—Alex, amor, detente por favor — dijo mientras iba casi corriendo detrás de él.
Alexis se detuvo y respiró profundo, no podía volver a equivocarse, no podía retroceder.
—Amor te juro que no quise sonar así como sone — dijo confundida, no sabía qué hacer o decir para no meter las patas.
—¿Y cómo querías sonar? ¿O mejor me explicas qué sentiste al recibir esa noticia? — Sophie lo miró a los ojos y vio como él se controlaba, pero los celos no podía ocultarlos aunque quería, por lo que respiró profundo y lo abrazó fuertemente antes de empezar hablar, él correspondió a su abrazo, la pegó a él sin querer soltarla.
—Sí estaba un poco sorprendida, pero no por lo que ellos hagan o dejen de hacer, sino me sorprende él como una p
Alexis iba conduciendo lo más rápido que podía, mientras Sophie hacía respiraciones profundas, su dolor cada vez aumentaba, aunque estaba feliz que su hijo naciera, así podría conocerlo al fin.—Hemos llegado amor — Alex bajó del auto, para luego ayudar a Sophie a hacerlo, la tomó en brazos y de inmediato pidió que lo atendieran, dos enfermeras llegaron de inmediato con una silla de ruedas.—Usted debe esperar aquí señor, le avisaremos cuando pueda entrar. — Alexis de mala gana asintió, mientras se llevaban a Sophie, el llamó a sus suegros, sus padres, a su hermana y su mejor amigo, también llamó a Daniel, para que llegara y le dijera a Teresa. Sabía que todos querían estar en el nacimiento de su hijo.Empezó a caminar de un lado a otro, necesitaba saber que pasaba, quería entrar y ser el a
Alexis había firmado los papeles, había escuchado a un doctor hablar sobre la depresión posparto y de los cuidados que quizás tenían Sophie y el bebé, y justo ahora iba con una nueva mudada de ropa que le había traído Daniel, a la habitación, quería darse cuenta un baño y esperar una hora para ir a casa. Decidió mandar a su eficiente guardaespaldas a que comprara vitaminas para Sophie, entre otras cosas para llevar a casa, debía estar seguro de que su familia estaría bien.Antes de llegar a la habitación escuchó un grito desgarrador, que lo hizo correr, cuando abrió la puerta y entró vio a Sophie llorando desconsoladamente casi encima
—¿Qué es lo que quieres?—A ti cariño, siempre te he querido a ti, puedo devolverte a tu hijo si te vienes conmigo y dejas a Black, no quiero que él sepa nada, soy capaz de matar a todos— la mente de Sophie empezó a mil por hora, debía hacer algo, no podía dejar que nada malo le pasara a su hijo, y debía hacer que Alexis supiera la verdad sin que saliera herido.—Haré lo que digas pero quiero que me prometas que no le harás daño a Alex. — Yael gruñó al oírla.—Por culpa de él no me amaste como debías, no puedo prometerte nada, incluso ese mocoso te va a recordar a él y eso no me gusta.—¡No! — dijo asustada. — te prometo que no va hacer así, puedes verlo como tu hijo, puedes criarlo a tu manera, él va a llamarte papá — dijo Sophi
Alexis todavía no podía creer lo que Sophie le había dicho no podía ser verdad, algo no estaba bien, debía confiar en ella y en ese amor que sentían, no iba a volver a dudar de eso, le había dicho que fuera a casa, habló como si ella no estuviera en la casa, su corazón empezó a latir muy rápido, ella podría estar en peligro.En cuanto llegaron al lugar que Hannah les había dado Alex saltó del auto de un brinco y corrió a la puerta, la policía lo detuvo, para poder adentrarse ellos, en cuanto tocaron la puerta, Robert abrió sin fijarse, y al ver a la policía se asustó y empezó a correr y dirigirse a la puerta traerá, sin contar, que ya lo esperaban varios de los policías, cuando se detuvo e iba a dar media vuelta, Alexis lo alcanzó y sin verlo venir cayó al suelo de un derechazo por medio de Black.
—Cumpleaños feliz, te deseamos a ti, cumpleaños Ava, feliz cumpleaños a ti — todos aplaudían felices, mientras celebraban el tercer cumpleaños de la más pequeña en la familia Black, el pequeño Liam tenía 5 años de edad, era un hermano sobreprotector que amaba a su hermana.Alexis estaba feliz y completo con la familia que tenía, luego de que Yael hubiera muerto a manos de él, tuvo que pagar mucho dinero para que no saliera a la luz, porque aunque fue en defensa de su esposa, muchos querían otra cosa, pero nadie podía ganarle a Alexis Black.La pequeña Ava eran sus ojos, ella era su princesa, desde ya sufría cuando algún niño se le acercaba, lo bueno era que Liam se ponía en medio y los espantaba, el problema era su amada esposa, que cuando se daba cuenta de los que hacían se molestaba y hacía lo que p
—Señor Black, lo busca el señor Russo — dijo Elsa en cuanto entró a la oficina. Alexis levantó una ceja sorprendido.—Él no tiene cita conmigo Elsa — dijo en tono fuerte.—Lo sé señor, pero dice que es urgente.—De acuerdo dile que pase, pero que sea la última vez que vienes a interrumpirme cuando alguien no tiene cita — Elsa asintió y salió de inmediato, Alexis Black era un hombre serio, amargado, era hombre de una mujer diferente por las noches. Cuando tocaron la puerta él se puso de pie para revivir a Oliver Russo.—Señor Black, gracias por recibirme — Alex asintió.— Siéntese y dígame qué es eso tan urgente que tiene que decirme. — dijo serio, Oliver estaba sumamente nervioso.&
—¿Qué has dicho? —Sophie no salía de su asombro.—Que te cases conmigo — esta vez no se lo dijo en forma de pregunta, estaba decidido a casarse con ella.—Es broma ¿no? — Alexis frunció el ceño, colocó sus brazos en el escritorio y se inclinó hacia ella.—¿Me ves riendo? Lo dije muy en serio Sophie, pero si no quieres, no hay problema, ahora sal de mi oficina y no me hagas perder el tiempo.—¿Por qué haces esto?, no puede ser de otra manera.—Yo no soy el que le ha robado a tu padre, así que yo no he hecho nada, y no, no puede ser de otra manera, porque solo siendo mi esposa podría invertir e intervenir, porque como mi esposa tendré todo el derecho de echar a ese montón de parásitos. — no sabía el porqué, pero Sophie se sintió decepcionada al ver que para él era sólo negocios.—Alexis, no sé si lo sabes pero estoy comprometida con Yael, me voy a c
En cuanto Sophie salió de su oficina, Alexis tiró todo lo que estaba en su escritorio, las palabras de ella lo torturaban.Yael la complacía, ¡maldita sea!, Yael no debía complacerla, eso sólo podía hacerlo él, nadie más, sería suya y nadie podría evitarlo.…Sophie llegó a su casa con el corazón en mil pedazos, ella lo amaba, siempre lo había hecho, y su comportamiento la dañaba, pero sabía que ella tenía la culpa.—¿Qué te ha pasado, para que llores de esa manera? — Sophie se giró hacia su hermana, mirándola a los ojos.—Nada, solo un dolor de cabeza.—Pues que dramática eres, bien ahora pienso salir. —Sophie vio como su hermana se giró hacia la salida, y no puedo evitar mirarla de pies a cabeza, parecía que iba prácticamente desnuda, saber que estuvo con Alex hizo que tuviera un ardor en su estómago.—Keyla — su hermana