Capítulo 55: Un beso para no olvidar

MARCOS SAAVEDRA

Era la primera vez que le regalaba flores y no supe cómo explicar lo que me hizo sentir su sonrisa. Mis latidos se desquiciaron, mi corazón parecía rebotar dentro de mi tórax y mis ojos escocieron al notar su semblante cansado. Bajo la luz de la luna me percaté de que sus mejillas estaban desapareciendo, sus ojos se veían hundidos y su piel parecía demacrada.

Katia se estaba marchitando y comprendí que Arturo tenía razón, yo era un maldito egoísta, ¿cómo es que no me di cuenta antes de su semblante? Solo estaba enfocado en mi hijo y en no perderlo cuando su madre estaba muriendo lentamente.

Acerqué mi mano a su mejilla y la acaricié, volviendo a sentir su suavidad.

—¿En verdad eres tú? —preguntó ladeando su cabeza como una cachorrita confundida. Sus dedos dejaron de acariciar las flores, extendiéndose hacia mí, temerosa de que solo fuera una alucinación. En cuanto percibí su tacto en mi mejilla, cerré los ojos, conmovido, y el dolor en mi pecho aumentó.

Me incliné h
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo