Dos días y Abner y Calisto seguían sin salir de la habitación, la primera noche Abner tuvo que contenerse demasiado para no lastimarla; sin embargo, Calisto no parecía preocupaba por su integridad física y su deseo por tener todo de Abner se encontraba lejos de estar satisfecho. — Quiero todo de ti— dijo ella — con voz sensual y sincera mientras descansaba sobre el pecho de su hombre. — Ya lo tienes todo —le aseguró él — quien tampoco podía saciar sus ansias por ella. — Enséñame — pidió — enséñame todo, quiero darte placer igual que tu a mi — Calisto apenas y se reconocía, hasta unas horas atrás era virgen y ahora no podía vivir si el placer del sexo, mejor dicho, sin el placer que Abner le daba.Ella se colocó a horcajadas sobre él, quien se deleitó con la desnudez de su cuerpo, su suave y tibia piel haciendo contacto con la suya. Calisto se movía lentamente rozando su intimidad con la hombría de Abner que no tardó en despertar.Un poco apenada y esperando qu
—¿Estás nervioso? — le preguntó Calisto a Abner mientras se dirigían a la reunión donde negociaría ciertos proyectos de la empresa, mismos que su abuela le había designado con el fin de que el joven Barbaren demostrara su habilidad dentro de los negocios. Habilidades que se suponía venía desarrollando gracias a la asesoría de Calisto.— No — aseguró él con seriedad — es solo que te molesta él hecho de que tengo que demostrar que soy bueno para algo — dijo soltando un fuerte suspiro.— Todos en algún momento tenemos que demostrar de que somos capaces — respondió ella con paciencia.Abner giro su rostro hacia ella y le sonrió con dulzura, Calisto tenía el don de provocar torrentes de emociones dentro de él; pero al mismo tiempo era la única que podía calmarlas y brindarle una paz difícil de conseguir bajo la situación en la que se encontraba.— Eres brillante Abner, seguro de ti mismo de tus capacidades, conoces el tema a la perfección, deja esa frustración fuera de ti y estás del otro
Calisto llegó a su departamento con el rostro empapado en lágrimas, lloró en silencio durante todo el trayecto hasta su departamento, una vez que Dara la recibió ella se lanzó a sus brazos echa un mar de llanto.Abner no fue el único al que le dolía el corazón, Calisto sentía que una parte de ella se quedaba con él dejando un doloroso vacío en ella.— ¿Qué pasó? — quiso saber su amiga de inmediato con la voz llena de angustia.— Dis… discutimos — balbuceo Calisto entre sollozos.— Ese maldito — escupe Dara entre dientes — ¿te lastimó? — exigió saber.Calisto negó con la cabeza — físicamente no— logro decir.— Espera, te traeré un té y me cuentas — Dara la dejo echa un ovillo en el mullido sofá de la estancia y se dirigió a la cocina.— Mamá ¿está dormida? — preguntó echando una mirada hacia la recamara, no es como sirviera de mucho, la puerta estaba cerrada.— Supongo que sí, desde que te fuiste no ha dado señales, ese sedante debió noquearla — explicó su amiga al mismo tiempo que pre
El corazón de Abner bombeaba con fuerza mientras esperaba a que Calisto abriera la puerta, había llamado ya varias veces y nadie atendía, en el edificio no había portero ni nadie que pudiera haberle avisado que él estaba ahí, por lo que descartaba la posibilidad de que lo estuviera evitando a propósito.La zona en qué Calisto vivía no era baja; pero tampoco era de las más seguras de la ciudad, el edificio presentaba cierto deterioro y aunque a Abner no le daba importancia a la clase social, ni mucho menos afectaría lo que sentía por ella, sí se preocupó por la seguridad de la joven.De un momento a otro puso en marcha un plan para mudarla a un lugar más seguro y cómodo para ella, aunque por supuesto la idea era que siguiera viviendo con él, entendía que ella necesitaba un lugar, su espacio.Aquel pensamiento le hizo darse una idea de por qué Calisto quería mantenerlo al margen de su vida en ciertos aspectos, el peso de sus diferencias sociales se mostró frente a él de forma clara, un
