El corazón de Abner bombeaba con fuerza mientras esperaba a que Calisto abriera la puerta, había llamado ya varias veces y nadie atendía, en el edificio no había portero ni nadie que pudiera haberle avisado que él estaba ahí, por lo que descartaba la posibilidad de que lo estuviera evitando a propósito.La zona en qué Calisto vivía no era baja; pero tampoco era de las más seguras de la ciudad, el edificio presentaba cierto deterioro y aunque a Abner no le daba importancia a la clase social, ni mucho menos afectaría lo que sentía por ella, sí se preocupó por la seguridad de la joven.De un momento a otro puso en marcha un plan para mudarla a un lugar más seguro y cómodo para ella, aunque por supuesto la idea era que siguiera viviendo con él, entendía que ella necesitaba un lugar, su espacio.Aquel pensamiento le hizo darse una idea de por qué Calisto quería mantenerlo al margen de su vida en ciertos aspectos, el peso de sus diferencias sociales se mostró frente a él de forma clara, un
— No tengo papá — confesó la joven.— No es necesario que …— Está bien, no es algo que pueda ni quiera ocultarte — aseguró Calisto — nunca lo conocí, no sé nada sobre él…— ¿Quieres encontrarlo? — pregunto Abner, — puedo ayudarte hacerlo, Ilan es muy bueno encontrando personas — apremio al notar un deje de tristeza en la voz de Calisto al hablar de su padre.— La joven esbozó una leve sonrisa — No, no es necesario, la verdad es que ni mi madre sabe quién es y tampoco mostró interés por encontrarlo— se encogió de hombros restándole importancia — ella siempre ha fomentado la libertad e independencia y pues no le reclamó nada me dio una familia, nada me ha faltado — agregó.Abner no sabía exactamente que decir a eso, era claro que le afectaba; pero como la mujer fuerte que era no se dejaba vencer.La tomó de las manos y dejó un beso ligero en ellas — Eso es lo importante aprender a ser felices con lo que la vida nos da— dijo elevando una sonrisa arrebatadora para animarla.Cómo por arte
— Buen día señorita, busco a la señorita Melker — La madre de Calisto, sabía perfectamente que su hija no estaba en la oficina, el día que Dara la llevó al hospital se lo comentó. La desesperación combinada con falta de sentido común, madurez y egoísmo la llevaron a creer que podía sacar ventaja de la relación que su hija sostenía con el heredero de los Barbaren, sin imaginarse que estaba a punto de arruinarle la vida. llegó preguntando por Calisto, sin embargo, a quien realmente quería ver era a Abner, su intención era contarle la difícil vida que llevaban y su trágica situación financiera, pedirle su ayuda, por su puesto, mostrarse como la madre sufrida que hacía lo impensable por el bienestar de su hija, hasta humillarse suplicando la ayuda de su novio. Un hombre enamorado como él, no se negaría a ayudar a su amada, de eso estaba segura, no obstante, no contó con el hecho de que Abner tampoco estaba en la empresa. — La señorita Melker no se encuentra — le informó la recepcionis
— No puedo creer que te vayas a mudar con un chico — chilló Dara mientras le ayuda a Calisto a empacar sus cosas dentro de cajas.— Ni yo misma me lo creo — la emoción era palpable en la voz de Calisto, estaba dando un paso muy importante para ella y pese a que todo estaba pasando sumamente rápido, no tenía miedo. Estaba segura de su decisión.— Creí que les tomaría más tiempo. Tendría más tiempo para asimilarlo — Dara no pudo ocultar su tristeza.— Vamos, no es como si me estuviera mudando a otro país y aunque lo fuera, jamás me alejaría de ti, lo sabes — Calisto se acercó a ella y la envolvió en un cálido abrazo.— No podremos hacer nuestras tradicionales noches de chicas con Abner ahí — señaló en un puchero.— Abner no estará todo el tiempo — Explicó Calisto.— Se supone que vivirán juntos, ¿no? — inquirió Dara un poco confundidas.— Si esa es la idea, sin embargo, por el momento su abuela no debe enterarse, lo haremos público una vez que sea nombrado presidente, cuando ella no pue
