Esta vez ya venía lista y la banda de asistentes no la acompañaba. —Casi está todo listo, tenemos una propuesta excelente con una constructora conocida, y pueden hacerle aquí un resort familiar, de lujo, o deportivo, como usted lo elija —le dijo Noémi al magnate. Luego se giró hacia Levi y le tendi
Noémi sintió que la nieve se deslizaba debajo de sus pies y su cuerpo caía sin remedio hacia el interior del pozo de nieve. Gritó mientras sus manos intentaban aferrarse a alguna superficie, pero no hubo suerte. Lo único bueno fue que la nieve estaba suave bajo su espalda cuando ella se golpeó contr
Él tomó su rostro entre sus manos y negó. —Nena escucha, tú no estás acostumbrada a este frío. Esquías de cuando en cuando, pero la temperatura en la montaña no es ni remotamente parecida a la de la ciudad por más fría que esta sea. Yo sí sé lidiar con este frío, a mí no va a pasarme nada, así que
Noémi y los muchachos escucharon el rugido de la tormenta como si fuera una advertencia. —¡Tiene que ser una broma! —gruñó ella—. ¡O sea, si logro encapsular mi mala suerte de este año podría venderla como un arma de destrucción masiva! Los chicos rieron y uno de ellos negó. —Falta mucho todavía
Noémi perdió la sonrisa amable, la cansada y hasta la de trabajo en un solo segundo mientras se imaginaba aquel paisaje en particular. —¿Sabe qué? ¡Mejor voy yo! ¡Es que es un poco bruto, ¿usted sabe?! ¡Y está mojado, no debería seguir mojado...! —soltó la retahíla antes de ir por donde se había pe
Era un reto descarado, el problema era que Noémi no tenía con qué sostenerlo y Levi lo sabía. La conocía mejor de lo que había creído, y aquella cama calentita más todo el agotamiento que tenía acumulado le interrumpieron el discurso del orgullo feminista al minuto y medio, y a los dos minutos ya es
—Pero señorita, usted no está comiendo —protestó Isak. —Claro que sí está comiendo... a ver di "Aaaaaa". —Antes de que Noémi pudiera protestar, Levi puso un tenedor con pasta en su boca y ella estaba colorada pero comiendo. Noémi venía de una familia grande, así que estaba acostumbrada al revuelo,
Noémi golpeó a Levi con fuerza en un brazo, sorprendida por su declaración. —¡¿Qué dijiste?! —Sus ojos se encontraron con los de él, y ella vio la sinceridad de su mirada—. Tú no te quieres la vida ¿verdad? ¡Después de todo lo que ha pasado, después de que me dejaste...! ¡¿Crees que te voy a perdon