La primera vez que tuve que sentarme en el comedor principal me sentí bastante incómoda, pero eso no se compara a lo que siento ahora que está el señor Massimo presente.Puedo sentir su intensa mirada de vez en cuando y eso no me deja pensar en otra cosa.Intente llevar el cubierto a mi boca y note mis leves temblores.''No seas tonta, no te está mirando''-Me aseguro a mi misma, pero debo confirmarlo.Levanté la vista disimuladamente y miro primero a Salvatore sentado frente a mí, después, de reojo veo hacía la dirección de su padre y efectivamente, el hombre no me esta mirando, y ya había terminado su desayuno así que rogué internamente porque se levantara de la mesa, pero no, le hace señas a Gladys para que le retire el plato y luego apoya los codos en la madera para entrelazar los dedos a la altura de su mentón.-¿Me vas a contar que sucedió anoche?-Le pregunta de repente a su hijo.-Padre-Responde calmadamente-¿Puedo terminar primero mi desayuno?. Deseo comer en paz.-Tu comida pu
-Permiso...-Dije cerrando las puertas detrás de mí, después de haberme influido todo el valor posible a mi misma.-Toma asiento por favor-Pidió Massimo, y al menos era buena señal que tuviese por lo menos ese gesto amable, quizás la charla no sería tan mala como creí.Me acerque y me resultó ridículamente escalofriante verlo sentado en la silla de Salvatore, quizás por el parecido físico que tienen.Tome asiento y entrelace mis dedos encima de mis piernas para tratar de estar lo más quieta posible.Massimo me observo en silencio durante unos minutos que resultaron eternos y en los cuales yo no supe hacia donde dirigir mi mirada, fue bastante incómodo.-De todos mis hijos...-Por fin empezó a hablar-Salvatore siempre a sido el más correcto, el más organizado y leal a mí-Negó con la cabeza-Corrijo, lo era."Ok", comenzamos mal, a mi parecer muy, muy mal, porque ninguna frase que empiece de esa manera puede terminar en un" "Estoy conforme con la situación".-Ahora llego, y lo encuentro co
Mi cuerpo se encontraba en el despacho pero mi mente se había ido a otro lugar...Aun no me había decido si contarle todo a Salvatore o hacerle caso a su padre, por que... pensándolo detenidamente, si me decidía a contarle, igual las cosas podrían salir mal.¿Y si su padre tiene razón?, ¿y si solo esta encaprichado conmigo?, en algún momento le va a pesar haber perdido por mi culpa el proyecto en el que tanto a trabajado... Quizás no me lo pueda perdonar. O, Si le cuento todo y su padre toma represarías aun peores en su contra, o en la mía, algo me dice que ese hombre no me mostro ni la mitad de lo cruel que puede llegar a ser.De un momento a otro me sentí molesta conmigo misma porque no se cuando deje de poner en practica el: ''No esperes nada para no decepcionarte''.Apenas me toco valerme por mi misma, esa frase se convirtió en mi mejor compañía, ¿En que momento me olvide de ella?.''En el instante en el que te enamoraste Stella''-Me grito mi subconsciente y tenia toda la razón, p
-Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti...-A lo lejos escuchaba esa suave melodía y reconocí la voz de Julia que intentaba despertarme, pero no tenia ánimos para levantarme de la cama.-Julia, hoy no es mi cumpleaños... ya déjame dormir-Me queje, manteniendo los ojos cerrados y enrollándome mas en las cobijas.-Stella no mientas, si es tu cumpleaños.-Que nooo... déjame dormir que anoche me desvele.-Yo también me desvele, pero horneándote un pastel y sabes muy bien que odio cocinar.-Me hala por un pie-Así que mejor levanta tu trasero de esa cama.¿Pastel?, no puedo creerle, si a ella le cuesta hasta encender una hornilla.Con pesar, me senté en la cama y después de pestañar un par de veces mire a la mujer que estaba parada frente a mi y como era de esperarse, estaba con las manos vacías.-La mentirosa es otra-Me cruzo de brazos-¿Cuál pastel?.-Ese-Señalo a mi costado, y junto a mi, había un pequeño pastelillo de panadería con una diminuta velita encima-Lo admito, no tuve que ho