Tal y como Dara lo había pedido, Abner se preparó para confesarle a Calisto que él era el hombre misterioso de la fiesta de máscaras, un par de días después de haberse mudado a vivir juntos.Necesitó de la ayuda de sus amigos y de la propia Dara para organizar el momento, mientras Calisto era entretenida por su amiga e Ilan con cientos de pretextos.Por su parte Kenzo tenía la tarea más importante a su cargo, ese detalle sería el que le conseguiría el perdón de Calisto o al menos eso era lo que joven heredero pensaba.— Las velas y las rosas nunca fallan — aseguraba Kenzo. Llegó con un séquito de decoradores al departamento de la pareja y en un par de horas lo convirtieron en todo un chalet romántico.— Solo te pedí un par de cosas, tampoco es como si…— Como si le fueras a pedir matrimonio — su amigo terminó la frase por él — Ya están casados, ella no lo sabe aún; pero bueno un detalle insignificante, por cierto ¿cuándo se lo dirás? — preguntó curioso.Abner exhaló con fuerza —- No l
Tres meses, solo tres meses duró la felicidad que los envolvía. Abner y Calisto se encontraban al pie del calvario que los aguardaba, juntos descubrieron y conocieron el amor por primera vez y por desgracia también conocerán el dolor por un corazón roto.Lograron mantener su relación oculta de la abuela Barbaren y el mundo o al menos eso era lo que ellos pensaban, el idilio de su amor no les permitió pensar ni ver más allá en la realidad que envuelve al mundo, despejo de ellos la malicia que puede existir en los demás.Disfrutaron uno del otro inocente y ajenos de lo que se orquestaba a sus espaldas, porque, así como ellos mantenían en secreto su amor, la matriarca de los Barbaren también había planeado el fin de este amor en secreto.Se tomó su tiempo, fue meticulosa y sobre todo despiadada, no sólo pretendía romper con esa relación, calcinarla hasta que no quedan ni cenizas, anhelaba que Calisto sufriera, destruirla por completo, tenía que pagar la osadía de haberse enamorado de Abn
Afligida Calisto esperaba de pie frente al ventanal del departamento que ofrecía una vista panorámica de aquella parte de la ciudad; pasaba de la media noche y Abner no daba señales. Lo llamó, le envió mensajes e incluso acudió a sus amigos para saber de él y nada, ellos tampoco pudieron contactarse con su amigo.Después de lo sucedido no tuvo más remedio que irse al departamento que compartían, con la esperanza de que él estuviera ahí, sin embargo, cuando llegó, la soledad la recibió en su lugar. No había ni rastro de Abner y la desesperación luchaba por dominarla, sin embargo, Calisto no cedió ante ella, las cosas no podían terminar de esa manera entre ellos, estaba confiada en que hablando lograron aclarar todo, no obstante, el hecho que de Abner no se comunicara con ella, la inquietaba.¿Cómo puedes ser tan cabeza dura ?, se preguntaba Yo lo escuché todas las veces que me lo pidió, no me escondi de él.Esos y más pensamientos invadieron su mente robándole el sueño, aunque lo hu
Sumidos en las responsabilidades que les fueron impuestas. Abner y Calisto hacían malabares para alargar lo más posible el poco tiempo que tenían juntos y no dejar que todas esas dificultades que los rodeaban estropearan su relación.Gala Barbaren, la abuela de Abner, demandó su atención las 24 horas del día, mientras que Calisto fue atiborrada de trabajo, por lo que tenía que pasar encerrada en un cuartucho junto a los menesteres de limpieza dentro del edificio de BBN, ni siquiera le permitieron conservar su antigua oficina.Era evidente que estaban ensañados con ella, la trataban peor que si fuera una pordiosera o padeciera la peste, de por sí nunca fue muy sociable con sus compañeros de trabajo, sin embargo, ahora sí todos huían de ella.Junto con Abner, decidieron ser fuertes y hacerles pensar a la anciana Barbaren y a Jairo que entre ellos todo había terminado, Abner dejó el departamento que compartía con ella, ahora sus puntos de encuentro eran las casas de Ilan o Kenzo.Era muy