Danna despertó de golpe cuando el aguacero comenzó a caer. Su grito despertó a Loan y el instinto la hizo retroceder hasta que su espalda golpeó contra el árbol. No era del todo consciente de lo que pasaba alrededor de ella, solo de que la lluvia golpeando con fuerza la había despertado. Gritó asus
Él se sentó a su lado frente al fuego, envuelto en su propia manta. —No lo sé. Mamá me llamó asustada hace algunos días porque no te encontraba y cuando llegué te encontré afuera, pero creo que has estado saliendo desde antes —respondió él. —¿Y hace cuánto que no duermes persiguiéndome? —preguntó
—Dime que te puedo abrazar —fueron las únicas palabras que salieron de la boca de Loan antes de tirar de ella y sentarla en su regazo. Había dos mantas de por medio pero aun así el cuerpo de Loan estaba ardiendo y Danna se hizo un pequeño ovillo entre sus piernas. —Lo siento, nena, si intentamos i
Ni siquiera podía decirlo pero a respuesta de Loan fue empujar su mejilla con la nariz como si fuera un cachorro para que ella lo mirara. —No estás embarazada, y si lo estás, es mío. —Loan... —No te lo estoy diciendo solo por tranquilizarte, pero sé que ese hombre no te hizo nada —le dijo y la si
Estaba desnuda. Estaba desnuda debajo de él y bastaba que se moviera unos centímetros, solo unos pocos centímetros para que Loan subiera al cielo haciéndole el amor. Pero en lugar de eso peleó por contenerse. Se enfocó en la velocidad y la profundidad de sus dedos y Danna sintió como si todo su cuer
Le gustaba verlo a su lado al despertar... hasta que se reloj digital detrás de él le mostró la hora y Danna se escapó de la cama apurada. Se duchó a velocidad crucero y así mismo pasó a despedirse de su hijo. —¿No vas a desayunar? —le preguntó Luana con una sonrisa. —¡No me da tiempo! ¡Voy tarde!
Danna estaba de pie en la parte trasera de la tienda, hipnotizada por sus pensamientos, cuando entró su jefe. Se detuvo frente a ella y la miró con ojos curiosos. —¿Estás bien? —le preguntó, midiendo su expresión. —Oh, sí —murmuró Danna, parpadeando para salir de su trance—. Sí, estoy bien. Es sol
—Pelirroja yo jamás me voy a ir, siempre voy a estar aquí, ni siquiera tienes que pedirme que te cuide, porque todo lo que quiero hacer, todo lo que me hace feliz es estar contigo, es cuidarte... Así que desmejoradito o no, voy a estar contigo tanto como me lo permitas. Danna pasó saliva, el calor