La radio de Santiago sonó unas cuantas veces cuando él guardia de seguridad de su mansión intentó comunicarse con él . Camila se encontraba esperando afuera, esperando que Santiago le permitiera entrar a la gran mansiónSantiago ni siquiera esperó dos segundos para decir que la dejaron pasar cuando se percató que ella era la persona que estaba intentando entrar a su casa. Una gran sonrisa se le dibujó en el rostro cuando la vio caminar hacia la puerta principal de su mansión porque sentía que finalmente había ganado. Que ella se encontrará ahí, significaba que había terminado por completo su relación con Harry y eso era lo que realmente había querido. Finalmente lo había logrado y le era imposible tratar de mantener la felicidad que estaba sintiendo en estos momentos.Camila abrió la puerta principal de la mansión de Harry y entró con completa naturalidad. No se le veía que estuviera triste, ni siquiera parecía que estuviera pasando por una ruptura así que por un momento Santiago co
Cristina cerró los ojos con fuerza al escuchar la puerta de su habitación del hospital abrirse por completo. Detestaba el sonido que causaba la puerta al abrirse, pero sin duda no lo detestaba tanto como el desagradable sonido metálico de la celda que le penetraba por completo los oídos. Estaba harta de seguir estando encerrada en aquel lugar, apenas llevaba unas cuantas horas y quería salir de ese lugar y poder ir a terminar las cosas que quería hacer. Le dolían todas las heridas del cuerpo, pero Santiago seguía allá afuera y quería terminar con eso. Estaba totalmente segura de qué iba tener que desperdiciar toda su vida en la celda que la esperaba en la cárcel a una vez que terminara con Santiago. Había pensado que Santiago iba a hacer algo por ella al enterarse que ella se encontraba en el hospital, porque realmente deseaba darle una última oportunidad porque le había dicho que la amaba, pero en realidad sólo la había engañado. Solo se amaba a sí mismo y eso era mucho más que claro.
Santiago había recibido la llamada de Jeff, le había informado que había encontrado una muy buena información para poder terminar con el trabajo que le había solicitado y eso realmente lo emocionaba porque sabía que si terminaba el trabajo como socio de Jeff, entonces las cosas saldrían a la perfección.Una gran sonrisa se dibujó en el rostro de Santiago, le encantaba que Jeff estuviera ahí porque si se encontraba ahí era porque ya había encontrado algo que le resultara totalmente útil para lograr terminar con Camila de una manera realmente sencilla sin que llamara demasiado la atención. Sabía que Jeff por lo general era realmente rápido, y se lo había demostrado el otro día cuando había investigado todo en una sola noche, pero no había imaginado que en verdad pudiera inventarle un plan útil en tan solo una noche. —Déjenlo pasar—respondió Santiago en el radio. Los guardias de seguridad le habían pedido por radio que les diera una orden para dejar pasar a Jeff.—Si, señor— respondieron
Harry suspiró molesto antes de ver a su padre, quien lo observaba con aquellos ojos rasgados, no podía creer que él en verdad hubiera permitido que Camila se fuera del departamento porque realmente había descubierto que él había sido la única persona que se había dado cuenta que Camila estaba a punto de irse y de todas maneras había preferido no detenerla y justamente eso era lo que le dolía. Que su padre había preferido que Camila se fuera en vez de estar con él. Su padre había sido la única persona que pudo haberla detenido y no lo había hecho. Se sentía traicionado, porque incluso en aquel momento de dolor no había dicho nada. Siempre había imaginado que su padre lo iba a ayudar en el amor, que lo iba a apoyar, pero claramente se había equivocado y en estos momentos estaba tan molesto que cualquier cosa que su padre le dijera, sin duda no le iba a importar en lo absoluto. No lo quería escuchar, no quería saber absolutamente nada. —Solo te voy a pedir una cosa—pidió su padre. Camina
Una pequeña sonrisa llena de confusión se dibujó en el rostro de Harry cuando observó a Cristina abrir la puerta de su consultorio médico. Al verla lo primero que pudo notar fue la manera en la que sus heridas parecieran comenzar a sanar un poco. No recordaba exactamente cuánto tiempo llevaba desde la última vez que la había visto, pero estaba seguro de que se podía notar como claramente su salud física y mental se había deteriorado demasiado. Estaba sorprendido y mientras la veía le era totalmente imposible ocultar esa explosiva reacción que crecía rápidamente en su interior. Le habían informado que Cristina estaría yendo ocasionalmente al consultorio para ser revisado por él ya que ella había dicho que únicamente quería que él la revisara. Había llegado mucho más rápido de lo que había esperado y aunque aún le quedaba un pequeño trabajo por entregar, quería tratar a Cristina lo más rápido que pudiera para evitar un indicio de confianza entre ellos. Quería que se fuera rápidamente de
La noticia de que Cristina había sido internada en el hospital de Harry había sido transmitida por todos los lugares posibles de la ciudad y todos sabían lo que había ocurrido con la joven heredera de la empresa más famosa del país. Todos lamentaban ver como la salud de la joven millonaria y heredera comenzaba a deteriorarse rápidamente desde que había entrado a l cárcel hace un corto tiempo. Como había sido de esperarse la madre de Cristina se había visto atrapada en medio de la prensa cuando había intentado ir a visitarle y aunque se suponía que la investigación seguía abierta sobre los motivos por los cuales ella ya había entrado a la cárcel, pues el veredicto ya había sido dado y probablemente nunca cambiaría. Cristina estaba en la cárcel y no había nada que pudiera sacarla en esos momentos. Especialmente que se encontraba en el hospital por intento de suicidio. La madre de Cristina se había intentado esconder por segunda vez para evitar a toda costa tener que hablar con la presa s
Los efectos de la anestesia comenzaron a desvanecerse poco a poco en la noche. El reloj del área de enfermería de la cárcel comenzó a sonar alrededor de las doce. Cristina que se encontraba esposada a la camilla cuando el sonido del reloj de pared la despertó por completo. Le dolía la cabeza y sentía el cuerpo totalmente adolorido mientras veía a su alrededor. No sabía dónde se encontraba, nunca había visitado el área de enfermería de la cárcel por lo cual no sabía que se encontraba ahí. Lo primero que hizo fue soltar una pequeña sonrisa, no recordaba absolutamente nada de lo que había sucedido antes que perdiera el conocimiento así que ella pensaba seriamente que se encontraba en el área de psiquiatría. Por ello sonreía con aquella gran confianza. —¿Ya se encuentra despierta? —preguntó un hombre que se encontraba cerca de ella. Cristina volteo a verlo y al verlo se encontró con una imagen totalmente diferente a lo que ella esperaba encontrar. Frunció el ceño de inmediato y se sentó e
Harry se encontraba totalmente tranquilo en su oficina, había dejado el consultorio durante un momento para ver algunas finanzas del hospital. Se había percatado que había unas cuantas cosas que no se encontraban totalmente en orden y quería saber cuál era la verdadera razón por la cual esas cosas no estaban en orden. Confiaba totalmente en su personal y no creía que le estuvieran robando dinero, pero de todas maneras deseaba revisar esos documentos que lo tenían inquieto para evitar tener algún problema en el futuro.Llevaba unos cuantos días trabajando en el hospital de nuevo, días en el que no había sabido absolutamente nada de Camila, horas en las que había sentido confusión y estrés durante cada momento y es que, aunque se había prometido asimismo el hecho de no estarse torturando a cada rato, le había sido totalmente imposible porque su cabeza cada rato regresaba el mismo pensamiento y ese pensamiento no era más que Camila y el bebé que tenía en su vientre.Había estado tratando