-¿A dónde dijiste que vamos?-Le pregunté a Salvatore y me mira entrecerrando los ojos por unos cortos segundos. -No te dije hacia dónde vamos-Vuelve a mirar a la carretera- Y tampoco lo haré, se supone que es una sorpresa. -No se vale, mejor dime. -No. -Es que no me gustan las sorpresas, son muy... Sorpresivas. Rie entre dientes. -Eso ni siquiera tiene sentido. -Para mi lo tiene, porque no me gustan las sorpresas. -Muy bien-Detiene el auto sin apagar el motor-Ya estamos cerca así que mejor te coloco ésto-Saca un pañuelo de la guantera. -No me vas a tapar los ojos. -¿Puedes por favor colaborar?, Ya ésto me resulta difícil, yo no soy del tipo de hombre detallista. Es cierto, él se esta esforzando y yo solo le complicó la cosas, además, se ve entusiasmado y eso me parece dulce. -Adelante-Digo girandome en el asiento para darle la espalda y que así pueda vendarme los ojos. Cierro los párpados y siento cuando me coloca la tela y hace un nudo en la parte de atrás de mi cabeza.
SALVATORE.Entre a la casa con Stella en brazos y empecé a llamar a gritos a Violeta.-¿Que le pasó a Stelita?-Pregunta preocupada, acercándose a paso apresurado.-No lo se, menciono que estaba cansada y de pronto se desvaneció-La recosté en uno de los sofás de la sala-Creo que es la presión-Me coloqué en cuclillas frente a ella y coloque dos dedos en su cuello para medirle el pulso.-¡Gladys trae alcohol!-Pide en voz alta y a los pocos segundos fuimos rodeados por todos mis empleados.-¿Que le a pasado a la señorina?-No sabemos hombre, el señor dice que se desmayo así, de la nada.-Eso es porque salió a correr sin probar uno solo de los mío platillos.-Me va a disculpar joven, pero Vittorio tiene razón, yo le he dicho varias veces que no es bueno salir a correr tan temprano, y menos sin haber desayunado-Me entrega el alcohol que Gladys le dio.-No es eso Violeta, Stella tiene algo más y no quiere admitirlo-Destapo el frasco y lo acerco a su nariz-Duerme bien pero pasa todo el día co
STELLA.Si el ser humano tuviese la capacidad para predecir el futuro, el mundo sería un lugar muy distinto.Una madre tomaría de la mano a su hijo para evitar que cayera y se raspara la rodilla.Un conductor no se distraería con la pantalla de su teléfono, y evitaría un enorme accidente.Y yo no me hubiese enamorado de alguien tan distinto a mí, y quizás hubiese evitado que me quebraran en mil pedazos.Pero ¿Qué tienen en común esas tres situaciones que a simple vista parecen tan distintas?.La respuesta es muy fácil... Y es que todo eso se puede prevenir, porque no se necesita el poder de predecir el futuro para saber que una madre, siempre debe llevar a su hijo de la mano, que una distracción para un conductor, por muy pequeña que sea puede resultar en una catástrofe, y yo, por supuesto que supe desde un principio que una relación con un hombre casado, rico y obsesivo, no podría terminar bien, sin embargo me empeñé en esperar lo contrario.¿Y quién manda en el corazón cuando se est
Comimos bajo un silencio agradable, y al terminar, no espero que ninguno de sus empleados fuera a retirar las bandejas, quiso llevarlas el mismo.No pasaron ni cinco minutos y mi estomago me estaba obligando a devolver todo que acababa de ingerir, por lo que tuve que correr enseguida al baño.Me sentí un poco más aliviada después de dejar salir todo lo que había comido. Me enjuague la boca, humedecí mi cara en el lavamanos y al salir del baño recogí mi cabello para volver a meterme a la cama.Ya el malestar se había tornado más que molesto, incluso me estaba generando como pequeños lapsos depresivos. Me hice una bolita humana, abrazando mis piernas y me cubrí completa con la sabana.-¿Stella?-Me llamo el italiano al regresar.-Aqui estoy.-¿Por qué estás así?, ¿Te sientes mal otra vez?-No, solo no me quiero mover. Me voy a quedar así para siempre.-Muy bien-Entro a la cama conmigo y me abrazo por la espalda-Nos quedaremos así entonces.Sostuve sus manos que estaban enrolladas en torn
