Angela esa noche había decidido ser atrevida y llamar la atención empezando por su atuendo. El escote de su conjunto tenía una pronunciada V en la parte delantera que dejaba ver lo que parecía ser la parte superior de un corpiño negro, pero en realidad era el cuerpo del vestido. Bajo la cintura, una falda de satén roja se abría por delante en forma de V invertida revelando unas piernas largas y torneadas enfundadas en satén negro. El conjunto al completo resaltaba su melena caoba oscura y su tez blanca.
Si quería llamar la atención, mejor ir a por todas, ¿no? Ella misma había diseñado y confeccionado el vestido a pesar de que Diseños Angel se centraba, al menos de momento, en ropa más relajada para mujer del dia a dia y no en alta costura. Ya que estaba soñando a lo grande, de nada servía promocionar los diseños de otros en lugar de los suyos propios. Además, si a su familia le llegaba la noticia de su asistencia a la semana de la moda, tal vez el atrevido vestido desviaría la atención y no se darían cuenta de a quién había llevado como pareja. Talvez.
Aun así, la valentía la abandonó casi por completo cuando Dante cerró la puerta de la limusina y ella dio un paso sobre el pavimento.
Y cuando la miró con intensidad, se le aceleró el pulso y un cosquilleo danzó sobre su piel. La mirada de Dante la ponía nerviosa
Automáticamente, se tocó el rubí que llevaba sobre el escote. Dante la había citado en una discreta y exclusiva joyería el que ella luciera despampanante y por eso logro que le prestaran unas joyas a juego. Si no hubiera sido por él, jamás habría podido tener acceso a esas piezas y, a pesar de un cierto recelo inicial, al final no había podido resistirse a perder tan importante oportunidad. Ángela quería resaltar en el evento.
Además, Dante, que también se había vestido para impactar, había producido en ella un efecto para el que no había estado preparada y el breve trayecto desde su apartamento, donde la había recogido, hasta la mansión no había hecho más que intensificar esa reacción.
Estaba guapísimo, moderno y atrevido con un esmoquin impecablemente confeccionado, corbata y camisa negra de satén. Y aunque en los días previos al evento se habían comunicado por mensajes y ella le había dado algún dato sobre su atuendo, Ángela no se había preparado para un resultado final tan impactante.
Una cosa era coincidir con él en una fiesta o un bar y otra muy distinta acudir juntos aun evento público.
El trayecto a la mansión fue largo y Ángela estaba nerviosa, nunca antes se había sentido asi por un hombre y menos por un Walker.
Dante le puso una mano en la parte baja de la espalda para indicarle que pasara delante de él y el roce provocó una oleada de calidez que la arrastró hacia…
«Céntrate» replicaba su conciencia tratando de mantenerla centrada en la noche y no en las emociones causadas por Dante.
Angela respiro profundo y se puso derecha, sonrió cuando se acercaron a la entrada. La Mansión era un lugar de referencia que solía albergar eventos y algunas delas fiestas más lujosas de la ciudad y por supuesto era la sede anual de la gala de modas.
–Relájate –murmuró Dante al verla tensa y nerviosa además añadió–. Estás impresionante.
Ella lo miró y sonrió
–Resulta increíble que puedas decir eso mientras sonríes. ¿Dónde has aprendido a ventriloquía?
Él sonrió aún más.
–En la sala de juntas. Nunca se sabe cuándo te vas a topar con alguien que puede leer los labios cuando estás negociando un acuerdo empresarial. –¿Así que ese es el secreto de los Walker? –Bromeo Angela
–Hay otros.
Una vez superado el reto de pasar juntos por la zona de recepción, entraron en la sala del evento, donde vestidos de lentejuelas y lámparas de cristal, competían por ver qué brillaba más.
Dante tomo dos copas de champán aprovechando que un camarero pasaba delante de ellos.
–Salud –dijo chocando la copa con la de ella–. Lo has logrado–comento el muy sonriente.
Angela respiró hondo y dio un trago. Por fin estaba en el lugar que había soñado desde hace meses y por el cual se había preparado desde hace mucho tiempo.
–Un diseño muy original, por cierto–añadió él haciendo que el cumplido sonara tanto indiferente como incendiario.
Angela contuvo las ganas de resoplar para refrescarse la cara.
–Lo he elaborado yo. Diseños Angel.
–Claro. El negro te sienta bien–Replica Dante con una sonrisa traviesa
Angela estuvo a punto de responderle cuando una pareja se les acercó y el hombre le dio una palmada en el hombro a Dante.
–Me alegro de verte. Creo que no estás en tu hábitat, pero me alegro de que hayas venido–Comenta el caballero
–¿Cómo iba a perderme la oportunidad de asistir a la gala de la semana de la moda? – respondió Dante con amabilidad.
Ángela, la única que podía captar la ironía del comentario, se sonrojó. Dante se giró hacia ella y le presentó a Stuard Lewis y a su esposa,
Hellen.
