—Señor Black, lo busca el señor Russo — dijo Elsa en cuanto entró a la oficina. Alexis levantó una ceja sorprendido.
—Él no tiene cita conmigo Elsa — dijo en tono fuerte.
—Lo sé señor, pero dice que es urgente.
—De acuerdo dile que pase, pero que sea la última vez que vienes a interrumpirme cuando alguien no tiene cita — Elsa asintió y salió de inmediato, Alexis Black era un hombre serio, amargado, era hombre de una mujer diferente por las noches. Cuando tocaron la puerta él se puso de pie para revivir a Oliver Russo.
—Señor Black, gracias por recibirme — Alex asintió.
— Siéntese y dígame qué es eso tan urgente que tiene que decirme. — dijo serio, Oliver estaba sumamente nervioso.
—Mi empresa se está yendo a la quiebra, necesito su ayuda. — Alexis lo observó sorprendido.
—Pero si las editoriales Russo son de las mejores que hay aquí en España.
—Me han estado robando y no me había dado, al parecer cuando había reunión de las finanzas, los reportes estaban alterados.
—¿Cómo se a dado cuenta?
—Sophie — al escuchar ese nombre Alexis sintió su corazón latir apresuradamente, esa mujer se le había metido en el alma, la amaba y la odiaba al mismo tiempo, se conocían desde niños, él siempre trato de conquistarla, pero ella siempre lo despreciaba. — ella decidió revisar los registros, todos, fue cuando encontró que estaban alterados, maquillados.
—¿Sabes quién te robó?
—Desconfío de Yael — Alexis al oír ese nombre hizo sus manos en forma de puño, ese maldito, que decía ser su amigo, le quitó la mujer que amaba.
—¿Y no has hecho nada al respecto?
—Nada, Sophie no cree que él tenga que ver, y ahora que piensan casarse menos quiere desconfiar. — Alex sintió que su corazón dejó de latir.
—¿Se va a casar? ¿Y lo vas a permitir?
—Alexis, Sophie lo quiere, yo no puedo meterme en su vida.
— Se que tienes razón, pero por algo sospechas de él, no debe de ser digno de tu hija.
—Aunque tengas razón, nunca me ha gustado meterme en de vida de mis hijas, pero ellas tienen que abrir sus ojos y darse cuenta de las cosas. — Alexis se levantó enojado de su asiento, Sophie no podía casarse con Yael, no podía permitirlo, así tuviera que secuestrarla.
—Bien y ¿a qué has venido?
—A qué me prestes una gran cantidad de dinero, para poder levantar las editoriales.
—Oliver, sabes que lo haría con gusto, pero sería perder ese dinero. — Oliver se quedó sorprendido.
—¿Porque dices eso?
—Oliver, porque si sospechas de Yael y él sigue trabajando para ti, seguirá robando, ¿cómo harás para pagarme? Saldría perdiendo yo, y así no hago negocios. —Oliver sabía que Alexis tenía razón.
—Si, tienes razón, saldré hablar con Sophie, tal vez llegue a un acuerdo con ella. — Alex quién estaba viendo por la ventana, se giró bruscamente.
—¿Sophie está afuera? — Oliver frunció el ceño.
—Si, ella a venido acompañarme, es la única que sabe lo que está pasando.
—¿Y porqué se quedó afuera en lugar de entrar contigo?
—Porque el que tiene que hacer negocios contigo soy yo, no ella.
—Si, pero por ella no estamos haciendo negocios porque está defendiendo a un ladrón. Lo siento Oliver, pero sabes que así no puedo hacer negocios, no mientras Yael esté ahí.
—De acuerdo, haré que Yael se vaya, para que podamos hacer negocios. — Alexis asintió, mientras Oliver se ponía de pie y extendía su mano para despedirse de Alex. — Gracias por atenderme.
Cuando Oliver salió, Sophie se levantó de inmediato de su asiento.
—¿Qué te ha dicho?
—No va hacer negocios con nosotros.
—¿Por qué?
—Sophie, soy sincero, sospecho de Yael y mientras él esté ahí Alexis no piensa ayudarnos, porque seguirá pasando lo mismo y luego no tendré cómo pagarle, así que será mejor irnos y descubrir quién me está robando realmente. — Sophie no dijo nada, ella tenía que hacer algo. — Vamos, que tu madre nos espera para almorzar.
—Papá, no me iré contigo, como sabes Lady trabaja aquí, y saldremos almorzar juntas, por lo que pienso esperarla.
—Bien cariño, te espero en la casa, para saber que vamos hacer. — Sophie asintió.
—De acuerdo. — Oliver se despidió de su hija y se fue de ahí. Ella inmediatamente se giró hacia Elsa.
—¿Podría preguntarle al señor Black sí puede atenderme? — Elsa la observó en silencio.
—Lo siento señorita, pero no creo que el señor Black la atienda, a menos que sea con cita.
—Por favor, ¿podría preguntarle?, y si tiene que ser con cita que él mismo me la dé. — la voz tan amable de Sophie convenció a Elsa.
