-Papá, ¿Quieres pedirle perdón a Stella?-Pregunta mi cuñada, y el hombre pestaña dos veces para afirmar.-No me pida perdón a mi señor Massimo, mejor pídaselo a Dios para que pueda permitirle descansar en paz-Me acerco un poco más, intentando que mis ojos no muestren lástima, sino compasión, y le digo en voz baja-Le voy a confesar algo que tal vez le traiga un poco de alegría en estos momentos de agonía que ha vivido.Hice una pausa momentánea y sentí como mi italiano me sostuvo por la cintura, busque su rostro para ver si lo que quería era que callara, pero no, la expresión que mostró fue de apoyo, así que continúe.-Señor Massimo, al final mis hijos si llevan su apellido.Abrió los parpados más de la cuenta, y suspiró cómo si sintiera calma, y tuve que aclarar.-No lo hice por usted, lo hice por su hijo, por mi Salvatore... Él, es un hombre maravilloso y lo merecía, aunque sé que, de igual forma a usted, eso le genera alivio-Pestaña dos veces para confirmar y yo asiento con la cabez
-"Respira Stella, respira"-Tuve que recordarme yo misma, ya que estaba a punto de desmayarme por no llenar mis pulmones de aire...En solo un minuto deberé caminar hacia el altar y yo sigo aquí, intentando recordar cómo es que se inhala y se exhala el bendito oxígeno.-¿Preparada?-Pregunta Sebastián, detrás de mí, y me sobresalté cuándo escuché su voz-Veo que no, ¿Estás muy nerviosa?-Ni te imaginas cuánto...-Resople.Me observa detenidamente, y sonríe.-Estas muy bonita, pareces una princesa. Espero que no me lo tomes a mal.-Oh, no, no. Te lo agradezco, eres como mi hermano mayor y escuchar esas palabras me generan mucha confianza... Sinceramente no pensé que este momento fuese tan difícil, quizás hubiese sido más sencillo si uno de mis padres estuviese conmigo, pero, contar contigo es bastante reconfortante-Sonreí ampliamente-Y, por cierto, tú también estas muy guapo.-Gracias. Y, no es que yo sea exactamente una figura paterna para ti, pero ya que me ves como un hermano mayor, me
*Dos años después*-¿Dónde se habrán metido esos tres?-Me pregunté a mí misma.Me asomé en mi habitación y no estaban, ni en la de los gemelos, ni en la cocina, tampoco en la sala, y menos en la piscina, el único sitio que me faltaba por revisar era el despacho.Abrí las puertas y allí estaban, pude escuchar sus risas cuando notaron mi presencia -¿Se puede saber que hacen ahí metidos?-Pregunté, asomando la cabeza dentro de una cobija que estaba puesta como una especie de tienda de campaña-Salgan de ahí o van a arrugar su ropa. Ya es hora de irnos.-Ellos no saben de responsabilidades mi cielo-Comenta Salvatore, siendo el primero en salir.-Para eso estamos los adultos-Me llevé las manos a la cintura.Me observa detenidamente, y sonríe.-Estas hermosa, como siempre.-Gracias, me esmeré. Deberíamos haber salido hace diez minutos.-Minutos más, minutos menos, que importa-Se encoge de hombros.-Ojalá el Salvatore de hace cuatro años, pudiese escuchar lo que acabas de decir.-Probablement
*Meses después* SALVATORE. -¿Sabes lo terrible que es despertar y no ver a mi hermosa esposa junto a mi?-Le pregunto a Stella, luego de encontrarla en el despacho. -Me levanté temprano amor, y estabas durmiendo tan plácidamente que no quise despertarte. -¿No podías dormir?-Rodie el escritorio y la besé en los labios-Debiste levantarme. Despiértame, cuando sea y a la hora que sea... -No es eso, dormí muy bien, pero me levanté temprano y bajé para revisar algunos documentos de la fundación-Señaló la laptop y la miré con orgullo. Al final encontró un propósito. Ha creado una fundación que ampara a los más necesitados, a niños que están en situación de calle, incluso dicta charlas para parejas que quieran realizar una adopción, con el fin de que tomen en consideración a los niños de edad avanzada, y así ellos no se sientan desplazados, como sucedió con ella. Ayuda a personas como Julia, que han pasado por situaciones fuertes, las orienta a buscar Justicia en lugar de sentir vergüen