El resto del día trascurrió con extrema lentitud, últimamente todos mis días se sienten así. Y cuando llegó la hora de irnos a trabajar, tuve que dejar que Julia me maquillara porque según ella, debía complacerla aunque fuese en eso, quería que me viera algo distinta por ser un día ''especial'' para mi...-No que no venían hoy, ¿Qué hacen aquí?-Pregunto un muy malhumorado Daniel cuando nos vio entrar-Es mas, que importa, menos mal que vinieron... hoy el lugar esta repleto y tengo a muchos de mis clientes mas concurridos preguntando por ti-Señala a Julia-Quítate ese abrigo y ve a atenderlos.-Si jefe, ya voy.-Y tu-Se dirige a mi-¿Que te hiciste en la cara?.-Es... maquillaje.-Muy bien, perfecto-Sonríe satisfactoriamente, mostrando su amarillentos dientes-Atraerás a mas clientes.-A... ja-Asiento con la cabeza, pero con el rostro contraído por una mueca de desagrado.-¡¿Y que están esperado?!-Grita alterado-¿Que les saque una foto?, Vayan a trabajar.-Vamos Stella, rápido-Murmura Juli
Ahí está él... Sentado en un sofá de terciopelo rojo. No puedo creerlo. Al principio pienso que mi imaginación me está haciendo una mala jugada, aún no he podido aclarar del todo mi vista y fácilmente puedo estar creyendo ver su rostro en el de otra persona, no sería la primera vez que me sucede. Es por eso que decido acercarme con pasos muy lentos y cuando estoy a solo un metro de distancia, me doy cuenta que estaba en lo correcto, era él, era Salvatore, mi Salvatore, mi atractivo y obsesivo italiano. Sostiene en su mano izquierda un vaso de vidrio con alcohol, supongo que es whisky, y su diestra reposa sobre el espaldar del sofá, mientras mantiene su brazo estirado. Su cabello se ve más rebeldes que de costumbre y trae los primeros botones de su camisa desabrochados. Me resulta extraño verlo en esa pinta, él, que siempre anda impoluto. Precise en su semblante algo que me preocupa, pues tiene el aspecto de alguien que lleva días sin descansar bien… A pesar de todo eso, se ve
-Pude haber caminado hasta aquí-Me queje, cuando regreso mis pies al suelo.Abrió la puerta del copiloto, me hizo una seña para que entrara y así lo hice, pero a regaña dientes.Había olvidado lo controlador que puede llegar a ser.Rodea el auto y se sube al asiento el chofer para ponerlo en marcha, pisando el acelerador con mas fuerza de la necesaria.-No tienes que decir que eres mi dueño-Me cruzo de brazos-Yo no soy uno de tus hoteles...No dice nada, solo se mantiene concentrado en la carretera y cuando lo espío entre las pestañas lo noto muy serio y algo pensativo.-¿Tanto me desprecias Stella?-Pregunta así, de la nada, varios minutos después, llamando mi atención y gire mi rostro hacia él, pero casi de inmediato me centré en lo rápido que está subiendo la aguja del velocímetro-¿Te parezco tan desagradable como para preferir regresar a un lugar como ese, el lugar de estar conmigo?
Nos bajamos del auto y caminamos hasta la puerta de la mansión, pero me detuve antes de cruzarla.-¿Sucede algo?-Pregunta el Italiano y yo niego con la cabeza. Mentí.De nuevo estaba teniendo esa extraña sensación, esa vibra, cómo si algo malo fuese a suceder.-Todo estará bien-Asegura, descifrando mis emociones.Me toma de la mano y mis ojos buscaron de inmediato los suyos.-¿Puedes prometerme algo?-Se que para él las promesas son importante, y no lo creo capaz de romper una.-Lo que pidas Stella.-Siempre vas a estar conmigo, pase lo que pase, nos mantendremos juntos y me protegerás de lo que sea o de quién sea-Hice énfasis en esa última parte.-No tienes ni que pedirlo-Me besa el dorso de la mano-Tienes mi palabra.-Gracias... Y ahora entremos a quitarnos está ropa que muero de frío-Me estremecí.-Ya todos deben estar durmiendo-Comenta al cruzar el marco de la puerta y vemos a Violeta y a Vittorio sentados en el primer peldaño de la escalera.-¡Mamma mía!, La señorina a vuelto-Excl