–Angela es diseñadora de su propia firma. Diseños Angel.
–Debe de ser emocionante tener tu propia firma –le dijo Hellen –. Cuando era joven trabajé como modelo y siempre me fascinó el diseño, aunque nunca pasé de unos cuantos bosquejos.
Angela sonrió ala escucharla, Hellen se escuchaba muy emocionada.
–Espero que aún los guarde. En moda todo vuelve– Replico Angela muy amigable.
–Ahora la única artista de la familia es nuestra hija. Por eso estamos aquí esta noche. Katie está cubriendo el evento para la revista .
–No, estamos aquí porque nunca has perdido el amor por la moda –la corrigió su esposo con mirada indulgente–. Y ya te dije que tu chaqueta tipo bolero era la elección correcta para esta noche.
Hellen sonrió a su marido y se tiró de la solapa de la chaqueta de satén color jade que llevaba sobre un vestido bordado con cuentas.
–Después de más de treinta años de matrimonio, te has convertido en un experto–Replica Hellen
–Sí, pero también porque leo los ejemplares de la revista Billonario que hay por toda la casa.
Dante miró a su alrededor.
–Por cierto, ¿dónde está Katie?
–Entrevistando a invitados sobre los modelos que llevan–Comenta Hellen
–Entonces debería entrevistar a Angela –dijo Dante sonriendo. Angela se sonrojó otra vez.
–Eso es… –Una idea excelente –apuntó Hellen antes de mirar a su alrededor en busca de su hija. –A mi esposa le gusta ejercer de asistente personal de Katie–bromeó Stuard–. Bueno, Dante, supongo entonces que tú también tienes Contacto con el mundo de la moda. Para sorpresa de Ángela, Dante la rodeó por la cintura y la acercó a él. Mientras dice–Ángela me tiene al tanto. –Me gusta que salgas de la oficina–dijo Stuard, y mirando a su esposa con amor, añadió– Hellen me curó de mi adicción al trabajo hace mucho tiempo y mi médico dice que gracias a ella he evitado otro infarto al corazón. –Nos mantenemos activos. Jugamos al golf con otra pareja los fines de semana. ¿Tú juegas, Ángela? –Eh…sí–Respondio Ange La manera de jugar al golf de ella era pasable, aunque había aprendido algunas cosas durante su breve temporada en el equipo de golf del instituto. –Dante y tú deberían venir a jugar un fin de semana–dijo Stuard–. No hay nada como una competición amistosa, ¿verdad? Angela parp
Angela dio un sorbo pequeño a la infusión, suspiró y lo miró. Sus miradas se quedaron enganchadas un instante y ella debió de veralgo en los ojos de él porque separó los labios y tomó aire, pero entonces desvió la mirada y agarró la pequeña bolsa de papel que había dejado a sulado al sentarse. –Antes de que se me olvide –dijo dándole la bolsa–, gracias por las joyas. Las habría devuelto yo misma, pero la tienda cierra los domingos. El collar de rubíes y diamantes y los pendientes largos le habían sentado de maravilla. Angela había tenido un gusto impecable y muy buen gusto al elegirlos. –De nada –respondió él–. Pero no te he pedido que nos viéramos por lo de las joyas. ¿Qué vamos a hacer con la invitación de los Lewis? –Esta muy claro lo que vamos hacer uno de los dos se reportara enfermo, nuestro trato fue solo una noche Dante te lo recuerdo –Creo que a los dos nos beneficiaría ir a jugar al golf con ellos–Replica Dante, el sabe lo importe y lo cerca que esta por cerrar el trato
Se llego el dia del partido de juego tan esperado por Angela. Angela se peinó frente al espejo de la entrada del piso de Dante en Welsdale mientras él atendía una llamada de negocios en otra habitación. Había hecho mucho viento en el campo de golf. No la hacía sentirse bien estar moviéndose por allí a hurtadillas e intentando asegurarse de que nadie de su familia supiera que estaba al lado de casa y con Dante Walker. La única que lo sabía era Lia, pero eso no suponía un problema porque su prima siempre había sido su cómplice. Por ahora todo iba bien. Nadie de la familia le había escrito ni la había llamado. Esa mañana a primera hora Dante y ella habían ido hasta Massachusetts en el todo terreno Lexus de él. Había hecho un día precioso y soleado y la partida de golf había estado bien. Habían acabado perdiendo, pero al menos se habían defendido. Después habían terminado allí en el piso tomando unas copas con los Bensen y finalmente Stuard y Dante se habían despedido cerrando un tra
