4/ CONOCIENDO A DOMINIQUE

Giuliano se marchó del dormitorio sin decirme nada, una vez estuvo vestido con un traje azul y una camisa blanca que le resaltaba sus bonitos ojos verdes. Me levanté del sillón, entre en el cuarto de baño, me quite toda la ropa y me duche con agua caliente para relajar mi cuerpo, porque lo que a continuación iba a hacer yo, no sabia si seria bueno, pero nadie me iba a rebajar a nada y menos un marido orgulloso y su amante, Giuliano era mi esposo, era mío y iba a luchar para que al fin me amará al precio que costará, nadie le quitaba a un Ferrero lo que era suyo, estuve pensando de bajo del agua mientras me duchaba.

Termine de ducharme, me enrolle la toalla en mi cuerpo, me dirigí al vestidor, cogi un vestido provocativo, unos zapatos de aguja y un bolso de mano, cuando ya estaba vestida, y arreglada, baje al salón cogi el movil y llame a Tomas, nuestro chofer para que viniera a recogerme en la limusina para presentarme en la recepción como la legítima esposa de Giuliano Capri.

Cuando llegamos a la mansión donde se celebraba la recepción, Thomas abrió la puerta del vehículo ayudándome a bajar, entre en la casa dándome cuenta que la mayoría de los hombres me miraban con lujuria pero fui adentrándome hasta mezclarme con los invitados, un caballero me ofreció una copa de champán y sonriendo se lo agradecí, seguí andando hasta que vi a Giuliano hablando con un hombre muy alto y más o menos de la edad de mi marido, estaba también Adrianna a su lado mientras Giuliano le rodeaba la cintura con su brazo. El hombre que estaba hablando con ellos y yo cruzamos nuestras miradas se separó de Giuliano y su amante y se fue acercando hasta donde yo estaba, mientras mi marido y yo nos miramos viendo su cara de sorpresa.

— Buenas noches soy Dominique Barattelli, no tengo el gusto de conocerla, pero ha iluminado toda la sala con su presencia — me dijo

— Gracias, soy Bianca Capri — contesté

— ¿Es usted la esposa de Giuliano? — me preguntó

— Si y es un placer estar aquí, gracias por invitarnos — le dije

— Bianca cariño, veo que ya has conocido a Dominique — me dijo Giuliano cuando se acercó solo a donde estabamos Dominique y yo

— Giuliano perdoname pero, tienes una mujer preciosa y encantadora, ten cuidado que cualquiera de los que hay aqui les gustaría pasar una noche con esta flor — contestó Dominique

— Creo que no va a poder ser, Bianca es mi esposa y no dejare que nadie se le acerque — contestó mi marido rodeando mi cintura con su brazo

— Cariño ¿podrías traerme una copa? — le pregunté

Cuando Giuliano se fue, cogi del brazo a Dominique, salimos al jardín de la casa sentándonos en uno de los preciosos bancos que allí habían.

— Comprendo que tu marido esté celoso con lo demas hombres, eres preciosa — me dijo

— Peor para él, yo no siento que le pertenezca a nadie, como habrás visto mi marido ha venido con su secretaria, sin embargo yo he venido sola — le dije

— ¿Tú también estás metida en los negocios de Giuliano?, porque si es asi, me gustaria tenerte a mi lado todos los días como parte de la sociedad que vamos a hacer Giuliano y yo — me dijo

— Tu copa mi amor — me dijo mi marido ofreciendola

— Querido amigo, si decido hacer sociedad contigo, quiero que tu esposa sea parte, en los negocios, en los viajes y en los tratos con mis clientes ¿que dices? — preguntó Dominique

— Ya hablamos de que sería Adrianna nuestra relación pública, mi secretaria — contestó Giuliano

— No trabajo con arpías y perdona amigo mio,pero Adrianna parece ser una de ellas,me gusta estudiar a las personas mientras hablo con ellas y Adrianna no me da confianza, piensalo y ahora señora Capri, ¿me haria el honor de bailar conmigo? — me dijo ofreciéndome su brazo

Cogida del brazo de Dominique mire a Giuliano sonriéndole, nos fuimos donde estaba la orquesta tocando. Dominique rodeo mi cuerpo con sus fuertes brazos acercándome a su cuerpo mientras le rodeaba yo su cuello con mis manos.

— Bianca, no te incomoda saber que tu esposo tiene una arpía como amante? — me dijo

— ¿Cómo te has dado cuenta de que son amantes? — pregunté

— Enseguida me di cuenta, cuando me saludaron, como se miraban, el que tu marido la rodeara con su brazo, la atención que le pone, ya te he dicho que soy muy observador — me dijo

— No me molesta, soy una Ferrero y esas pequeñas cosas no tienen importancia — le dije

— Me gustas y mucho, eres una mujer fuerte y inteligente, los dos haremos muchas cosas, confia en mi — dijo

Cuando la canción terminó, nos fuimos hasta donde estaba Giuliano con Adrianna viendo el semblante de ella muy serio.

— Buenas noches Bianca — me dijo ella

— ¿Qué tal estás Adrianna? una bonita fiesta ¿no? — le dije

— Bueno yo me tengo que marchar ya, mañana tengo que madrugar, buenas noches — dijo Adrianna

— ¿Ya se lo has comentado? — le susurre a Giulano

— Nadie se va a interponer en mis negocios con Baratelli — contestó

— Siento dejaros, pero tengo más invitados, – dijo – Bianca un placer — me dijo besando mi mano Dominique

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