Pase toda la noche esperando que Salvatore regresara a la habitación...En varias ocasiones me levante de la cama con la intención de ir a buscarlo y al poner mi mano en la manilla de la puerta, me arrepentía y me volvía a acostar. Algo en mi interior suplicaba porque volviera para aclarar las cosas, para tratar de entender juntos todo este enredo, y no fue así. Amaneció, y él aun no regresa, y yo sigo ahogándome entre lágrimas de miedo y confusión.Escuché el sonido de la puerta al ser abierta y me senté en la cama de golpe, pero mi esperanza se esfumo al ver que quien entro, fue Violeta, y noto mi apariencia, se alteró.-¡Mi niña que paso!-Se sienta en el borde de la cama.-Ay Violeta-Me acerqué para que me envolviera en un abrazo maternal, lo necesitaba.-¿Que sucedió Stelita?, Salvatore está encerrado en el despacho y me llamo para ordenarme que te ayudara a recoger tus cosas.Llore más fuerte cuando dijo eso y ella me siseo para que me calmara.-Te juro que no estoy entendiendo
Soñé con mi madre.Me pidió que fuese valiente, y prometió que pronto todo iba a mejorar... Por una parte me hizo sentir bien, pero por otra, sentí un enorme vacío en el pecho cuando me desperté. Ese sueño se sintió tan real, que es duro abrir los ojos y encontrarme únicamente acompañada de mi soledad.Me quedé aproximadamente por unos veinte minutos viendo un pequeño rayito de sol que se colaba escurridizo entre las cortinas.Fue la intensidad de esa luz lo que llamó mi atención, debe haber pasado rato desde que amaneció, y al ver mi reloj lo confirmé, faltaba poco para que se hicieran las nueve de la mañana. No me importaba mucho la hora igual no tenía ganas de levantarme de la cama y entonces el gruñir de mi estómago me suplicó que fuera por algo de comida, no puedo comportarme así, ahora tengo que pensar en la pequeña personita que está creciendo en mi interior, no puedo echarme a morir en una cama, sin duda mis prioridades han cambiado.Entre a la cocina para buscar algo que eng
Hay días en los que amanezco con la batería de mi cuerpo al diez por ciento, y otros, en los que la tengo al cien.Hoy es uno de esos días en los que mi carga esta completa, o al menos en la mañana lo estuvo.Pasé la mayor parte del dia ideando un plan para estirar mis ahorros lo más que pueda, no sé si sea posible encontrar empleos en mi estado por eso necesito estar preparada, lo mejor es separar bien mis cuentas y exonerar gastos innecesarios.Utilicé un lápiz y una libreta para anotar, y después de un rato me sentí estresada y empujé todo hacia el centro de la mesa.Nunca he sido buena en eso de administrar mis finanzas, lo único que he sabido es ser una buena tacaña, y cuando se está por tener un bebé ese término no es una opción.Eso me hizo recordar que debo conseguir una cita para ir con algún especialista, Julia no deja de repetírmelo, ya llevo cinco semanas de haberme enterado del embarazo y aún no me he atrevido ir a un hospital.-Como sea...-Dije en voz alta apoyando mis m
-No seas ridícula Stella, entra de una vez-Me regañé a mí misma en la puerta del hospital.Ya a pasado casi una hora desde que llegué y aún no me he atrevido a entrar.¿Cómo sería capaz de cuidar de otro ser humano si ni siquiera logro superar mis miedos?.Muchas cosas en mi vida tenían que empezar a cambiar, comenzando por ésto.Tome una gran bocanada de aire para llenarme de valor y empuje la enorme puerta de vidrio. Una vez dentro, comencé a dar pasos muy lentos mientras observaba todo a mi alrededor. Después del accidente no me había atrevido a pisar de nuevo un hospital y para mi desgracia, éste estaba repleto. Enfermeras, niños llorando en los brazos de sus madres, persona quejándose de dolor siendo llevadas en camillas de un lado a otro, y muchos rostros llenos de miedo e incertidumbre fueron los detonantes para mi aturdimiento.Comence a hiperventilar y me fui acercando a una pared para poder sostenerme, sintiendo como todo aquel ruido se convertía en un solo y desesperante