"Pero yo aún tengo algo por lo que lucho todos los días, y eso en parte es gracias a ti."
"Igual debe ser difícil. Hoy todo esto es difícil... Casandra, yo, tú, y Jeanet y Clara con Estefan, ninguno es feliz... no sé qué hacer."
"Hablar con ella sería el primer paso, idealmente cuando sea ella, pero para eso necesitas tiempo, y aguantar lo que venga."
"Pero la viste, me odia."
"No es ella. Ella está escondida, dolida, y sé que tú puedes traerla, pero para eso necesita tiempo, y tú se lo debes. Lo siento, pero es así, se lo debes. Nunca fuiste franca, nunca le dijiste lo que sentías, no buscaste su versión de los hechos y eso hizo que ella dude de todo, hasta de sí misma."
"Lo siento, no sabes cómo me gustaría hacer todo de otra forma."
"Pero eso no pasará. Mira, después de lo que pasó, cuando se tranquilizó pude hablar con ella y dejará que sigan con la limpieza, y aunque no quiere tenerte cerca, sé que igual se verán y ruego que eso la trai
Ella... uff, ella se ve fabulosa con su vestido negro. Aunque lucho con todas mis fuerzas, no puedo evitar girar mi cabeza para observarla cada vez que puedo, y siempre es lo mismo: se encuentra conversando feliz con una vampira bastante atractiva que le coquetea todo el tiempo, intentando tocar sus manos o cualquier parte de su cuerpo. Ardo en celos cada vez que las veo, odiando tener que soportar eso y, aunque intenté salir de este maldito salón, Isabela me obligó a volver y enfrentarlo. Estoy controlando mi transformación lo mejor que puedo, pero cada vez que veo cómo le sonríe, cómo acaricia su cara o toma algún mechón de su cabello, lo único que quiero es arrancarle la cabeza a la muy maldita. Lo que más ira me da es que Cassandra le devuelve la coquetería y le sonríe como si fuera lo más hermoso que sus ojos ven. Mi sangre hierve al verla reír con esa vampira, y mi corazón duele más con cada gesto que comparten. Siento una rabia tan profunda que apenas puedo contener mis insti
"Per... hip... perdón, te desperté, hip. Solo quería saber, hip, si estabas durmiendo bien", intenta explicarse con esfuerzo. Cierro la puerta e intento buscar algo de ropa para cubrirme, pero ella, al verme hacer eso, me detiene, quedando a escasos centímetros de mi cuerpo. "Te ves tan hip hermosa, hip. No, hip, no quiero... pero no lo puedo controlar... hip", me abraza, siento el frío de su cuerpo. Se siente mágico. "Perdón, no phip no puedo", lo repite una y otra vez. "Debo llamar a Isabela para que te ayu...", sus labios están callando los míos y mi juicio comienza a nublarse. "Debemos-pa-parar- estás muy ebria- Sangi", logro decir cuando me da espacio para respirar, pero no me quiere escuchar. Solo comienza a avanzar hasta la cama llevándome con ella y besándome intensamente mientras se desase de mi poca ropa, al verla sus ojos se han vuelto celestes, el deceo se encuentra en ellos y no puedo ev
"puedo verlos?""La educación de los lobos es tan básica. Si solo usaran las palabras indicadas o la cordialidad... jajaja, pero lamentablemente no lo hacen. ¿Por qué debería dejar que los veas? ¡Ah, ya sé! Para que me creas. Y si te dejo vivir en la incertidumbre, el juego es más entretenido, ¿no crees?""Por favor.""No." Es tajante. Insistir sería hacerla enojar más o, tal vez, darle más herramientas para que se burle de mí."Llévenla a su habitación y déjenla toda la semana encerrada. No quiero verla, ¿entendido?""Sí, señora," aceptan sus guaruras.Una semana encerrada en esa habitación, sin poder comunicarme con nadie. La única persona que entraba a dejarme la comida era Jeanet, quien tenía prohibido dirigirme la palabra. Lloré todas las noches y añoré tener una botella de
"Perfecto, entonces te esperaré alli. En unas dos horas vendrá María a darles una ducha y su cena. Ayúdala, por favor, sobre todo con el tema de la ducha; no les gusta mucho el agua." "Hmm, ok." De hecho, se nos enseñó que el agua era nuestra enemiga y que con nuestro olor nos camuflaríamos, pero nunca me gustó oler a chingue y por suerte a Clara tampoco. "¿Puede venir Tim?" "No juegues con tu suerte." "Por favor, él está al lado y no huirá, te lo juro. Además, es el que más cuidaba a los niños, seguramente será más fácil bañarlos si él está aquí." "Uf, si intenta algo, si solo se le ocurre..." "Te lo juro, no hará nada, pero ellos lo necesitan," le digo apuntando a los pequeños. "Pónganle el collar y déjenlo aquí. Cualquier movimiento raro, me lo informan y, si es necesario, lo eliminan." "Sí, señora," responden sus guaruras. Ella se retira y, a los minutos, entra Tim, con cadenas en sus manos y pies, como si fuera un preso de película. "¿Lo puedes soltar?" "No, si no les gu
