Comimos bajo un silencio agradable, y al terminar, no espero que ninguno de sus empleados fuera a retirar las bandejas, quiso llevarlas el mismo.No pasaron ni cinco minutos y mi estomago me estaba obligando a devolver todo que acababa de ingerir, por lo que tuve que correr enseguida al baño.Me sentí un poco más aliviada después de dejar salir todo lo que había comido. Me enjuague la boca, humedecí mi cara en el lavamanos y al salir del baño recogí mi cabello para volver a meterme a la cama.Ya el malestar se había tornado más que molesto, incluso me estaba generando como pequeños lapsos depresivos. Me hice una bolita humana, abrazando mis piernas y me cubrí completa con la sabana.-¿Stella?-Me llamo el italiano al regresar.-Aqui estoy.-¿Por qué estás así?, ¿Te sientes mal otra vez?-No, solo no me quiero mover. Me voy a quedar así para siempre.-Muy bien-Entro a la cama conmigo y me abrazo por la espalda-Nos quedaremos así entonces.Sostuve sus manos que estaban enrolladas en torn
Pase toda la noche esperando que Salvatore regresara a la habitación...En varias ocasiones me levante de la cama con la intención de ir a buscarlo y al poner mi mano en la manilla de la puerta, me arrepentía y me volvía a acostar. Algo en mi interior suplicaba porque volviera para aclarar las cosas, para tratar de entender juntos todo este enredo, y no fue así. Amaneció, y él aun no regresa, y yo sigo ahogándome entre lágrimas de miedo y confusión.Escuché el sonido de la puerta al ser abierta y me senté en la cama de golpe, pero mi esperanza se esfumo al ver que quien entro, fue Violeta, y noto mi apariencia, se alteró.-¡Mi niña que paso!-Se sienta en el borde de la cama.-Ay Violeta-Me acerqué para que me envolviera en un abrazo maternal, lo necesitaba.-¿Que sucedió Stelita?, Salvatore está encerrado en el despacho y me llamo para ordenarme que te ayudara a recoger tus cosas.Llore más fuerte cuando dijo eso y ella me siseo para que me calmara.-Te juro que no estoy entendiendo
Soñé con mi madre.Me pidió que fuese valiente, y prometió que pronto todo iba a mejorar... Por una parte me hizo sentir bien, pero por otra, sentí un enorme vacío en el pecho cuando me desperté. Ese sueño se sintió tan real, que es duro abrir los ojos y encontrarme únicamente acompañada de mi soledad.Me quedé aproximadamente por unos veinte minutos viendo un pequeño rayito de sol que se colaba escurridizo entre las cortinas.Fue la intensidad de esa luz lo que llamó mi atención, debe haber pasado rato desde que amaneció, y al ver mi reloj lo confirmé, faltaba poco para que se hicieran las nueve de la mañana. No me importaba mucho la hora igual no tenía ganas de levantarme de la cama y entonces el gruñir de mi estómago me suplicó que fuera por algo de comida, no puedo comportarme así, ahora tengo que pensar en la pequeña personita que está creciendo en mi interior, no puedo echarme a morir en una cama, sin duda mis prioridades han cambiado.Entre a la cocina para buscar algo que eng
Hay días en los que amanezco con la batería de mi cuerpo al diez por ciento, y otros, en los que la tengo al cien.Hoy es uno de esos días en los que mi carga esta completa, o al menos en la mañana lo estuvo.Pasé la mayor parte del dia ideando un plan para estirar mis ahorros lo más que pueda, no sé si sea posible encontrar empleos en mi estado por eso necesito estar preparada, lo mejor es separar bien mis cuentas y exonerar gastos innecesarios.Utilicé un lápiz y una libreta para anotar, y después de un rato me sentí estresada y empujé todo hacia el centro de la mesa.Nunca he sido buena en eso de administrar mis finanzas, lo único que he sabido es ser una buena tacaña, y cuando se está por tener un bebé ese término no es una opción.Eso me hizo recordar que debo conseguir una cita para ir con algún especialista, Julia no deja de repetírmelo, ya llevo cinco semanas de haberme enterado del embarazo y aún no me he atrevido ir a un hospital.-Como sea...-Dije en voz alta apoyando mis m
