de tener esos sentimientos.Llama al mesero y él se acerca. —¿Qué desea señorita?—aquí tienes, pagó la cuenta y tú propina—¡Oh! ¿Acaso no le gusto nuestra comida?— pregunta al ver el plato casi completo—Es delicioso, pero... Estoy baja de animos, gracias por su atención— se coloca de pie y agarra su bolso—no es necesaria tanta propina señorita—por favor recibirlo, que pases una buena tarde— Selene pasa por el lado de Massimo, el cual la percibió y la ve salir—¿Me estás prestando atención?— pregunta IsabellaSelene se ha marchado caminando, el restaurante está cerca de la empresa.Por estar despistada, ingresa a la empresa y sin querer se topa con alguien. —¡Lo siento!— se apresuró a decir él hombre—descuida— ella acomoda su bolso— estaba distraída y...— se quedó sin palabras al alzar su mirada y verlo, ese chico le gustaba mucho en la universidad, pero nunca le prestó atención—tú... ¿Selene Villarreal?—baja la voz por favor— súplica—¿Qué haces aquí?— pregunta Jorge—¿Trabajando?— se burla —¡La chica más rica! ¿Trabajando en esta empresa?—baja la voz por favor, te suplico que no digas nada de mi identidad— Selene mira a los lados, está nerviosa—lo hago, pero acepta salir conmigo—¿Qué? Espera, en la universidad ni me mirabas ¿Ahora quieres salir conmigo?—¿Quién te iba a mirar? Si todo el tiempo estabas con una cara de matar y comer del muerto. ¿Entonces qué dices? Por cierto, estás linda —¿Yo?— Selene lo mira con extrañeza, primera vez un hombre que no sea su padre y hermano, le dice que está linda —claro, tú, dime algo ¿Qué trabajo haces aquí?—¡Jorge!— la voz de Massimo causó un escalofrío en el cuerpo de Selene —amigo, que bueno verte, acabo de llegar de viaje, necesito que hablemos —por supuesto y ¿Ustedes qué hacen hablando?—¿Acaso no puedo?— pregunta Selene, pues aún está enojada con Massimo—nos conocemos hace años— Jorge sonríe muy coqueto —para tu información, soy la asesora de Massimo Parrow—
Massimo, pasó el resto del día lleno de amargura, el viajar con Selene no le agrada en lo absoluto.Mientras que Selene, trabajó con normalidad, soportando su mal carácter, pero en ocasiones lo puso en su lugar, aunque está muy cansada, solo quiere llegar a casa, y darse un buen baño.Al salir del edificio, para su mala racha, observa a Massimo en cómo le abre la puerta de su auto a una linda chica, ella niega con la cabeza porque piensa que todos los hombres son idiotas, porque ven a una linda chica y ya se la quieren llevar en la cama, y porque no respetan a las mujeres, y les bajan su autoestima.Sin embargo, ella agarra un taxi y pide ser llevada a su apartamento. Olvidó por completo que su amigo la estaba esperando, pues Massimo ronda mucho por su cabeza y de paso, su móvil se le agotó la batería.—¡por Dios, perdóname Mariano!— se apresura a decir —¡Llevo dos horas esperándote! ¿Cómo me haces esto?—perdón, perdón, el idiota de mi jefe me puso trabajo de más y lo olvide— ella
—¿Usted no sabe quién soy?— pregunta Massimo, porque le molesta que no le obedezcan—sé que usted es uno de los herederos del señor Parrow, y Anastasia Parker—exacto, este edificio pertenece a la familia, por lo tanto, también es mío, entonces ¿Por qué no respeta a su superior?—perdoné, pero...—¡Busca las malditas llaves!— ordena fulminante—sí señor, un permiso— el hombre se marcha rápidamenteMassimo espera impaciente, no le agradan los gritos de Mariano y Selene. Camina de un lado a otro, le provoca agarrar y derribar la puerta.—aquí tiene señor— entrega las llaves—vete de mi presencia— ordenó Massimo al recibir las llaves. Observa cómo él se marcha y queda solo—¿Entonces me ignoras? Veremos si me sigues faltando el respeto— Massimo ingresa la llave en la cerradura, y para su desgracia, Selene le había puesto seguro en el interior —¡Ahhh carajo!— exclamó, empieza a golpear la puerta muy furioso Sigue tocando, pero el ruido de la música, no deja escuchar sus toques.—Selene,
Luego del acuerdo que obtuvo Massimo Parrow con Tatiana, la paso impaciente el fin de semana, tan solo deseaba que llegara el día lunes, para hacerle la dulce venganza a Selene Villarreal.Mientras que Selene había tenido una noche horrible luego de que Massimo se fuera, no pudo divertirse como quería. Siendo domingo, ella prefirió quedarse en su apartamento, bebió demás, y no se ha recuperado del todo.Pero algo pasa, y es que tocan el timbre, ella no tiene ánimos de levantarse, quería que su mejor amigo se quedará y así no estar sola, pero su novio lo llamó y este salió corriendo olvidándose de ella.Al abrir la puerta, abre sus ojos como platos, son sus padres. —¡Mamá, papá! ¿Qué... Qué hacen aquí?— pregunta sorprendida, eso le hizo recobrar energías—¿Qué hacemos? Eres nuestra hija, venimos a ver cómo estás, además tu padre estaba muy canson, moría por verte— Johana la abraza con mucho cariño —por Dios, papá, hace poco que nos separamos, no seas así— Selene le hace pucheros —mi