— No tengo papá — confesó la joven.— No es necesario que …— Está bien, no es algo que pueda ni quiera ocultarte — aseguró Calisto — nunca lo conocí, no sé nada sobre él…— ¿Quieres encontrarlo? — pregunto Abner, — puedo ayudarte hacerlo, Ilan es muy bueno encontrando personas — apremio al notar un deje de tristeza en la voz de Calisto al hablar de su padre.— La joven esbozó una leve sonrisa — No, no es necesario, la verdad es que ni mi madre sabe quién es y tampoco mostró interés por encontrarlo— se encogió de hombros restándole importancia — ella siempre ha fomentado la libertad e independencia y pues no le reclamó nada me dio una familia, nada me ha faltado — agregó.Abner no sabía exactamente que decir a eso, era claro que le afectaba; pero como la mujer fuerte que era no se dejaba vencer.La tomó de las manos y dejó un beso ligero en ellas — Eso es lo importante aprender a ser felices con lo que la vida nos da— dijo elevando una sonrisa arrebatadora para animarla.Cómo por arte
— Buen día señorita, busco a la señorita Melker — La madre de Calisto, sabía perfectamente que su hija no estaba en la oficina, el día que Dara la llevó al hospital se lo comentó. La desesperación combinada con falta de sentido común, madurez y egoísmo la llevaron a creer que podía sacar ventaja de la relación que su hija sostenía con el heredero de los Barbaren, sin imaginarse que estaba a punto de arruinarle la vida. llegó preguntando por Calisto, sin embargo, a quien realmente quería ver era a Abner, su intención era contarle la difícil vida que llevaban y su trágica situación financiera, pedirle su ayuda, por su puesto, mostrarse como la madre sufrida que hacía lo impensable por el bienestar de su hija, hasta humillarse suplicando la ayuda de su novio. Un hombre enamorado como él, no se negaría a ayudar a su amada, de eso estaba segura, no obstante, no contó con el hecho de que Abner tampoco estaba en la empresa. — La señorita Melker no se encuentra — le informó la recepcionis
— No puedo creer que te vayas a mudar con un chico — chilló Dara mientras le ayuda a Calisto a empacar sus cosas dentro de cajas.— Ni yo misma me lo creo — la emoción era palpable en la voz de Calisto, estaba dando un paso muy importante para ella y pese a que todo estaba pasando sumamente rápido, no tenía miedo. Estaba segura de su decisión.— Creí que les tomaría más tiempo. Tendría más tiempo para asimilarlo — Dara no pudo ocultar su tristeza.— Vamos, no es como si me estuviera mudando a otro país y aunque lo fuera, jamás me alejaría de ti, lo sabes — Calisto se acercó a ella y la envolvió en un cálido abrazo.— No podremos hacer nuestras tradicionales noches de chicas con Abner ahí — señaló en un puchero.— Abner no estará todo el tiempo — Explicó Calisto.— Se supone que vivirán juntos, ¿no? — inquirió Dara un poco confundidas.— Si esa es la idea, sin embargo, por el momento su abuela no debe enterarse, lo haremos público una vez que sea nombrado presidente, cuando ella no pue
Tal y como Dara lo había pedido, Abner se preparó para confesarle a Calisto que él era el hombre misterioso de la fiesta de máscaras, un par de días después de haberse mudado a vivir juntos.Necesitó de la ayuda de sus amigos y de la propia Dara para organizar el momento, mientras Calisto era entretenida por su amiga e Ilan con cientos de pretextos.Por su parte Kenzo tenía la tarea más importante a su cargo, ese detalle sería el que le conseguiría el perdón de Calisto o al menos eso era lo que joven heredero pensaba.— Las velas y las rosas nunca fallan — aseguraba Kenzo. Llegó con un séquito de decoradores al departamento de la pareja y en un par de horas lo convirtieron en todo un chalet romántico.— Solo te pedí un par de cosas, tampoco es como si…— Como si le fueras a pedir matrimonio — su amigo terminó la frase por él — Ya están casados, ella no lo sabe aún; pero bueno un detalle insignificante, por cierto ¿cuándo se lo dirás? — preguntó curioso.Abner exhaló con fuerza —- No l