capitulo 77

"No me interesan estos perdedores, y a ti igual te miran. Te quiero ver cuando se entere tu murciélaga, a ver como te irá" se ríe en mi cara, pero la verdad no creo que Cata lo vea de mala forma, ella es bastante relajada. Cuando le conté lo del trabajo, se puso feliz por mí. Además, hoy vendrá a buscarme a la hora de salida.Terminamos nuestra hora de colación y continuamos trabajando hasta la hora de salida. Todo perfecto, buenas propinas. Aunque no puedo negar que correr de un lado a otro entregando pedidos y sonreír todo el día es agotador.

capitulo 78

"Cuando estén listas tus notas, pequeña", me dice ordenando su bolso para retirarse."Estoy aburrida de esperar, quiero saber que pasa entre nosotras. Además, ya terminé el 95 % de los malditos exámenes". Esto es verdad, quiero saber que piensa, porque no puede ser solo una ilusión. Se ha vuelto tan atenta, preocupada. No puede ser solo preocupación académica, estoy en conocimiento de que varios de mis compañeros y de distintos cursos le pidieron apoyo para terminar el año y los ignoró a todos, pero conmigo fue distinto. No sé, pero quiero tener claro si de verdad esto es real o solo una estúpida ilusión, porque ella no me deja nada claro. "Dime ¿qué te pasa conmigo?, o si no te pasa nada, dímelo igual. Es odioso vivir en una incógnita, pensando si te pasa lo mismo que a mí o si solo fui una calentura para ti", saco uno de mis ciga

capitulo 79

Isabela del MonteLa escucho llorar, desde aquí escucho como rueda cada lágrima por su mejilla, como se despedaza su corazón, como sus rodillas chocan contra el piso y como la rompí por dentro con mis palabras. Malditas palabras, me dolió cada una de ellas y no sé cómo fui capaz de mantener mi mirada firme y fría. Maldita boca, maldita yo por haber cruzado mi camino con el suyo.Si pudiera llorar, estoy segura de que esta calle estaría inundada por mis lágrimas, pero no puedo. Así como no puedo permitirme sentir esto, ni que ella se siga ilusionando. Yo no puedo cometer ese error, no debo. No debo dañarla, sé que este golpe le dolió. Lo siento tanto como ella, pero sé que es fuerte y que de esto se levantará y me odiará. Pero si su odio es necesario para que deje de verme así, su odio será mi mayor aliado.Me quedo hasta que se duerme. Tengo ganas de entrar y arroparla, decirle que todo estará bien, que

capitulo 80

Luis vuelve a mi memoria, su sonrisa su dulzura, su mirada enamorada, esos ojos intensos y transparentes que me transportaba a un mundo de felicidad, recuerdo el día que me pidió matrimonio, el día más feliz de mi vida, soñábamos que al terminar la guerra nos volveríamos granjeros, criaríamos a nuestros hijos en el campo, felices, llenos de amor y confianza. Eran tiempos de felicidad. Hasta que apareció ella. La Condesa, una mujer de mundo, elegante, fina y delicada, me mostro un mundo nuevo lleno de fiestas y alcohol, me engatuso con sus artimañas y me convirtió en el monstruo que soy hoy.Recordarla a ella es ver lo peor de mí, sus ojos rojos llenos de maldad, poder, oscuridad y deseo sus colmillo filudos y amenazantes, y el dolor del cambio cuando ella decidió que yo sería parte de su colección, "te deseo, y no solo ahora, eres hermosa y lo serás siempre, serás mi juguete nocturno y mi fiel sirviente por el resto de la eternidad" siseo lentamente mientras yo

capitulo 81

"¡Aquí está!" escucho gritar. "Oye, hey, despierta, mierda"."Mierda, ¿qué pasó?" Cassandra acaba de llegar, entonces la que llegó primero fue la quiltra. "Tres kilómetros a la izquierda de la interestatal, trae una camilla, su estado es delicado, poca movilidad", la voz de Cassandra se escucha inquieta, al parecer mi aterrizaje no fue perfecto.A los minutos escucho llegar a Estefan y alguno de los guardias me toman con delicadeza y me montan en algún tipo de camilla. Cada parte de mí duele y creo que mi cara lo refleja porque Cassandra les pide que sean más cuidadosos. Me vuelvo a desmayar, perfecto, ni siquiera pude abrir los ojos y otra vez caí en oscuridad."¿Aun no despierta?" otra vez la voz de la quiltra. Perfecto, lo que me faltaba era verme vulnerable frente a ella, esto es vergonzoso. ¿Cómo se encontrar&aacu

capitulo 82

Al verla en esa cama con heridas abiertas por todo su cuerpo y en su hermosa cara, es doloroso. Y su recuperación es lenta por el hecho de que no podía alimentarse. Uno de los hombres que parecía médico llegó con un tipo de bomba para líquido. La entubaron y lo probaron, y funcionó. Al final de tres horas, su cuerpo comenzó a sellar sus heridas, de forma lenta, pero ya se veía un avance.Hoy despertó. Cassandra está con ella alimentándola, y aunque Estefan me ha preguntado en varias ocasiones si quiero entrar, le he dicho que no. Quiero, es obvio que quiero estar con ella, pero ella me pidió alejarme y no sé que hacer. No sé si estar aquí le hará bien, no quiero dañarla más."El amor no daña a quienes amamos, pero el miedo a amar puede llegar a matarnos", me dice la señora María, que es quien se ha encargado de alimentarnos a los humanos. "Pero", intento decir."No existen 'peros' en el amor, señorita", me mira con ternu

capitulo 83

Entre recuerdos y cancionesEstefan AndersonNo sé aún qué está pasando por la cabeza de estas dos. Parecen adolescentes siguiendo a esas mocosas por todos lados. Primero tenía que lidiar solo con los cambios físicos y psicológicos de Cassandra y su fascinación por esa quiltra, pero ahora también se suma Isabela, la cual no ha tenido cambios físicos, pero sí emocionales. Ya no veo a esa mujer sonriente, fiestera y mujeriega; hoy parece un alma en pena y lo peor es que al intentar disimularlo se le nota más. No quiere asumir que no solo siente una atracción por esa rubia, sino que también está completamente enamorada de ella. Ya se le notaba bastante en cómo la miraba y la cuidaba a lo lejos antes de ese viaje, recuerdo que la encontré varias veces en las mismas, también note que algo cambió en ese viaje o tal

capitulo 84

Finalmente, termino en el asiento del copiloto. Durante el viaje, el silencio es incómodo, pero noto cómo revisa constantemente su celular y el mapa, como si no pudiera soportar mi presencia."No creo que alguien te esté esperando", comento con sarcasmo cuando veo que mira su dispositivo por octava vez."Eso no es asunto tuyo", responde fríamente, con un tono que me hiere más que sus palabras."¿Qué hacías en ese antro? Pensé que solo te gustaban los lugares de alta categoría", le pregunto, buscando herirla."No necesito que me juzgues. Además, ¿por qué debería escucharte?", responde con desdén, mostrando su debilidad económica frente a mí."Sé que no podrías pagar este asiento si no fuera por la rubia", le señalo con una sonrisa burlona."¡Cállate, egocéntrico! Estoy harta de tus ton