“Tienes razón” asiente Brigitte. “El problema es que si no regresas pronto a la ciudad, la persona que en realidad es la más peligrosa podría pensar que intentaste escapar de la ciudad. Podrías tener a alguien mucho peor pronto tras de ti”. Ella me da una mirada de complicidad.Me encojo de hombros, pero ni siquiera yo me creo la indiferencia que intento proyectar. “Tal vez ha dejado de rastrearme. Tiene mejores cosas con las que lidiar, estoy segura”.“Lo dudo. Ambas sabemos que un hombre despechado puede convertirse en un verdadero psicópata”.Ella tiene razón en eso. Brigitte y yo tenemos experiencia en ese departamento.Cada una de nosotras tiene algunos demonios en nuestros espejos retrovisores.Brigitte agarra mis manos y se sienta en el borde de la cama, con una pierna doblada debajo de ella. Su cabello rubio está rizado en ondas sueltas que fluyen sin esfuerzo sobre sus hombros. Me siento como un duende en comparación. Es cierto que ayer di a luz, pero aún así. Ni siquiera m
“No es suficiente” responde Brigitte.Amira se vuelve contra su amiga. “Basta, Bridge. ¿De acuerdo?”.“¿Lo estás defendiendo? ¡Él es la razón por la que todo esto está sucediendo! Tienes que venir conmigo y dejar que yo te proteja”.“De ninguna puta manera” bufo. “Tú no eres su guardián”.“No para siempre” acepto, “pero mientras quieras ponerla en peligro, lo seré. No voy a dejar que le pase nada ni a ellani a mi hijo”.Brigitte abre la boca para responder, pero antes de que pueda formular una frase coherente a través de su ira, mi teléfono suena.Lo saco de mi bolsillo. Es Gennady. “¿Qué?” le gruño.“Una caravana se dirige hacia ti” dice sin aliento. “Acabo de pasarlos en la carretera”.“¿Qué quieres decir con ‘una caravana’?”.En la habitación del motel, Brigitte y Amira guardan un silencio sepulcral.“Autos blindados, vidrios polarizados. Tres de ellos. Están a cinco minutos de ti ahora mismo. Tienes que irte”. Suena en pánico. “¿Quieres que me regrese?”.“No. Sigue conduciendo. G
Me encojo de hombros. “No hay problema. Es la verdad”.“Ya sé que es verdad” dice ella, dándome un codazo en el brazo en tono de broma. “Pero no debería haberlo dicho”.La tensión aumenta entre nosotros. Como si el aire hubiera sido succionado del auto. Soy muy consciente de su pequeña mano en mi hombro. De la risa en sus labios. La burla en sus ojos.Ella es un puto riesgo Dante, me regaño. Llévala a Chicago. Luego aléjate de ella.Para variar, mi voz interior tiene razón. Esto no puede durar. Todo estaba condenado desde el principio.He tomado una decisión: tan pronto como lleguemos a Chicago, nos separaremos. Enviaré dinero para mi hijo y su madre. Los cuidaré desde lejos. Pero es mejor para nosotros desligar nuestras vidas lo más rápido posible.Como si pudiera sentir lo que está pasando en mi cerebro, la mano de Amira se retira de mi hombro como si la hubiera pinchado. Sus ojos se nublan con confusión.Luego suspira y mira su comida. “Odio el silencio” susurra ella.“Enciende
Se da la vuelta y apenas oculta una mueca cuando me ve sosteniendo el asiento para auto de Lukas. “Lo siento, pero no puedes entrar. Mi hermano no quiere problemas. Simplemente deja sus cosas en la acera y vete”.Estoy a punto de preguntarle a Brigitte con quién diablos cree que está hablando, pero Amira se interpone entre nosotros justo a tiempo con una mano en mi pecho. “Te veré arriba, Bridge, ¿de acuerdo? Quiero hablar con Dante”.Brigitte busca agarrar el asiento de Lukas al pasar. Aparto su mano de un golpe con la mía. “No toques a mi puto hijo” gruño.Ella entrecierra sus ojos, pero luego Arya asiente para que Brigitte continúe. La tonta rubia levanta las manos en señal de rendición, claramente molesta. Pero nos deja solos.Amira se vuelve hacia mí cuando se ha ido. “Sé lo que estás pensando” expresa antes que yo pueda decir algo. “Pero ella no es una mala persona. Solo es protectora. Y no confía en ti”.“El sentimiento es muy jodidamente mutuo”.Amira vuelve a poner una mano
