CAPÍTULO 128: UN AMOR SECRETO.Giovanni dejó el vaso vacío sobre la barra. Después de que Sebastián tocara su punto sensible, había ido allí para desahogarse, o mejor dicho, ahogar sus penas en alcohol. Lo que le había dicho a Sebastián era verdad; no tenía interés en ninguna mujer, la única que le importaba era Dayana. Y ahora su futuro con ella estaba destruido, porque por alguna razón, ella decidió abandonarlo.Alzó la cabeza y le hizo señas al barman.—Quiero otro —dijo.El hombre tomó la botella y sirvió otro trago de Macallan. En la entrada del bar, una mujer miraba a Giovanni con una mezcla de emociones: miedo y a la vez anticipación. Estaba allí por una razón, tenía que cumplir una orden; de ello dependía la estabilidad de su abuela.Adeline Winchester era la hija menor de Barlow Winchester y hermana de Dayana Harper. La razón por la que estaba asustada era porque tendría que hacer algo que nunca haría, ya que era demasiado bajo. Y la razón de sus expectativas era que el hombr
CAPÍTULO 129: ASUMIR LAS CONSECUENCIASGiovanni se movió ligeramente y suspiró al sentir el cuerpo cálido a su lado. Sus brazos apretaron suavemente a la mujer en sus brazos y sonrió a pesar de tener los ojos cerrados. En su mente somnolienta, la imagen de Dayana brilló y, por supuesto, pensó que la que estaba a su lado era ella. Por otro lado, la mujer que ya había despertado desde hace rato cerró los ojos y dos gotas de lágrimas cayeron. Sí, había pasado la noche con el hombre que amaba, pero él le había hecho el amor pensando que era otra. Escucharlo, gemir el nombre de su hermana mientras la poseía era lo más humillante que podía experimentar. Pero no tenía otra opción, cerró los ojos y se tragó su llanto.De repente, Giovanni se giró y la abrazó por completo, enterró la nariz en su cuello y aspiró su aroma.—Buenos días, nena… —le susurró con voz ronca y sensual.La mano de Giovanni recorrió la curva de su cadera y subió lentamente hacia arriba, bajando sobre su abdomen en busca
CAPÍTULO 130: FRENTE AL MAR.El sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados. Una suave brisa marina acariciaba las caras de los presentes, llevando consigo el sonido relajante de las olas rompiendo en la arena.Sebastián e Isabella caminaban descalzos por la arena, tomados de la mano. Ambos vestían de blanco, reflejando la pureza y la renovación de su amor. Coraline y Rogert, junto con los demás amigos y familiares, estaban allí, sonriendo y observando con ternura.—No puedo creer que finalmente vayamos a casarnos —dijo Isabella, mirando a Sebastián con ojos llenos de amor.—Hemos superado tanto juntos, y cada desafío nos ha hecho más fuertes —respondió él, apretando suavemente su mano—. No hay nadie más con quien quisiera estar aquí, Isabella. Solo contigo.Un pequeño arco decorado con flores silvestres estaba preparado para la ceremonia. Bajo el arco, un sacerdote los esperaba para oficiar la ceremonia.—Queridos amigos y familiares —comenzó
Mis preciosas lectoras,Hemos llegado al final de esta historia. Sinceramente espero que la travesía de Sebastián e Isabella les haya atrapado y que hayan vivido junto a ellos cada momento de su amor. Como siempre, mi lista de personajes sigue creciendo, pero les prometo que las historias de sus amigos también serán contadas. Empezaremos con Giovanni, y allí mismo podrán conocer a Mateo y Elijah.No me queda más que agradecerles por su apoyo, su tiempo y su paciencia. De verdad, son las mejores lectoras que un autor podría desear. Las adoro un montón.Por cierto, si les gustan las historias de lobos, tengo un nuevo proyecto en marcha. Les invito a echarle un vistazo y, si les atrapa, vivamos juntos un amor de fantasía.¡Las amo!Paulina W.