—De acuerdo, iré a preguntarle. — Sophie asintió agradecida.
Alexis, daba vueltas en su oficina, ella estaba afuera y se moría por verla, pero no saldría, luego de diez minutos respiró profundo y decidió sentarse, Elsa tocó antes de entrar, con cara nerviosa.
—¿Qué pasa? — dijo irritado.
—Señor, sé que me dijo que no volviera a dejar que nadie entrara a menos que tuviera cita, pero la señorita Russo desea verlo, y si no puede atenderla en este momento, desea una cita con usted. — Alexis no podía creer lo que Elsa le estaba diciendo.
—¿Y Oliver?
—Ya se marchó, señor. — torció los labios algo dudoso.
—Bien, hazla pasar. — Elsa salió de la oficina y Alexis suspiró profundo antes de que Sophie entrara. —unos suaves toques a la puerta lo pusieron más nervioso, pero tenía que ser frío, tenía que ser despreciable.
—Adelante — Sophie entró nerviosa y Alexis no pudo evitar mirarla de pies a cabeza, ese cuerpo y esos ojos lo volvían loco. — ¿Qué desea señorita Russo? — su voz sonó fría.
—Deseo hablar con usted — su voz era tan dulce y melodiosa, que eso le encantaba.
—Siéntese y dígame, y por favor sea rápida y directa, que tengo mucho que hacer.
—Vengo a pedirle que por favor ayude a mi padre, las editoriales son todos para él.
—Y si sabe que son todo para él, ¿por qué no denuncia al ladrón de su novio? — su voz era muy fría Sophie suspiró.
—No me importaría que mi padre lo denuncie o que lo eché, pero me da miedo que haga algo en contra de nosotros. — por primera vez desde hacía mucho tiempo, Alexis dejó ver sus sentimientos a Sophie, y ella vio lo sorprendido que se quedó.
—¿Por qué lo dices?
—Yo me entiendo, ¿podrías ayudarle? — Alexis la observó en silencio por unos minutos lo que hizo que Sophie se pusiera nerviosa
—Sólo podría ayudarle de una forma. — Sophie sintió un escalofrío en su cuerpo.
—¿Cuál sería esa forma? — Alexis sonrió, pero era una sonrisa, cínica y malvada.
—¿Qué te cases conmigo?
—¿Qué has dicho? —Sophie no salía de su asombro.—Que te cases conmigo — esta vez no se lo dijo en forma de pregunta, estaba decidido a casarse con ella.—Es broma ¿no? — Alexis frunció el ceño, colocó sus brazos en el escritorio y se inclinó hacia ella.—¿Me ves riendo? Lo dije muy en serio Sophie, pero si no quieres, no hay problema, ahora sal de mi oficina y no me hagas perder el tiempo.—¿Por qué haces esto?, no puede ser de otra manera.—Yo no soy el que le ha robado a tu padre, así que yo no he hecho nada, y no, no puede ser de otra manera, porque solo siendo mi esposa podría invertir e intervenir, porque como mi esposa tendré todo el derecho de echar a ese montón de parásitos. — no sabía el porqué, pero Sophie se sintió decepcionada al ver que para él era sólo negocios.—Alexis, no sé si lo sabes pero estoy comprometida con Yael, me voy a c
En cuanto Sophie salió de su oficina, Alexis tiró todo lo que estaba en su escritorio, las palabras de ella lo torturaban.Yael la complacía, ¡maldita sea!, Yael no debía complacerla, eso sólo podía hacerlo él, nadie más, sería suya y nadie podría evitarlo.…Sophie llegó a su casa con el corazón en mil pedazos, ella lo amaba, siempre lo había hecho, y su comportamiento la dañaba, pero sabía que ella tenía la culpa.—¿Qué te ha pasado, para que llores de esa manera? — Sophie se giró hacia su hermana, mirándola a los ojos.—Nada, solo un dolor de cabeza.—Pues que dramática eres, bien ahora pienso salir. —Sophie vio como su hermana se giró hacia la salida, y no puedo evitar mirarla de pies a cabeza, parecía que iba prácticamente desnuda, saber que estuvo con Alex hizo que tuviera un ardor en su estómago.—Keyla — su hermana
Alexis estaba es su oficina revisando unos papeles, luego de que Elsa limpiara el desastre que había hecho, cuando unos toques a la puerta lo sacaron de su trabajo, frunció el ceño, porque le había dicho a su secretaria que no lo molestara y que no estaba para nadie, pero al parecer no podía acatar órdenes.—Adelante — dijo realmente enojado.—Señor, lo lamento, sé lo que me ha dicho, pero la señorita Alison dice que si no la recibe, entrará por la fuerza y hará un escándalo.—Lo que me faltaba — dijo Alexis irritado — hazla pasar. — se levantó de su silla y esperó a que la dichosa modelo entrara.Alison ni siquiera tocó, entró derrochando sensualidad, con una minifalda, sus zapatos de tacón era de más de 20 centímetros, su blusa tenía un gran escote que no pasaba desapercibido, era una mujer muy hermosa, y ¿para qué negarlo?, muy buena en la cama.—Hola cariño, ¿me has