—veremos que tan profesional eres en tu área— la voz de Massimo, es tan deliciosa para los oídos de Selene, que deseaba que le susurrara cositas ricas —siempre, lo seré señor Parrow, ¿Puede por favor soltarme?— ella mira los labios de Massimo y este sonríe tan perfecto, que ella traga grueso—salimos a primera hora, señorita Jhonson— se acerca un poco más y ella se tensa—como quiera señor Parrow, si quiere que viajemos en el mismo avión, así será— Selene no se queda atrás, sabe que Massimo quiere jugar con ella. La chica toma el atrevimiento de pasar su lengua por los labios provocadores de Massimo y este abre sus ojos como platos, ese gesto pervertido lo tomó por sorpresaSelene sonríe al ver que él se sonrojó y luego lo aparta de un empujón. —¿Qué le sucede señor Parrow? ¿Está muy caliente? Vaya a darse un baño de agua fría. Un jefe, jamás puede tener un acercamiento de este tipo con una empleada, suerte alistando sus maletas— Selene le guiña el ojo y camina hacia la puerta, pero
Selene Villarreal, escucha el timbre de su apartamento, al abrir la puerta, es Mariano junto a una estilista con una loca apariencia.—¡Llegué! Fue difícil conseguir una, pero está no sabe ni a dónde está parada— se refiere a la estilista —pero me mostró sus trabajos y es talentosa, dije que le pagarías muy bien, ¡Necesito vino!— exclamó caminando hacia la cocina —un placer, me llamo Annie—y yo Selene, por favor adelante ¿Quieres tomar algo?—descuida, fumo cigarro, ¿Te importa si lo hago?—bueno... A mí no me agrada el olor, pero respeto los gustos de cada quién, puedes ir a la terraza y hacerlo— Selene le señala la terraza—muchas gracias, prometo no tardar— Selene le sonríe forzosamente y luego al verla salir a la terraza, corre hacia la cocinaMariano está sirviéndose vino. —¿Cómo se te ocurre traer a una chica como ella? Falta que me arregle como si fuera un vampiro, o emo, ¿Qué te pasa?—¡Calma! Me extraña que juzgues la apariencia—no es eso Mariano, solo que quiero verme bie
—disculpe la tardanza, señor Parrow— dijo Selene, al estar cerca de él y el pobre no puede procesar las palabras—¡Estoy aburrida Massimo!— Tatiana se baja del auto —¿Y está qué? No pierdas el tiempo con esa chica, vete a buscar esa gorda, ¿Quién se cree para hacernos esperar tanto?— Tatiana se comporta de manera grosera—¿Nos vamos señor, Parrow?— pregunta Selene, ignorando por completo a Tatiana —¿Eres tú? ¡No! Debe haber una equivocación— Tatiana no lo puede creer, por lo que Selene le arquea una ceja —¿Cuál es el problema señora?— pregunta Selene—Massimo ¿Qué significa esto? ¿Acaso te quieres burlas de mí?— Tatiana está literalmente histérica, se siente opacada al lado de Selene, porque que cuerpazo, que piernas, que trasero y que pechos tan grandes, de paso ese vestido que tiene puesto hace elevar mucho la imaginación de los perversos —¡Al parecer el viaje será muy largo!— Selene se refiere a lo fastidiosa que es Tatiana—¡Sube al auto Tatiana!— ordena Massimo— y ella soltó e
Selene Villareal sonríe a sus adentros, pues no esperaba que Massimo se pusiera tan mal por culpa de ella, ya que no es un secreto lo que él guapo hombre fue a hacer al baño. Tatiana aprovecha que se queda a solas con Selena y le dice. —¿Qué pretendes?— pregunta y se cruza de piernas—¿De qué hablas?— Selene sigue en la laptop—¿De qué? ¡No te hagas la mosca muerta! Te gusta Massimo, pero te informo que él come carne de primera clase— dijo con desprecioSelene sonríe y cierra la laptop, para luego fijar su mirada en ella, la cual sonríe hipócrita, y arquea una ceja.—¿Mi jefe come carne de primera clase?— pregunta Selene —yo no llamaría primera clase a una mujer que no sabe cruzar sus piernas con elegancia y tampoco me llamaría elegancia, a una mujer que no sabe agarrar una copa de vino, y beber de ella. Solo es una zorra queriendo aportar elegancia, pero no la tiene, no tiene ni clase, ni educación—¡Zorra tú...!— la señala Tatiana, su rostro está enrojecido —no, no lo soy, ¿A qué