Sebastián.Me quedo observando, como se va Daphne.—Joder ahora que las cosas están de maravilla, viene Samantha a meter sus narices— Entro furioso, cuando veo a la estúpida de Samantha, la tomo del brazo y le digo:—Que sea la última vez, que te atreves a ponerle una mano a Daphne, porque a la próxima te las verás conmigo— la suelto y ve voy, pero antes de salir me dice:—Esto no se va a quedar así, tú y esa mosquita muerta, me la van a pagar.Salgo, me monto en mi camioneta, y decido ir a buscar a mi chica, entiendo porque está furiosa, yo en su lugar estaría igual, hasta peor; pero no puedo permitir que por las estupideces de Samantha, se aleje de mi.Cuando llego, veo la camioneta de Paula, eso significa, que sigue aquí, solo espero que no me saquen a patadas. Me bajo, y estoy pensando mejor entrar por la ventana, pero no es necesario, abren la puerta, y es Paula —Sebastián, ¿Qué haces aquí?—Vine a hablar con Daphne.—Es mejor, que hables con ella; cuando este más calmada.—No p
Daphne.Vamos llegando del día de campo, fué maravilloso, por fin Sebastián, me contó sobre su madre, y eso me hizo realmente feliz, siento que por fin se abrió totalmente. —¿En qué piensas?—Me dice mi Sebas—En ti.—Y si sé puede saber, ¡¿En qué?—En lo feliz que me hiciste, contándome lo tu madre.—¡Ah eso!, sabes a nadie le había contado, no me gusta a hablar de ella, me hace sentir triste.Lo abrazo —Lo siento mucho amor, si yo pudiera evitar todo el dolor que tuviste que pasar y lo que sientes al recordar a tu madre lo haría.—Amor lo haces, tu sola presencia me hace feliz, y tenerte entre mis brazos es lo mejor de mi vida.—¿Cuándo te volviste tan romántico?—No lo sé, tú sacas lo mejor de mi.—Gracias Sebas, eres lo más hermoso que me a pasado en la vida.Nos quedamos, sin decir nada, pero nuestros miradas lo dicen todo, estamos en la sala, y se abre la puerta es mi madre.—Buenas noches, ¡Sebastián, no crees que es muy tarde para que estés aquí!—¡Madre!—Tu mamá, tiene razón
¡Ring, Ring!Suena mi celular sin descansar, veo el reloj son 1:00 a.m. —¿Quién será a está hora,? Tomo mi celular y veo que es Daphne, me levanto de inmediato, y me pongo sumamente nervioso.—¡Y si le pasó algo!—no soportaría eso, Daphne es mi mundo, contesto rápidamente:—Amor, ¿Estás bien?—mi tono es de preocupación.—Si amor, no quería asustarte, solo quería ser la primera en felicitarte, ¡Muchas felicidades, Amor mío!, me encantaría en este momento estar a tu lado y llenarte de besos.—Amor gracias, ¿Está tu madre?—No, ¿Por?—Voy para allá, para que me des esos besos en persona—cuelgo, Me cambio rápidamente y salgo a ver a mi chica, gracias a Dios nadie me ve. Llego en 10 minutos a su casa, me meto por su ventana, y está esperándome, lleva puesto un conjunto de lencería rosa transparente, puedo ver sus preciosos pechos, y lleva ligeros, se tan sexi, tan hermosa. No puedo reaccionar, solo la veo, mi respiración se empieza agitar y mi corazón empieza a latir más rápido, ella me m
DaphneMe despierto, y estoy en mi cuarto desnuda, tengo a lado a Sebastián, tengo un terrible dolor de cabeza, y mi intimidad me duele un poco. Miro todo a mi alrededor y mi cuarto esta hecho una mierda, —¡¿Pero que pasó?!Solo recuerdo, que estábamos tomando y bailando, se suponía, que era una pequeña reunión. Sacudo a Sebastián y se queja.—¡Amor, Amor! Despierta.Se vuelve a quejar y se voltea, lo miro.—¡Joder!— tiene un montón de chupetones —¡Yo hice eso!—Pues, ¡Quien más!— dice mi subconsciente.Me levanto, y enseguida me mareo, me pongo la camisa de Sebastián, y meto al baño, me miro en el espejo. —Parezco la niña del exorcista, y tengo un montón de moretones, creo que estuvo muy intenso el sexo ayer. Me meto a bañar, y empiezo recordar lo que pasó. Yo practicándole sexo oral a Sebastián, encima de él, haciéndolo en cada rincón de mi cuarto, gemidos y un montón de orgasmos.—¡Woo!, ya sé porque me duele mi entrepierna. Cuando salgo, Sebastián ya está despierto, se acerca y me