-No seas ridícula Stella, entra de una vez-Me regañé a mí misma en la puerta del hospital.Ya a pasado casi una hora desde que llegué y aún no me he atrevido a entrar.¿Cómo sería capaz de cuidar de otro ser humano si ni siquiera logro superar mis miedos?.Muchas cosas en mi vida tenían que empezar a cambiar, comenzando por ésto.Tome una gran bocanada de aire para llenarme de valor y empuje la enorme puerta de vidrio. Una vez dentro, comencé a dar pasos muy lentos mientras observaba todo a mi alrededor. Después del accidente no me había atrevido a pisar de nuevo un hospital y para mi desgracia, éste estaba repleto. Enfermeras, niños llorando en los brazos de sus madres, persona quejándose de dolor siendo llevadas en camillas de un lado a otro, y muchos rostros llenos de miedo e incertidumbre fueron los detonantes para mi aturdimiento.Comence a hiperventilar y me fui acercando a una pared para poder sostenerme, sintiendo como todo aquel ruido se convertía en un solo y desesperante
SALVATORE.-¿Qué tal me queda este vestido?-Pregúnta Stella mirándose al espejo y moviéndose de un lado a otro para lucir su enorme barriga.Me acerco por detrás para abrazarla por la espalda, apoyo mi mentón en su hombro y coloco ambas manos sobre su vientre para acariciarlo.-Te queda perfecto porque eres hermosa-Le aseguro mirando nuestro reflejo-Serás la madre más hermosa del mundo.-¿Eso crees?.-Con toda firmeza-Le beso la mejilla-Te amo.-No, tu me odias-Dice inesperadamente, haciendome fruncir el ceño.Sus inocentes ojos se entristecieron tanto que la tome por los hombros y la hice girar sobre sí misma para poder mirarla a la cara.-Yo no te odio Stella, jamás podría odiarte, porque te amo más que a mi propia vida. Tú y mi hijo son lo más importante que tengo.-Pero no es tu hijo, tú mismo lo aseguraste.-Porque estaba confundido y molesto, lo lamento tanto, ¿Podrás perdonarme?.-Sí puedo-Contestó con una linda sonrisa, y a los pocos segundos la borró de insofacto-Te perdono,
ELENA.Había olvidado que mi papá iba a estar en esa reunión, lo que por supuesto me genera menos ganas de asistir, pero sé que no tengo opción...Salí de la ducha envuelta en la toalla y me encontré a Salvatore aún en mi habitación.-Pensé que ya te habías ido, como eres tan ridículamente puntual.No respondió, lo que resulta extremadamente extraño porque su jovi favorito es discutír conmigo, así que me detuve frente a la puerta del clóset y me giré para observarlo.Parecía una estatua humana, y la expresión de su cara era muy confusa, ¿dolor, pena o ira?, no lo sé.-¿Que te pasa?-Pregunté sin acercarme demasiado y note que estaba sosteniendo mi teléfono en la mano-Lo había olvidado, ¿Quien llamo?.-¿Quién llamó?-Repitió ahora posando sus ojos en mí, pues estaban tan perdidos que parecía que habían estado en otro lado-¿Quieres saber quien llamo?-Inquirió en tono amenazante-La secretaria de tu doctora, Franks.Uni mis lindas y delicadas cejas como símbolo de confusión.-¿La doctora Fr
STELLA.La habitación estaba oscura y sentía calor, lo que hacía poco probable que me durmiera así que aparté con mis piernas la sábana que me arropaba y salí de la cama.Decidí ir por un vaso de agua para refrescarme pero primero me quité la camisa de la pijama, quedándome solo en brasier y short.Al poner un pie en la cocina sentí unas ganas inmensas de comer algo, lo que fuera, cosa que me sucede muy a menudo, sobre todo en las noches.-Si seguimos comiendo así vamos a acabar nuestros ahorros mucho antes de lo previsto-Le dije a las dos personitas que están creciendo dentro de mí.Resignada, llene mis mejillas de aire y lo dejé salir en un resoplido, haciendo vibrar mis labios.Fui a la nevera en busca de helado porque es la mejor opción para una noche tan calurosa, y al abrirla, sentí un aire refrescante que salía de ella, lo que me incitó a quedarme ahí parada durante casi un minuto.Al pasarseme el sofoco, me concentre en buscar lo que quería y cuando lo encontré, cerré la puert