El resto del día trascurrió con extrema lentitud, últimamente todos mis días se sienten así. Y cuando llegó la hora de irnos a trabajar, tuve que dejar que Julia me maquillara porque según ella, debía complacerla aunque fuese en eso, quería que me viera algo distinta por ser un día ''especial'' para mi...-No que no venían hoy, ¿Qué hacen aquí?-Pregunto un muy malhumorado Daniel cuando nos vio entrar-Es mas, que importa, menos mal que vinieron... hoy el lugar esta repleto y tengo a muchos de mis clientes mas concurridos preguntando por ti-Señala a Julia-Quítate ese abrigo y ve a atenderlos.-Si jefe, ya voy.-Y tu-Se dirige a mi-¿Que te hiciste en la cara?.-Es... maquillaje.-Muy bien, perfecto-Sonríe satisfactoriamente, mostrando su amarillentos dientes-Atraerás a mas clientes.-A... ja-Asiento con la cabeza, pero con el rostro contraído por una mueca de desagrado.-¡¿Y que están esperado?!-Grita alterado-¿Que les saque una foto?, Vayan a trabajar.-Vamos Stella, rápido-Murmura Juli
Ahí está él... Sentado en un sofá de terciopelo rojo. No puedo creerlo. Al principio pienso que mi imaginación me está haciendo una mala jugada, aún no he podido aclarar del todo mi vista y fácilmente puedo estar creyendo ver su rostro en el de otra persona, no sería la primera vez que me sucede. Es por eso que decido acercarme con pasos muy lentos y cuando estoy a solo un metro de distancia, me doy cuenta que estaba en lo correcto, era él, era Salvatore, mi Salvatore, mi atractivo y obsesivo italiano. Sostiene en su mano izquierda un vaso de vidrio con alcohol, supongo que es whisky, y su diestra reposa sobre el espaldar del sofá, mientras mantiene su brazo estirado. Su cabello se ve más rebeldes que de costumbre y trae los primeros botones de su camisa desabrochados. Me resulta extraño verlo en esa pinta, él, que siempre anda impoluto. Precise en su semblante algo que me preocupa, pues tiene el aspecto de alguien que lleva días sin descansar bien… A pesar de todo eso, se ve
-Pude haber caminado hasta aquí-Me queje, cuando regreso mis pies al suelo.Abrió la puerta del copiloto, me hizo una seña para que entrara y así lo hice, pero a regaña dientes.Había olvidado lo controlador que puede llegar a ser.Rodea el auto y se sube al asiento el chofer para ponerlo en marcha, pisando el acelerador con mas fuerza de la necesaria.-No tienes que decir que eres mi dueño-Me cruzo de brazos-Yo no soy uno de tus hoteles...No dice nada, solo se mantiene concentrado en la carretera y cuando lo espío entre las pestañas lo noto muy serio y algo pensativo.-¿Tanto me desprecias Stella?-Pregunta así, de la nada, varios minutos después, llamando mi atención y gire mi rostro hacia él, pero casi de inmediato me centré en lo rápido que está subiendo la aguja del velocímetro-¿Te parezco tan desagradable como para preferir regresar a un lugar como ese, el lugar de estar conmigo?
Nos bajamos del auto y caminamos hasta la puerta de la mansión, pero me detuve antes de cruzarla.-¿Sucede algo?-Pregunta el Italiano y yo niego con la cabeza. Mentí.De nuevo estaba teniendo esa extraña sensación, esa vibra, cómo si algo malo fuese a suceder.-Todo estará bien-Asegura, descifrando mis emociones.Me toma de la mano y mis ojos buscaron de inmediato los suyos.-¿Puedes prometerme algo?-Se que para él las promesas son importante, y no lo creo capaz de romper una.-Lo que pidas Stella.-Siempre vas a estar conmigo, pase lo que pase, nos mantendremos juntos y me protegerás de lo que sea o de quién sea-Hice énfasis en esa última parte.-No tienes ni que pedirlo-Me besa el dorso de la mano-Tienes mi palabra.-Gracias... Y ahora entremos a quitarnos está ropa que muero de frío-Me estremecí.-Ya todos deben estar durmiendo-Comenta al cruzar el marco de la puerta y vemos a Violeta y a Vittorio sentados en el primer peldaño de la escalera.-¡Mamma mía!, La señorina a vuelto-Excl
-¿A dónde dijiste que vamos?-Le pregunté a Salvatore y me mira entrecerrando los ojos por unos cortos segundos. -No te dije hacia dónde vamos-Vuelve a mirar a la carretera- Y tampoco lo haré, se supone que es una sorpresa. -No se vale, mejor dime. -No. -Es que no me gustan las sorpresas, son muy... Sorpresivas. Rie entre dientes. -Eso ni siquiera tiene sentido. -Para mi lo tiene, porque no me gustan las sorpresas. -Muy bien-Detiene el auto sin apagar el motor-Ya estamos cerca así que mejor te coloco ésto-Saca un pañuelo de la guantera. -No me vas a tapar los ojos. -¿Puedes por favor colaborar?, Ya ésto me resulta difícil, yo no soy del tipo de hombre detallista. Es cierto, él se esta esforzando y yo solo le complicó la cosas, además, se ve entusiasmado y eso me parece dulce. -Adelante-Digo girandome en el asiento para darle la espalda y que así pueda vendarme los ojos. Cierro los párpados y siento cuando me coloca la tela y hace un nudo en la parte de atrás de mi cabeza.
