Danna sintió como su corazón latía a través de sus oídos. Su boca se había secado y la cara le quemaba, ya había pasado por muchos tonos autoritarios y aunque entendía por qué lo hacía él, tampoco le gustaba. Tomó un respiro profundo antes de abrir la puerta y entrar al local. La misma mujer de ant
Después de diez segundos solo sonrió. —Miki... —saludó—. Lo mismo digo... Sí, un día de estos... Oye te llamo porque estoy teniendo problemas con dos miembros del personal de una de tus tiendas... la de Plaza Stavros... Sí, la gerente y una empleada, Kirha... —leyendo su gafete se acercó a la emple
El viaje a Lucerna en vuelo privado no fue pesado, y conocer a los Keller era indudablemente una linda experiencia. Los padres de Loan, Nikola y Luana, estaban locos de felicidad por su nuevo nietecito, las tías enseguida se pusieron en plan consentidoras, los tíos se alborotaron con el primer varon
Loan intentó replicar pero la verdad era que no, no le había preguntado ninguna de esas cosas. Y por supuesto que Danna no era un adorno en su vida, solo no quería que nadie más volviera a lastimarla. —Bueno... ¡está bien! ¡Me estoy pasando de sobreprotector, lo reconozco! —dijo con un pesado suspi
—¿Tú estás enamorada de mí? Parecía una pregunta simple pero no lo era. Danna se quedó en silencio un momento, tratando de analizar sus sentimientos. Ella sabía que Loan la quería y era un buen padre para Mauro, pero no podía fingir algo que no era verdad. Finalmente respondió con un suspiro: —T
Danna se mordió el labio inferior con un rastro de duda. —¿Solo Mauro y yo? —Solo Mauro y tú —confirmó Loan. Le dio un beso en la cabeza y levantó a Mauro en brazos para llevárselo, porque ella necesitaba concentración para elegir. Danna miró cada una de aquellas fotos, había desde mansiones hast
El resto de los mortales tenía que hacer trámites como para esta vida y la siguiente, pero un Keller solo tenía que decir: "quiero esto", y tres horas después le estaban entregando la llave de la casa. No había que comprar ni un mueble porque ya tenía todo. —Tampoco hay mucho que traer —sonrió Dan
—¡Te acordaste! —se emocionó Loan tomando la cuchara. —Resulta que todo lo que había en la nevera era de exhibición pero no era falso, y el helado está delicioso —dijo Danna mientras hundía la cuchara en el postre. —Me imagino... a lo mejor un día de estos volvemos a usarlo como corresponde —murmu