Capitulo 4

Savanna.

 

Sostengo varios documentos en la mano, leo cada uno de ellos con detalle. El tal Héctor vive solo con su pequeña hermana, trabaja día y noche y a veces hace trabajos extras en un taller, su hermana padece de una discapacidad congénita sobre la agudeza visual. Su madre los abandono por un hombre rico, encima los dejó endeudados.

—Maldita bruja, que desnaturalizada –Chaqueo la lengua y ojeo las siguientes informaciones.

 

Resulta que tiene una novia que se llama Megan unos dos años mayor que él, la tipeja lo engaña y él estúpido aun no lo sabe.

¡Mierda es un idiota!

En fin sigo leyendo y al parecer debe meses de renta y un préstamo que hizo para los gastos de su hermanita. Aparte de eso es un hombre humilde.

 

Muerdo mi labio y cierro los ojos, suspirando decido en que debería ofertarle un trato quizás acepte por necesidad. Voy a comprarme un marido para reclamar lo que por ley me pertenece.

Héctor necesita dinero y yo necesito un marido. Exactamente eso debo hacér, le propondré una oferta tentadora, que no podrá resistirse.

 

Sonriendo salgo de mi despacho y entro en el salón de modelaje a observar como van las chicas nueva. Golpeteo mis dedos en mi brazo y pienso en cómo será mi próxima jugada para ganar el próximo Grammy.

—¿Señorita Smith, que le pareció el modelaje?— Cuestiona Laura, aparto mis cavilaciones para centrarme en mi asistente.

 

—Aburrido—Comente observando uno de los vestidos que yo misma diseñe y use cuando empecé con esta agencia, le quede horriblemente a estas modelos sin profesion y sin deseos de trabajar.

Las chicas al oír eso empezaron a cuchichear entre ellas.

—Bueno y si quiere podemos darle una segunda ronda.—Niego caminando hasta mi asistente, ella se pone nerviosa sin embargo su postura es recta.

—No me gusta, así que págales los días que estuvieron y contrata a otro grupo, es mi última palabra—Laura asiente, le paso la Tablet y me retiro sin decir ni una sola palabra.

 

Es molesto ver chicas plásticas y ninguna atina a lo que quiero, encima la ropa no les queda bien.

 

Llego a mi residencia y aparcó mi coche en la entrada, al salir le tiro la llave al guardia de turno para que guarde mi coche, el me saludo con un asentamiento de cabeza, al entrar lo primero que hago es llegar a la cocina y inhalo el olor de la comida que esta preparando mi Nana.

 

—Mi niña has llegado—Eleve la comisura de mi  labio y asentí, me senté en el taburete que esta junto a la encimera. Mi nana me observa y seguro hará preguntas, ella sabe que esta sonrisa estampada en mis labios es por algo.— Savi, estas reluciente y eso significa que algo tramas —Asiento rodando los ojos.

 

—Digamos que pronto me casare—Mi nana abrió los ojos y dudosa se me acercó, toco mi frente y luego la de ella. Ahora piensa que estoy enferma con calentura.

 

—Vaya, no tienes fiebre cariño. Bueno no creo que estés de broma, te conozco muy bien. ¿Quien es el pobre diablo desafortunado?—Inquiere burlona. Mi Nana si que es asusta.

 

—Nana porque tanta grosería, me ofendes quizás yo soy la desafortunada, no lo crees— comentó con un puchero y disimulo indignación.

 

—Cariño, conozco tus intenciones. En fin quien es ese pobre hombre.— mire mal a mi Nana, ella sonrió de lado y me sirvió un poco de caldo de pechuga con verduras. Probé un poco y casi grito por el rico sabor.

 

—Bueno aun el no sabe que será mi esposo— exprese frunciendo el ceño al ver a mi gatita cerca de mis pies, ella menea la colea y maullando, seguramente de hambre.

 

—Estas diciendo que el tipo no sabe que te casaras con él.—Asentí y baje del taburete para darle comida a mi gatita.

 

—Así es, pero Nana porque no le has dado de comer a Kira.

 

—Es una rebelde como tu, no come si su dueño no está.