Cuando era una niña, mis padres siempre me decían que algún día recorreríamos el mundo juntos, emprendiendo una fantástica aventura, solo ellos, y yo... Aseguraban que conoceríamos nuevas ciudades, otras culturas y que me enseñarían a hablar otros idiomas. Incluso tenían una lista de los sitios que querían que visitáramos: el coliseo, la torre Eiffel, el salto ángel, la muralla china, y muchos más que en éstos momentos no logró recordar con exactitud. En fin... lo cierto es, queridos lectores, que tristemente no hay algo más alejado de mi realidad que todo lo que acabo de decir. Hasta ahora mi vida solo ha estado llena de enredos, conflictos, tropiezos y lágrimas, muchas pero muchas lágrimas. Para empezar, el día que cumplí diez años se me destrozo la vida... la tragedia nos alcanzó a mis padres y a mí, tuvimos un accidente automovilístico en el cual ellos fallecieron, y por cuestiones del destino yo sobreviví, si es que a esto se le puede llamar vida claro... Así que esas aventur
Llevo aproximadamente unos quince minutos metida en uno de los baños del bar, escondiéndome de un imbécil que tiene rato tratando de que me siente en sus piernas para poder manosearme.Cada noche suceden cosas similares, y las otras meseras dicen que en algún momento tendré que ceder, pero yo sigo negándome.-¿Stella?, ¿Stella estás aquí?-Preguntó Julia, al otro lado de la puerta.Julia es otra de las trabajadoras, y es la única que me a tratado amablemente durante los pocos meses que llevo aquí. Me enseñó como ser una mesera eficiente, y de vez en cuando me ayuda a sacudirme a los cliente intensos. Ella es lo más parecido a una amiga que he tenido en mi vida.-Aquí estoy-Abrí un poco la puerta del cubículo en el que me encontraba y asomé mi cabeza para que pudiese verme.-¡Stella!, ¿Qué haces ahí?, El jefe está enojado porque no te encuentra por ninguna parte y el lugar está abarrotado de gente hoy.Nuestro jefe se llama Daniel, y es tan desagradable como los hombres que frecuentan s
Tome el primer taxi que pasó y cuando llegue al sitio indicado me quede boquiabierta mirando hacía todas partes.El lugar era enorme y hermoso, una mansión como esas que solo se ven en las películas, con grandes jardines repletos de flores.Le pagué al taxista y me baje del auto para acercarme hasta un enorme portón negro que era custodiado por dos hombres, los cuales sostenían en sus manos enormes armas de fuego, como una especie de rifle, creo, sinceramente es la primera vez que veo una cosa así en persona y me sentí algo nerviosa."Acaso está gente es famosa, mafiosa o que carajos"-Pensé para mi adentros.Y algo vacilante, me acerque a los tipos para presentarme.-Hola...De inmediato clavaron su mirada en mi y colocaron sus diestras en un extremo de sus armas en completa sincronía, detallándome de arriba abajo... Admito que en ese instante si sentí pánico.-Yo, yo, soy Stella, y vine porque... porque me ofrecieron un empleo como sirvienta.No respondieron, pero uno de ellos se col
Al siguiente día me levanté de madrugada y me dio tiempo de ir al departamento por mis cosas, y regresar antes de la hora del desayuno.Luego de dejar todo bien ordenado en el closet, me coloque mi uniforme y mire mi reflejo en el espejo que está colgado en una de las paredes de la habitación.El uniforme, es un vestido rosa claro que me llega unos centímetros por encima de la rodilla, no me queda grande pero tampoco apretado y me hace sentir bastante cómoda. El que utilizaba en el bar era todo lo contrario, de color rojo, demasiado ajustado y apenas llegaba a cubrirme los glúteos...Violeta me informo, que por el largo de mi cabello lo mejor es mantenerlo recogido, por eso me hice una cola alta.También mencionó que no puedo utilizar maquillaje cuando esté trabajando, pero casi no lo hago, me gusta estar al natural así que eso no será problema.Cuando estuve lista, mire la hora en mi pequeño reloj digital.-Justo a tiempo-Dije en voz alta, y me fui directo al comedor de empleados, qu