En cuanto Sophie llegó a su casa, supo que la noche sería larga, el auto de Yael, se encontraba ahí, suspiró profundo, y decidió entrar, sería mejor dar el anuncio, de una vez, que alargarlo más. Con la frente en alto se dirigió hasta su casa, cuando entró, oyó unas risitas, y de inmediato supo que era Keyla, ¿Qué hacía aquí sí se supone que ella había salido con alguien? Una idea le cruzó por la cabeza que hizo que frunciera el ceño, muy en silencio se acercó a la sala, y en una esquina de la ventana, observó como Yael, le susurraba, cosas al oído a Keyla y ésta reía, esos dos andaban, no había duda, en especial cuando Yael le robó un beso a los labios de su hermana. Ella puso los ojos en blanco, ¿cómo no se lo imaginó? Al parecer Keyla siempre quería lo que ella tenía, ¿qué clase de hermana tenía? ¿Y con ese tipo se iba a casar?.
Sophie vio cuando su padre y su madre se acercaban. Por lo que ella quiso hacerle frente de una por todas a la situación.
—Alex — la voz de Sophie salió en un susurro, los ojos de él se habían puesto oscuros de la ira.—Sí, nada más y nada menos que el cachudo y eso que aún no nos hemos casado. — Sophie se separó de inmediato de Yael.—No, espera, las cosas no son lo que parece — mierda se sintió estúpida al decirlo, pero es que en efecto no era lo que parecía.—¿A no? ¿Entonces no se besaban? Ya sé, te estaba dando respiración boca a boca. — la ira en su voz se podía notar.—No Alexis, Yael me besó sin yo esperarlo, ya le dije que lo nuestro no tiene arreglo y que vamos a casarnos, ya toda mi familia lo sabe. — Alexis se sorprendió pero no lo demostró.—Ya veo —Alex observó a Yael. — No te vuelvas a acercar a ella, porque no respondo.—¿Tienes miedo que te la vuelva a quitar?, ambos sabemos que Sophie nunca te ha querido, si está contigo debe de ser por algo, nunca
La semana había pasado, demasiado rápido para su gusto, mañana sería el día de su boda y se sentía aterrada, no sabía qué esperar de él, desde el día que Alexis había hablado con sus padres no lo había vuelto a ver, la había llamado unas cuantas veces para saber cómo iban los preparativos de la boda, en su voz no había emoción de nada, siempre le hablaba cortante, frío, y de verdad le estaba doliendo.Sophie se levantó de su cama, y se dirigió hacia la gran ventana que tenía su habitación, ella no podía dejar de pensar en cómo sería su vida si desde la primera vez que Alexis se le declaró hubiera dicho SI.Se limpió las lágrimas que salían de sus ojos, últimamente lloraba mucho, y ni siquiera se había casado, tenía tanto miedo de cometer un error, de no poder conquistar de nuevo su corazón. Alex había sido tan lindo con ella, que recordarlo le dolía, en especial, recordar como ella lo rechazó, había sido una tonta en creer que algún día
Sophie trataba de abrir sus ojos pero no podía, sentía los ojos pesados y el cuerpo liviano, como si estuviera flotando, pero se sentía muy aturdida, ella se encontraba más despierta que dormida, por lo que pudo sentir como un brazo se colocaba alrededor de su cintura, sonrió como tonta al imaginar a Alexis, así serían sus mañanas y sus noches a partir de ahora, pero algo en su mente se iluminó, ella aún no se había casado con Alex, ¿entonces quién mierda la estaba abrazando? De un brinco se levantó haciendo que su cuerpo despertara del todo y despertando a su acompañante, Sophie no hacía más que ver a su acompañante con cara de asombro.—Buenos días mi amor, ¿te gustó tu despedida de soltera? — Sophie no podía pronunciar ninguna palabra, estaba en shock. — Gracias por hacerme el hombre más feliz de la tierra. — ella no podía creer lo que escuchaba, tenía que ser una gran mentira—Yo… y… no puede ser… Alexis si se entera… — Sophie tratab