—¿Por qué? — Alexis aún no salía de su asombro —¿Qué te ha hecho cambiar de opinión? — él la miraba fijamente a los ojos.—Porque quiero ayudar a mi papá, y reparar algunos daños que he hecho. — Alex frunció el ceño.—¿Cómo cuáles?—Eso no importa, quiero aceptarte como esposo, siempre cuando siga en pie la propuesta para ayudar a mi familia. — Alexis no podía salir de su asombro, y aunque quiera gritar de felicidad no lo hizo, porque aunque sería su mujer, ella no lo haría por amor, simplemente lo iba hacer por ayudar a su familia.—Bien, ¿Cuándo se lo vas a decir a tu familia? Y lo más importante, ¿Cuando vas a dejar a Yael?—De aqu
En cuanto Sophie llegó a su casa, supo que la noche sería larga, el auto de Yael, se encontraba ahí, suspiró profundo, y decidió entrar, sería mejor dar el anuncio, de una vez, que alargarlo más. Con la frente en alto se dirigió hasta su casa, cuando entró, oyó unas risitas, y de inmediato supo que era Keyla, ¿Qué hacía aquí sí se supone que ella había salido con alguien? Una idea le cruzó por la cabeza que hizo que frunciera el ceño, muy en silencio se acercó a la sala, y en una esquina de la ventana, observó como Yael, le susurraba, cosas al oído a Keyla y ésta reía, esos dos andaban, no había duda, en especial cuando Yael le robó un beso a los labios de su hermana. Ella puso los ojos en blanco, ¿cómo no se lo imaginó? Al parecer Keyla siempre quería lo que ella tenía, ¿qué clase de hermana tenía? ¿Y con ese tipo se iba a casar?.Sophie vio cuando su padre y su madre se acercaban. Por lo que ella quiso hacerle frente de una por todas a la situación.
—Alex — la voz de Sophie salió en un susurro, los ojos de él se habían puesto oscuros de la ira.—Sí, nada más y nada menos que el cachudo y eso que aún no nos hemos casado. — Sophie se separó de inmediato de Yael.—No, espera, las cosas no son lo que parece — mierda se sintió estúpida al decirlo, pero es que en efecto no era lo que parecía.—¿A no? ¿Entonces no se besaban? Ya sé, te estaba dando respiración boca a boca. — la ira en su voz se podía notar.—No Alexis, Yael me besó sin yo esperarlo, ya le dije que lo nuestro no tiene arreglo y que vamos a casarnos, ya toda mi familia lo sabe. — Alexis se sorprendió pero no lo demostró.—Ya veo —Alex observó a Yael. — No te vuelvas a acercar a ella, porque no respondo.—¿Tienes miedo que te la vuelva a quitar?, ambos sabemos que Sophie nunca te ha querido, si está contigo debe de ser por algo, nunca
La semana había pasado, demasiado rápido para su gusto, mañana sería el día de su boda y se sentía aterrada, no sabía qué esperar de él, desde el día que Alexis había hablado con sus padres no lo había vuelto a ver, la había llamado unas cuantas veces para saber cómo iban los preparativos de la boda, en su voz no había emoción de nada, siempre le hablaba cortante, frío, y de verdad le estaba doliendo.Sophie se levantó de su cama, y se dirigió hacia la gran ventana que tenía su habitación, ella no podía dejar de pensar en cómo sería su vida si desde la primera vez que Alexis se le declaró hubiera dicho SI.Se limpió las lágrimas que salían de sus ojos, últimamente lloraba mucho, y ni siquiera se había casado, tenía tanto miedo de cometer un error, de no poder conquistar de nuevo su corazón. Alex había sido tan lindo con ella, que recordarlo le dolía, en especial, recordar como ella lo rechazó, había sido una tonta en creer que algún día
Sophie trataba de abrir sus ojos pero no podía, sentía los ojos pesados y el cuerpo liviano, como si estuviera flotando, pero se sentía muy aturdida, ella se encontraba más despierta que dormida, por lo que pudo sentir como un brazo se colocaba alrededor de su cintura, sonrió como tonta al imaginar a Alexis, así serían sus mañanas y sus noches a partir de ahora, pero algo en su mente se iluminó, ella aún no se había casado con Alex, ¿entonces quién mierda la estaba abrazando? De un brinco se levantó haciendo que su cuerpo despertara del todo y despertando a su acompañante, Sophie no hacía más que ver a su acompañante con cara de asombro.—Buenos días mi amor, ¿te gustó tu despedida de soltera? — Sophie no podía pronunciar ninguna palabra, estaba en shock. — Gracias por hacerme el hombre más feliz de la tierra. — ella no podía creer lo que escuchaba, tenía que ser una gran mentira—Yo… y… no puede ser… Alexis si se entera… — Sophie tratab