CAPÍTULO 1: ¡ACUÉSTATE CON ÉL! “¡Escándalo de la alta sociedad! ¡El empresario Marcus Becker fue visto en un reconocido hotel de la ciudad, y se sospecha que su amante está embarazada!” El escándalo entre Marcus y su amante causó sensación en todas las redes y rompió el corazón de Isabella Collins, su esposa. Marcus Becker, era el presidente de Becker Grupo, y por eso casi todos los medios de comunicación estaban transmitiendo el escándalo. Isabella, estaba sentada en silencio en la mesa del comedor, sus oídos zumbaban y sus ojos cargados de emociones no dichas, miraron la pantalla del televisor por un momento. Sus manos ásperas y delgadas se aferraron a su ropa y, aun así, no pudo controlar el temblor de su cuerpo. Porque la mujer con la que su marido la estaba engañando, no era otra que su prima. Amanda. Cuando los padres de Amanda murieron, el padre de Isabella la recibió en la mansión y la trató como una hija más, Isabella jamás imaginó que su prima tendría el valor de robar
CAPÍTULO: ES UN BASTARDO Isabella se levantó como pudo, apretó las manos con impotencia y miró el rostro despiadado de Marcus con asombro. Su pecho pareció ser atravesado por una flecha y las lágrimas no podían dejar de derramarse. ―¿Acostarme con él? ―Isabella negó mientras la incredulidad aún la golpeaba ―Marcus, ¿me pediste que viniera solo para enviarme a la cama de otro hombre? ―¿Y es que es lo que esperabas? ―los ojos del hombre se entrecerraron con frialdad y sonrió malvadamente ―¿Creíste que quiero arreglar mi relación contigo? Amanda, que estaba disfrutando del espectáculo, se acercó a Marcus y le dio una sonrisa sarcástica a Isabella. ―Amor, no digas eso, no ves que mi primita se arregló deliberadamente para ti. Aunque… ―Amanda acarició deliberadamente el pecho desnudo de Marcus ―… tus intentos no sirven de nada, querida. Tu marido me quiere a mí, no a una perdedora como tú. Los labios de Isabella temblaron de impotencia y se negó a dejarse humillar. ―No te preocupes,
CAPÍTULO 3: ESCAPANDO DEL HOMBRE ASQUEROSO.Cuando Isabella abrió los ojos se encontró en una habitación diferente a la que estaba cuando llegó a confrontar a Marcus. Escaneó la habitación y todo era lujoso, sin duda estaba en el mismo hotel y tenía el mal presentimiento de que Marcus la había enviado a la habitación del hombre. Sus latidos se aceleraron y se dijo que tenía que salir de allí cuanto antes.Salió de la cama y estaba por ir a la puerta cuando alguien habló detrás de ella.―¿A dónde vas dulzura?Isabella no quería ni darse la vuelta, pero lo hizo. Solo para ver al hombre del algunos sesenta y tantos, gordo, y con pinta de sádico. Sus alarmas se encendieron, tenía que salir de allí. Cuando el hombre dio un paso en su dirección, ella retrocedió y le advirtió.―¡No se acerque! ¡Manténgase lejos!El hombre le dio una sonrisa y se lamió los labios.―Así me gustan, que sean luchadoras, al final… logran hacer lo que quiero.La respiración de Isabella se entrecortó y su estómago
CAPÍTULO 4: EXTRAÑA TENTACIÓN.Isabella temblaba, el miedo y la desesperación eran evidentes en su voz mientras miraba a través de los cristales.―Se lo ruego, ayúdenme, tengo que salir de aquí ―suplicó.Sebastián la observó y una extraña sensación de familiaridad inundó su mente. Y cuando Isabella se lamió los labios y su respiración se volvió errática haciendo que sus pechos subieran y bajaran, fue inevitable que sus ojos fueran a ellos y algo en él se tensó, una mezcla de preocupación y otro sentimiento que no quiso identificar.Pero esto no evitó que dijera con frialdad.―Bájate de mi auto.―No. ―Isabella negó a toda prisa ―No puedo… por favor… ―mientras negaba un gemido involuntario, escapó de sus labios.―Señor, creo que ella no está bien ―intervino Louis, detrás del volante.Sebastián le dio una mirada de advertencia y su expresión se endureció.―No soy un samaritano ―espetó.―Pero señor, ella… ―Louis intentó nuevamente, pero fue interrumpido por las duras y frías palabras de s