Y no puedo evitar pensar que tiene algo que ver con que Dante no esté aquí.La cara de Dante fue la primera cara que vio Lukas. Las primeras manos que sintió. Su entrada a este mundo.“Lo sé, cariño” canturreo, sin dejar de balancearlo para que no se despierte. “¿Extrañas a tu papá?”.A pesar de lo incómoda y torpe que se siente esa palabra en mis labios... algo extraño sucede en mi pecho cuando la digo.No sé cómo llamar a ese sentimiento o cómo lidiar con él. Así que lo dejo a un lado en esa parte oscura de mi corazón reservada para cosas que no deberían ver la luz del día.Aunque esa parte de mí está terriblemente llena.Y finalmente, justo en ese momento, me doy cuenta de repente de cuántas conversaciones vamos a tener a lo largo de los años sobre el “papá” de Lukas.Dante, independientemente del hecho de que en realidad no estará en la vida de Lukas, inevitablemente no podrá salir de la vida de Lukas. Siempre será la persona que le dio la mitad de sus genes. La persona que tie
Se encoge de hombros y me mira. Sus ojos son oscuros y la lámpara que hay detrás de él le dibuja una silueta. Parece una sombra viviente frente a mí. Tengo el impulso de accionar el interruptor de la luz para echarlo a un lado.“Peores cosas han unido a la gente”.Mi tono se vuelve más frío incluso mientras el miedo comienza a crecer en mi estómago. “No nos están ‘juntando’ Erik. Brigitte dijo que podía esconderme aquí, pero si no puedo, entonces...”.“Oh, si puedes” dice rápidamente. “Claro que puedes” dice agitando las manos como para calmarme, aunque su sonrisa solo sirve para ponerme más nerviosa. “Pero nada es gratis en la vida. Tú lo sabes”.No dice lo que quiere explícitamente. Pero no es difícil descifrar lo que quiere decir. Especialmente cuando sus ojos siguen tragándome de esa manera.Toda la situación se vuelve aún más extraña por el hecho de que tengo dos días de haber dado a luz. Todavía parezco embarazada de seis meses y estoy usando ropa de gran tamaño. No estoy
Sus ojos son tan calculadores como siempre. Lo ven todo. No se pierden nada.El resto de él, sin embargo, ha cambiado. Está cubierto de tatuajes que asoman por debajo del cuello y los puños de su blanca y almidonada camisa de vestir. Incluso su cara está tatuada.Si mamá pudiera verlo, lloraría. Menos mal que está muerta.“Debo decir que me sorprendió escuchar tu voz” comenta él. “Casi no lo creía. Después de todo este tiempo, ¿qué podría querer Dante Romanoff de su patético hermano mayor?”.“Tus palabras, Ilyasov. No las mías”.Mueve el dedo en señal de negación y con el ceño fruncido. “No, no, esas son tus palabras. El hermano mayor puede perdonar, pero nunca olvida”.“Han pasado diez años”.“Diez años de silencio. Diez años de distanciamiento.¿Cómo se puede resolver algo sin comunicación, hermanito?”.No estoy seguro de qué dirección está tomando él aquí. Ambos sabemos muy bien lo que pasó hace diez años. Del porqué las cosas quedaron como quedaron
“Entonces, ¿qué necesitas, Ilyasov?”.“Un favor” dice con un encogimiento casual de hombros. “Solo necesito que me hagas un mandado. Ocúpate de algo de lo que llevo tiempo queriendo ocuparme”.Cualquier otro podría dejarse engañar por el tono de mi hermano. Pero, con o sin diez años de distanciamiento, yo conozco el brillo en sus ojos.Aprieto la mandíbula. “¿A quién quieres que mate?”.Su sonrisa se convierte en una sonrisa completa. “Por eso te admiro, Dante. Siempre vas directo al grano. Nada de jodidas evasivas”.“Ojalá tú hicieras lo mismo”.Se acabó el momento de las sutilezas. Las fichas de negociación están sobre la mesa. Es hora de negociar.La mirada de Ilyasov se agudiza. “Solo es un hombre que me ha estado molestando. No te aburriré con los detalles. Si aceptas, te daré la información que necesitas saber”.“Necesito saber qué hizo”.Mi hermano mueve el dedo. “No, sobrat, ahí es donde te equivocas. No necesitas saber lo que hizo. Sólo tienes que hacer lo que yo te diga. Si