SALVATORE.Entre a la casa con Stella en brazos y empecé a llamar a gritos a Violeta.-¿Que le pasó a Stelita?-Pregunta preocupada, acercándose a paso apresurado.-No lo se, menciono que estaba cansada y de pronto se desvaneció-La recosté en uno de los sofás de la sala-Creo que es la presión-Me coloqué en cuclillas frente a ella y coloque dos dedos en su cuello para medirle el pulso.-¡Gladys trae alcohol!-Pide en voz alta y a los pocos segundos fuimos rodeados por todos mis empleados.-¿Que le a pasado a la señorina?-No sabemos hombre, el señor dice que se desmayo así, de la nada.-Eso es porque salió a correr sin probar uno solo de los mío platillos.-Me va a disculpar joven, pero Vittorio tiene razón, yo le he dicho varias veces que no es bueno salir a correr tan temprano, y menos sin haber desayunado-Me entrega el alcohol que Gladys le dio.-No es eso Violeta, Stella tiene algo más y no quiere admitirlo-Destapo el frasco y lo acerco a su nariz-Duerme bien pero pasa todo el día co
STELLA.Si el ser humano tuviese la capacidad para predecir el futuro, el mundo sería un lugar muy distinto.Una madre tomaría de la mano a su hijo para evitar que cayera y se raspara la rodilla.Un conductor no se distraería con la pantalla de su teléfono, y evitaría un enorme accidente.Y yo no me hubiese enamorado de alguien tan distinto a mí, y quizás hubiese evitado que me quebraran en mil pedazos.Pero ¿Qué tienen en común esas tres situaciones que a simple vista parecen tan distintas?.La respuesta es muy fácil... Y es que todo eso se puede prevenir, porque no se necesita el poder de predecir el futuro para saber que una madre, siempre debe llevar a su hijo de la mano, que una distracción para un conductor, por muy pequeña que sea puede resultar en una catástrofe, y yo, por supuesto que supe desde un principio que una relación con un hombre casado, rico y obsesivo, no podría terminar bien, sin embargo me empeñé en esperar lo contrario.¿Y quién manda en el corazón cuando se est
Comimos bajo un silencio agradable, y al terminar, no espero que ninguno de sus empleados fuera a retirar las bandejas, quiso llevarlas el mismo.No pasaron ni cinco minutos y mi estomago me estaba obligando a devolver todo que acababa de ingerir, por lo que tuve que correr enseguida al baño.Me sentí un poco más aliviada después de dejar salir todo lo que había comido. Me enjuague la boca, humedecí mi cara en el lavamanos y al salir del baño recogí mi cabello para volver a meterme a la cama.Ya el malestar se había tornado más que molesto, incluso me estaba generando como pequeños lapsos depresivos. Me hice una bolita humana, abrazando mis piernas y me cubrí completa con la sabana.-¿Stella?-Me llamo el italiano al regresar.-Aqui estoy.-¿Por qué estás así?, ¿Te sientes mal otra vez?-No, solo no me quiero mover. Me voy a quedar así para siempre.-Muy bien-Entro a la cama conmigo y me abrazo por la espalda-Nos quedaremos así entonces.Sostuve sus manos que estaban enrolladas en torn