Sebastián. Vamos en el taxi, con rumbo a la casa de mi Daphne, se ve bastante preocupada, y está callada, no suelto su mano, sé que las palabras de mi padre la tiene así. —¿Por qué será que mi padre es tan despreciable?—pienso. El taxista me indica que hemos llegado, pago y nos bajamos. Estando adentro de su casa, la abrazo con todas mis fuerzas —Tranquila Amor, mi padre no, nos separará. —Amor...Tu padre es hombre muy influyente, tengo miedo. —No lo tengas, yo siempre estaré a tu lado. —Júramelo, que aunque las cosas se pongan difíciles, no me dejarás —¡Te lo juro! —Ven vamos a dormir. Subimos a su recámara, nos cambiamos y nos metemos a cama, nos abrazamos, nos quedamos así hasta que nos dormimos.Despierto y mi chica me está observando, raro en ella, siempre duerme hasta tarde. —¡Buen día preciosa!, ¿Cómo dormiste?—pero por su cara, veo que no muy bien. —No muy bien, la verdad; lo que pasó ayer con tu padre me tiene preocupada. —Amor tranquila, lo peor que puede hacer
Daphne Sebastián me carga en sus brazos y me lleva a la recámara principal, en estos momentos soy la mujer más feliz de esta tierra. Solo somos él y yo, en el ambiente se siente nuestro amor, nuestra pasión y deseo.¡Nunca me cansaré de esto! Me baja suavemente, nos empezamos a besar, pero no es un beso lento, es sensual, y demandante, suelto un gemido, lo deseo tanto. Lo acaricio, y le voy desabrocho los botones de su camisa, cuando por fin termino, se la quito, toco sus fuertes brazos. Él me quita el vestido, y me dice en mi odio: —¡Muy bonito!—. Traigo puesto: Lencería de encaje negro, muy pequeña y reveladora, escogí este conjunto, porque sé que le encantaría, y no me equivoque.Me acaricia un pezón, y lo pellizca, y enseguida siento esa corriente tan deliciosa, que tanto me gusta. —Te deseo tanto preciosa.—Y yo a ti, mi vida.Lo empujó en la cama, lo comienzo a besar su espectacular torso, lamo su abdomen, llegó hasta su miembro, y lo beso despacio, y introduzco todo en mi boca
Sebastián Estamos en la casa se Diego, en una fiesta de despedida, ya que se irá a Nueva York a estudiar, estamos tomando en la sala, platicando, tengo en mis piernas a mi chica. Suena una canción que le encanta a Daph se levanta, y me dice:—Ven vamos a bailar—me levanto, y caminamos a la pista de baile, ella comienza a mover sus caderas, mi chica es una gran bailarina, como me encanta verla—Te amo Sebastián, gracias por este año, a sido maravilloso.—No, gracias a ti por darme la oportunidad de estar contigo.Bailamos y cantamos, nos divertimos como nunca. Estamos cansados de tanto bailar, así que decidimos ir por algo de tomar, vamos por una cerveza, estamos platicando. Vemos que está Samantha con una de sus odiosas amigas, pero no le hacemos caso.—¿Ya tienen el departamento dónde vivirán tortolos?—dice Anthony.—Si—digoEn esos escucho la voz irritante de Samantha:—¡QUÉ! ¿Te vas ir a vivir con esta golfa barata,?—No te permito que le hables así a DaphneSe pone como loca arro
Daphne.Estoy dando vueltas y vueltas, y no consigo calmarme.— ¡Cómo fui tan estúpida! Si sabes que el tema de su madre es muy delicado, porque no sé lo preguntaste primero—me recrimina mi subconsciente.Le marco nuevamente, pero no me contesta, me manda directo al buzón. Apago su celular ¡Maldición! Y si algo le pasó. Salió furioso de aquí, y si lo salgo a buscar, pero a dónde. ¡Hay Daphne la cagaste! Pero si bien bonito. 10 horas después… No ha llegado, y su maldito celular sigue apagado, no puedo más con esta angustia, voy a salir a buscarlo.Me cambio, y estoy apunto de salir, cuando la puerta se abre, es él, ¡Gracias a Dios!Sé que esta enojado, pero me lanzo a sus brazos.—Amor estás aquí, no te pasó nada, perdóname, no fué mi intención hacerte sentir mal.Me abraza tan fuerte y me uno dice: —Perdóname tú, no tuve que haber reaccionado así. ¡Te amo Daphne! Si te perdiera me muero.—Eso no va pasar, yo estoy aquí y siempre estaré. ¡¿Bebiste?!—Si sólo un poco.—Ok, ve a bañart