Sophie no dejaba de llorar, ¿cómo era posible que todo se complicara en un momento? ¿Cómo es que Keyla se había comportado como una maldita bruja?No era nada justo lo que le pasaba, pero ella hasta cierto punto lo merecía, sino hubiera sido tan estúpida y desde la primera vez que Alexis se le declaró le hubiera dicho sí, sí tan sólo no lo hubiera humillado tanto cada vez que le decía algo tierno y hermoso, nada de esto hubiera pasado, pero no lo hizo y ya no podía volver el tiempo atrás, ella sabía que estaba enamorada de Alex, y que nunca iba a poder olvidarlo, pero ya no estaba segura si haber aceptado su propuesta era lo correcto, Alex estaba lleno de resentimiento y sabía que eso la iba a perjudicar a ella, ya no estaba tan segura si podía conquistarlo, Alexis estaba herido, dolido y no creía en nadie.Pero ella también tenía derecho a ser escuchada, a poder defenderse, con el corazón dolido, y un dolor de cabeza inmenso, se levantó y se dio un baño
—Alexis deberías dejar de comportarte como un idiota, deberías estar feliz, te casas con la mujer que amas. — Alex miró con enojo a su mejor amigo.—¿Quieres callarte Ethan? No puedo estar feliz cuando un día antes de mi boda se acostó con su ex, no puedo estar feliz cuando ella me odia, cuando se quiere otro.—Pues con tu actitud no estás ayudando mucho, ahora será tu esposa Alex, puedes conquistarla, hacer que olvide a ese maldito desgraciado, en tus manos está que puedas enamorarla y que sean muy felices. — Alexis observó el sobre que llevaba en sus manos.—No creo que sea posible, dile a la encargada de la boda que se va a retrasar al menos media hora, tengo que hacer que Sophie firme esto.—No lo hagas Alexis, ¡maldita sea! ¿Por qué eres tan cabeza dura? ¿Que te cuesta llevar la paz en este nuevo matrimonio? Te vas a casar con la mujer que has amado toda la vida, recapacita — Alexis lo f
Una vez lista, respiró profundo antes de salir, agarró los papeles que le había dado el médico, y los observó, si no hubiera estado tan sorprendida cuando vio a Alexis y luego dolida por sus palabras, se los hubiera dado, pero simplemente, lo olvidó, decidió guardarlos en lo más profundo de su maleta, esa donde estaban algunas cosas que faltaba por llevarse a la casa de su futuro marido, se los daría pero en su momento, ahora no podía, todo el mundo se enteraría, y conociendo a Alex como lo que conocía, o bien como lo recordaba, estaba segura que cortaría la cabeza tanto de su hermana, como de Yael. Unos toques a la puerta la sacaron de sus pensamientos.—Adelante — dijo con voz suave, Ethan entró con una sonrisa—Hola Sophie, te ves, increíblemente hermosa — Sophie se sonrojó y sonrió.—Gracias, ¿Qué deseas? — Ethan inmediatamente dejó de sonreír y suspiró con pesadez, sabía que su amigo se estaba pasando de imbéc
Sophie caminaba agarrada de su padre, quién se sentía muy orgulloso al llevar a su amada princesa al altar con el hombre que amaba, sería muy feliz en especial cuando formará su propia familia.—Serás muy feliz cariño — le dijo en un susurro mientras caminaban hacia el altar.Sophie lo deseaba, ser la mujer más feliz sobre la faz de la tierra, en especial porque se casaba con él hombre que amaba. En el camino hasta dónde se encontraba su futuro esposo, no pudo evitar mirarlo, se encontraba tan guapo, su cabello brillaba con el sol, su mirada parecía feliz, y deseaba que en verdad estuviera feliz, pero podría ser una farsa, como era este matrimonio.Alex la miraba embobado, para que negarlo, ella se veía increíblemente hermosa, con un vestido sencillo pero hermoso, un maquillaje suave, pero que resaltaba sus hermosos ojos, su cabello estaba suelto y en ondas, llevaba pequeñas flores en el cabello, era la novia más h
—Cariño, ¿pasa algo? — la voz dulce de Sophie hizo que ambos giraran a verla. Alexis no podía creer que le hablara tan dulce.—No, —dijo muy serio, no podía evitar los malditos celos, esos que lo sacaban de sus casillas, esos que le iban a traer muchos problemas, porque su mente imaginaba los peores escenarios y eso lo mataba.—Sophie, mi amor, estás increíblemente hermosa, espero me concedas un baile en tu fiesta de matrimonio. — Alex quería arrancarle la lengua y la vida a ese idiota.—Dudo mucho que lo haga, ¿mejor dime a qué has venido? Yo no recuerdo de haberte invitado — ambos hombres estaban sorprendidos por las palabras tan duras de Sophie, uno feliz y el otro molesto.—Ahora dices eso, pero anoche me rogabas porque te hiciera mía, una y otra vez — Sophie jadeo al oírlo, y Alexis vio todo rojo de la ira, por lo que de un puñetazo lo tiró al piso.—Detente Alexis