Angela salio del hotel en donde se encontaba con Dante, la esperaba afuera un taxi. Mientras iba en camino a su casa y sabiendo muy bien lo que le aguardaba ella no dejaba de pensar en las cricias y ese fuego que sintió al estar entre los brazos de Dante.–Concentrate Angela ¡estamos en problemas! –Replica su concienciaCuando llegó a la casa de estilo mediterráneo que sus padres tenían a las afueras de Welsdale, inmediatamente reconoció la camioneta de Cold en el camino de entrada circular. El lujoso todo terreno de Jordan estaba estacionado. Eso quiere decir que los hermanos están en casa.Después de la soleada mañana que había pasado con los Lewis, el cielo se había oscurecido con nubes de lluvia como presagiando el giro que iba a dar el día.Mierda. Había esperado poder hablar con sus padres a solas, pero era fin de semana y debería haber imaginado que sus hermanos estarían allí.Cold, que había tomado el mando de Construcciones Bernal después del infarto de su padre unos años atr
–¡Giordano! –gritó Bianca al escuchar la conversación y lo que decía su hijo con un marcado acento italiano–. Creí que te había educado mejor.–Lo siento, mamá –dijo Jordan sonriendo. Angela fue directo a saludar a su madre con un beso y un abrazo. La extraña, hace semanas no la ve.Aunque Bianca había aprendido a hablar inglés de pequeña, aún lo salpicaba con su acento italiano. Había conocido a su marido cuando tenía veinte ún años y trabajaba como recepcionista de hotel y él estaba de vacaciones en la Toscana.El timbre sonó y Selena se sobresaltó.–Voyyo.–Deberías habérmelo contado hija–protestó su madre al sentarse–. Podríamos haber ido a recogerte al autobús.–No hacía falta, de verdad, además quería que fuera una sorpresa –dijo sintiéndose culpable.–Ha sacado tu vena de mujer independiente, Bianca –farfulló Luigui mientras Angela lo besaba en la mejilla.Era obvio que Cold no les había contado lo de Dante Welker… aún.Detodos modos, la alegría de tenera sus hijos allí alomejo
Mientras Dante conducía alejándose de la casa de los Bernal, Angela estaba sentada a su lado en un completo silencio sepulcral. La miró por el rabillo del ojo, pero ella tenía la mirada clavada alfrente.Su llegada a casa de los Bernal había tenido el recibimiento esperado, pero bajo ningún concepto iba a sentirse rechazado o inferior solo porque la familia de Angela mirara a los Walker por encima del hombro, y mucho menos después de lo que los dos habían compartido en su piso.El se presnto en esa casa porque no quería imaginarla allí sola frente al resto de la familia en medio de una discusión. Y, además, el problema lo tenían con él.Aunque Angela lo destriparía por semejante analogía, ahora mismo se sentía como un príncipe azul alejándose a caballo con la damisela en a puros. Él tenía un coche, no un caballo, y ella era una mujer que había demostrado saber cuidar de sí misma. Además, su armadura tenía unas cuantas grietas generadas por su apellido, al menos en lo que respectaba a
Dante mal dijo, la agarró de la mano y tiró de ella. Cuando entraron en el piso, estaban fríos y empapados.Angela tembló y Dante soltó la bolsa y le lanzó una de las dos toallas que había sacado de un armario cercano.–Toma, secate.–Gracias –ella se secó la cara y el pelo y en ese momento se dio cuenta de que tenía el polo blanco pegado a la piel y que se le transparentaban el sujetadorde en caje y los pezones erectos.Y a juzgar por la dirección en la que miraba Dante, él también sehabía fijado.Angela, mirando su torso de músculos claramentede finidos, se colocóla tolla delante y se aferró a ella.–La habitación de invitados está al fondo, por si quieres ir a cambiarte.–Gracias –Angela tomo la bolsa y fue hacia allí con la intención de poner algo de distancia entre los dos y de recomponerse.De ningún modo se quedaría ahí. Sin embargo, por desgracia para ella, la lluvia torrencial no cesó mientras se puso un chándal y se refrescó en el baño.Estaba entre la espada y la pared. Si
–Puedo resistirme a ti sin ningún problema –dijo Angela, aunque ni siquiera a ella le resultaron convincentes esas palabras.–Talvez, pero no hemos dicho que yo pueda resistirme a ti.Si había sido Dante el que la había tocado primero, ¿significaba eso que ella ya no tenía que contenerse?Deslizó la mano sobre su hombro y, ejerciendo una delicada presión, le acercó la cabeza hacia ella.–¿Un último acto derebeldía al enrollarte con un Walker?–murmuró él.–¿Por qué no? –susurró ella contra sus labios–. De todos modos, todos piensan que ya lo he hecho.Dante dejó escapar un gemido y entonces sus labios se tocaron en unbeso ardiente y lleno de promesas.Él le ladeó la cabeza y, tomándose su tiempo, exploró su boca. Y cuando quiso más, ella echó la cabeza atrás y Dante se inclinó hacia ella y la tendió en el sofá.Sin dejar de besarla, le abrióla camisa del pijama.Angela arqueó la espalda y los pezones se le endurecieron al rozar el torso de Dante. Le ardía el cuerpo mientras se movía en