La puerta se habré y ella me mira intensamente, me está analizando, viste un pequeño pijama de seda, le queda increíblemente sexy "entraras o te quedaras allí toda la noche?""para que me pedist... pidió que venga""entra" lo hago escucho como se cierra la puerta tras de mí."puedes... Puedes... Dormirás aquí hoy, elige el lado que más te acomode" su voz ya no es tan firme, pero ojos negros están alerta."no, no me quedaré, no soy un juguete que puedas tener cuando se te antoje" no volveré a caer es su juego."no dije que te desnudaras, o que tendríamos sexo, solo que dormirás aquí, y no es una petición, es una orden""yo no...""si no cumples, está bien. Puedes irte, pero atente a las consecuencias" me está amenazando. Respiro profundo para controlar mi enojo y elijo un lado de la cama, el derecho, no digo más solo me meto en ella completame vestida y me tapó con las cobijas, ella hace lo mismo."buenas noches" y no escucho ninguna palabra más, intento no moverme, pero es incómodo,
"Señorito, llamaré a Lucas para que se lleve a Santiago", le informa la misma voz de hace un rato. Cuando saco mi cabeza de entre sus brazos veo a una señora adulta, que nos mira con curiosidad, creo saber quién, es, si estoy segura que es su nana."No hay necesidad, voy a matar a este pedazo de mierda.""No. Ya fue suficiente, que lo dejes te pido", le digo mientras lo retengo. "No quiero más muertes, por favor." Me observa detenidamente y toma mi mejilla, obligándome a verlo. "Te golpeó, mira cómo te dejó.""Por favor, Estefan, ya he visto demasiado, no quiero más.""Está bien, que se entere a quién le debe la vida." A los minutos llega el otro guardia y se lleva a su compañero, mientras Estefan se va a revisar el estado de salud de Samantha, su nana María me entrega comida y medicina, viéndome con preocupación."Su estado de salud es muy delicado, no creo que tenga mucho tiempo, nani, esto no está nada bien, sus heridas están con una infección muy avanzada, su sistema respiratorio
"Tengo que irme. María, mi nani, es quien estará a cargo de traer la comida y, si necesitas algo, dile. Yo no creo poder volver hasta mañana, por favor no intentes huir.""No me iré sin Samantha, así que no te preocupes, que por mi culpa no te matará", le digo con un poco de resentimiento.Me quedo sola en la habitación, es gigante y tiene dos camas en ella, y un cuarto de baño, al que me dirijo en cuanto dejó de observar la cama, tomo una ducha larga con Agua fría, mis heridas aún duelen mucho, pero sentir como el agua recorre mi cuerpo es algo maravilloso que me da alivio y descanso.Observo la habitación, cada detalle, desde los cuadros decorativos hasta la cama. ¡Vaya, qué cama más suave! Es increíble las comodidades que se pueden tener con dinero. "¿Cómo se encontrará Sam?" Llevo toda la tarde esperando noticias, pero Estefan no ha vuelto, aparte del médico nadie ha venido y la incertidumbre me está consumiendo. Llevo horas tendida en esta cama pensando en ella, lo bueno es que g
"¿Qué mierda te pasa?", gritó, sorprendido y furioso, mientras se acariciaba la mejilla."No soy de tu propiedad", le espeté, mi voz temblando de ira "no soy una puta cosa, maldita sanguijuela".Estefan se acercó a mí, su mirada intensa y fija en la mía. "No te considero una cosa", dijo, su voz baja y rasposa. "Te considero... mía".Sentí un escalofrío recorrer mi espalda al escuchar sus palabras. Estefan se acercó más, su rostro a centímetros del mío. Pude sentir el calor de su aliento en mi piel, y mi corazón latía con fuerza."No...", comencé a decir, pero mi voz se perdió en su mirada.Estefan se inclinó hacia mí, su boca a punto de rozar la mía. Me sentí atrapada, sin poder moverme ni hablar. Solo pude sentir su proximidad, su calor, su intensidad.Y entonces, nuestros labios se encontraron en un beso apasionado y posesivo. Me sentí derretir en sus brazos, mi resistencia se desvaneció y me entregué a la pasión del momento.El beso fue como un torrente de fuego que me consumió por