—Señora Brand, tal como veo las cosas usted está necesitando tanta terapia como su marido —sentenció la doctora—. ¿Qué le parece si se queda hasta terminar la sesión? Andrea pasó saliva pero la doctora se veía tan respetable que no se atrevió a contradecirla. —Bueno... sí, claro... me puedo quedar
Zack cerró los ojos y respiró profundo mientras sentía los dedos de Andrea delineando cada uno de los tatuajes de su espalda, y cada vello de su cuerpo se erizó cuando esos dedos fueron sustituidos por su boca. —Tú hoy quieres que yo no vaya a trabajar, ¿verdad? —murmuró y se dio la vuelta para atr
La coquetería duró más allá de la decisión o de todo lo que siguió. La verdad era que hicieran lo que hicieran, a los dos les daba igual siempre que estuvieran juntos. Finalmente Zack dejó su reincorporación para nunca y prefirió convertir a Adriana en la siguiente campeona mundial. Andrea casi se
Se le tenía que ocurrir algo impresionante, algo hermoso porque su padre tenía razón, aquella sería su última propuesta de matrimonio y tenía que ser perfecta. Así que Zack alquiló la misma cabaña donde se habían quedado en Navidad, el lugar donde ambos habían pasado unos días maravillosos. Hizo to
Ansiosa era poco para describirla. Estaba a punto de rendirse y volver a la ciudad a buscarlo cuando por fin vio las luces de su camioneta estacionando cerca y a Zack entrar por la puerta, con el cabello revuelto de tanto tocárselo y una expresión visiblemente alterada. —¡Zack! Amor ¿qué pasó? —pre
—¡Que no sé nada! ¡Le juro que no sé nada! A aquella hora la doctora Flynn bebía té con desesperación y negaba bajo la atenta mirada de Andrea. —¡Es que ni siquiera hago eso! No grabo las sesiones con mis pacientes porque... bueno, algunos son importantes, ya sabe, figuras públicas. As´´i que solo
Andrea suspiró y negó con la cabeza. —No por ahora. Giselle se está metiendo en nuestros asuntos y amenazando nuestra vida y nuestra familia de una manera que debemos detener —explicó—. Eso es lo primero, ponernos a salvo antes de pensar en nada más. Chiara frunció el ceño con molestia. —Lo sient
Andrea sintió el choque de adrenalina cuando vio a Zack en aquel restaurante con Giselle. Ella iba demasiado elegante y no tardó ni un segundo en intentar restregarse contra Zack. —¡Hija de su m...! —gruñó Andrea con impotencia—. ¡Es que la desgreño a la condenada! —¡Ya, ya...! Vamos. —Chiara tiró