111
Capítulo 111

En ese momento, las puertas del ascensor se abrieron, y justo cuando Camila perdió su apoyo, cayó hacia atrás.

Pero rápidamente, Jeremy extendió la mano para agarrarla.

Las yemas de los dedos del hombre estaban frías. Cuando la empujó hacia sí y la frente de Camila chocó con su duro pecho, Jeremy le permitió recuperar el equilibrio antes de soltarla. El momento no duró más de diez segundos.

Aun así, Camila aún no se había recuperado del aturdimiento.

Después de presionar el botón del ascensor, Jeremy dijo:

—Señorita Rehinaldi, tome esto como un favor para su supervisor. Usted dijo que no creía que su supervisor hubiera muerto de un simple infarto, así que hágale justicia.

¡Lo sabía!

Las palabras de Jeremy confirmaron las sospechas de Camila. Jonathan era un hombre cuidadoso, por lo que no podía entender cómo era posible que sufriera un ataque cardíaco solo porque se quedaba despierto hasta tarde durante algunas noches.

—Señor Langley, usted sabe algo, ¿no
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