5/ VIAJE A MEXICO

 Llegamos a casa Giuliano y yo, nada más entrar, me quité los zapatos ya que tenía doloridos los pies, fui a subir las escaleras para ir a mi dormitorio pero mi marido me bloqueo el paso entre su cuerpo y la pared, beso mi cuello, mi cara, juntando su boca con la mia en un beso lleno de deseo, mientras me arrancaba el tanga

— Me has puesto muy celoso esta noche Bianca — me decía

Me levantó una pierna poniéndola en su cadera, se desabrocho  la cremallera de su pantalón, sacando su ya duro miembro, me levanto un poco penetrandome con su miembro, embistiendo cada vez más, rodee su nuca con mis manos enredando su pelo,rodeé sus caderas con mis piernas, le bese en el cuello, juntamos nuestras bocas besándonos con lujuria y deseo, mientras sus embestidas me hacían perder la razón por el placer que me hacía sentir llegando casi al unísono los dos al clímax,. poniendo mi marido su cabeza en mi clavícula para gritar su orgasmo, mirándonos a los ojos poco después

— ¿Qué me estás haciendo gatita? — preguntó

Me dejo despacio en el suelo, poniendo sus brazos a cada lado de mi cabeza, apretando sus labios con los míos hasta dejarme casi sin oxígeno

—¿Qué brujería usas conmigo? cada día te deseo más — me dijo

— Buenas noches — le dije apartando a Giuliano de mi

Estabamos mi marido y yo desayunando en el jardin cuando la sirvienta nos dijo que teníamos una visita, Giulano le dio la orden de que hiciera pasar la visita al jardín

— Buenos días, espero no haberos molestado — nos dijo Dominique

— No, ninguna molestia ¿quieres un café? — preguntó Giuliano

— Si por favor, pero que sea solo — contestó

Giuliano le sirvio una taza de café a Dominique mientras este me cogia la mano besandola

— Estas preciosa, pero sin maquillaje tengo que decir, que me gustas más — me dijo mirándolo mi marido con semblante muy serio

— ¿No quedamos en mi oficina? — le preguntó Giuliano

— Para los negocios querido amigo, no importa el lugar y si, quedamos en tu oficina, pero sabía que a tu preciosa mujer no la vería allí ¿me equivoco? — me preguntó

— La verdad, no conozco la oficina de mi marido, hace poco que nos casamos y aún no conozco muchas cosas de Giuliano — contesté

— ¿Contrato matrimonial? — Preguntó Dominique

— Su padre tenía una deuda demasiado grande y acepte a su hija como pago parcial — contestó Giuliano

— Parcial ¿porque Giuliano? — preguntó

— El pago total será cuando Bianca me de un heredero — contestó

— Comprendo, pero hablemos de negocios, Bianca tengo que volar hasta México, ¿podrías acompañarme? claro que tu Giuliano tambien tendrias que venir, es un alijo de cocaina pura colombiana que nos dejaría bastante beneficio — dijo Dominique

— ¿Cuándo te esperan los colombianos? — preguntó Giuliano 

— En dos días tendremos que estar allí, el Cartel es un hombre que desconfía de todo el mundo pero es un buen amigo mío  — dijo – y además enseguida se enamorara de tu mujer, y eso querido amigo es muy bueno para este negocio, tener a una mujer guapa y muy inteligente a tu lado, porque según tengo entendido Bianca, tu estudiabas Empresariales y Financiación ¿estoy en lo cierto? — me dijo

— ¿Me has investigado? – pregunte sorprendida–  y a tu pregunta, estas en lo cierto — contesté

— Si voy a tener un nuevo socio, me gusta estar informado de todo — me dijo cogiendo mi mano besándola

Me di cuenta que por el semblante de Giuliano, se estaba enfadando con Dominique por momentos, ¿pero quien no?, mi marido tenía una amante y yo tenía un buen amigo.--- pensé –

Como dijo Dominique, dos días después de que viniera a nuestra casa, estábamos volando hacia México en un avión privado de mi marido, durante el vuelo hablaron de cómo eran los colombianos, cuanta cocaína tenían, toda la información que mi marido necesitaba para tratar con ellos. Cuando el avión aterrizó, nos esperaban dos todo terreno con las lunas negras, subimos Dominique, Giuliano y yo a los vehículos marchandonos del aeropuerto. Llegamos poco tiempo después a una casa muy grande en medio de la nada, pero rodeada de hombres muy bien armados.

— Buenas Dominique ¿qué tal el vuelo? — dijo un hombre que salía en ese momento de la casa

— Hola Luis amigo ¿cómo estás? mira deja que te presente a uno de mis socios, Giuliano Capri y su preciosa mujer Bianca — contestó Dominique

Después de los saludos, los hombres entraron en una especie de despacho mientras yo me quedaba fuera de la casa observando.

— Señora, aquí le traigo un refresco — me dijo una muchacha

— Gracias, todo esto es precioso — contesté

— Si y hay mucha paz, mire por el sendero viene Carlos, es el hijo de mi patrón — me dijo

— ¿Y tú cómo te llamas? — pregunté

— Luz, me llamo Luz — dijo

— Encantada Luz, yo me llamo Bianca — dije.

El hijo del Cartel llego hasta donde estaba yo sentada mirándome con extrañeza, me levanté del sillón dirigiéndome a él, dándole la mano

— Hola me llamo Bianca y soy amiga de Dominique — le dije

— ¿Está aquí Dominique? – preguntó

— Si, están dentro con mi marido — le dije

— No son de aquí, ¿verdad? — dijo

— No, venimos de Italia para hablar con tu padre — contesté

— Entonces esta noche haremos una pequeña fiesta de bienvenida, pareces muy joven para estar ya casada — me dijo

— Y tú,¿tienes novia? — pregunté

— No me importaría que fueras tú, eres muy bonita — dijo, acariciando mi mejilla pasando sus dedos por mis labios

— “”Carlos dejala”” — escuche gritar a su padre

— Bueno pues me voy, espero verte pronto, en mi cama — me susurro al oído mientras se reía sarcásticamente

Por la noche nos llevaron a una club que según Luis el cartel regentaba su hijo, en la barra nos pusieron unas bebidas tipicas de Mexico dándome Carlos una de las copas, pero casi una hora después, me puse a bailar como una loca, desprendiendome de casi toda mi ropa, Giuliano se acercó a mí y cogiéndome del brazo me llevó hasta la calle.

— Se puede saber que estás haciendo, eres una mujer casada – me gritó

— Casada y despreciada por su marido, déjame en paz que me estoy divirtiendo — le dije empujandolo

Antes de volver a entrar en la discoteca, paro a nuestro lado un todo terreno negro, bajaron dos hombres que me pusieron una bolsa negra en la cabeza y metiendome en el coche arrancaron sin que Giuliano pudiera hacer nada por mi.

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