 

—Ah ya veo, si yo no estoy seguro morirás de abre— Le abro a mi gata— Esta mal acostumbrada Nana, bueno te cuento si consigo casarme con ese sujeto y sea como sea me casare, vendrá una pequeña de 10 años a quedarse con nosotras, ella es muy linda y es la hermana pequeña de Héctor.

 

Mi nana aplaudió riendo feliz, se que le gusta la idea.

 

—Eso quiere decir que conoces al sujeto.—Asentí mientras mastico. Ella se tapa la boca imaginándose todo ya, asiente y se sirve un poco de comida antes de sentarse a mi lado le da a mi gatita. Quiero mucho a mi viejita, es la que me crío después que mi madre falleció, a dado todo por mi y es la única que se quedo a mi lado después de aquel fatídico día en que empecé a ser otra persona, hubo un tiempo en que contrate a varias domésticas pero las estúpidas no duraron mucho tiempo por mi mal humor y luego mi Nana me sugirió que no era necesario contratar, ya que ella seria la única mientras tenga fuerzas de hacer la cocina, sin embargo contrate a su ahijada y a su hermana para que hagan la limpieza. A veces como ella es terca quiere hacer todo el trabajo de la casa.

 

La noche paso lenta, estaba chateando con mis amigos, hablando de todo y de los ligues que hemos tenido, ya aburrida me desconecto dejo un rato el móvil y busco el álbum antiguo de fotos de mi madre.

 

Recordarla me hace sentir melancólica y a la vez seguridad de mis planes.

 

Observo el viejo álbum decorado con tela fina en color rojo. Al abrirla veo a mi madre ella tan bella de ojos azules como los míos, labios gruesos y una piel morena, cabello negro lacio, la mayoría de las fotos son de su embarazó y de cuando nací hasta la edad de 7 años, ella me amaba tanto pero por desgracia padecía del corazón y estuvo un buen tiempo internado luego nadie sabe como sucedió cuando le dio un paro cardíaco apenas yo tenia la edad de 8 años cuando eso paso. Sin percatar una lagrima solitaria baja por mi mejilla, las reprimo y decido sonreír al recordar los momentos vividos con mi madre.

 

Una semana después.

El show de esta noche fue una de las mejores, competir con Covergierl y Victoria Secret fue algo fenomenal, lo mas grandioso fue llevar el premio de oro y el primer lugar en los Grammy, los paparatsis y reporteros están más que eufóricos, no dejaban de tomarme fotografías y videos, sonreí ante las cámaras y fue la primera vez, por esa razón estaban sorprendidos lo que más les cautivo fue cuando yo di la pasarela junto a las chicas nuevas, vestí mi propio diseño y fui el espectáculo del año, esta noche fue mía y triunfe como nunca pensé hacerlo.

 

Leí la noticia de Suelta la sopa y algunos enlaces donde aparezco sonriendo, varios reportes decía que la mujer de hielo por fin sonreia ante las cámaras, otros reportes decía que Savanna Smith la mujer más amargada de todo Londres fingía un sonrisa que no le lucia. Una y mil comentarios, sin embargo ninguno me molestaba, me daba igual la opinión de los demás.

 

—Señorita Savanna el señor Balderamos esta insistiendo en verla.—Alce una ceja y golpeteo mis dedos en mi escritorio. Me pregunto que desea ese idiota, la última ves me dijo que yo era una falsa y ladrona de diseños. Estúpido, es lo contrario todo mis diseños fueron de mi imaginación, no necesito hacer copias baratas, no soy esa que pierde el tiempo robando lo ajeno.

 

—Has pasar a ese idiota.— espete sin dejar de ver la pantalla de la Tablet.

 

—Perfecto mi señorita— expresa Laura con una sonrisa estampada en su labios.

 

Julio Balderamos entra con aires de grandeza en mi oficina, lo observo detallamente y quiero reírme de él, según el soy una ladrona ahora que quiere.

 

—Hola preciosa es gusto volver a verte—comenta sonriendo levanta su mano para saludarme sin embargo yo no lo acepto, solo lo veo con seriedad —Vaya tu no cambias querida.

 

—Porque debería cambiar, para darle gusto a las personas estúpidas.— él estúpido me miro y negó rodando los ojos.

 

Idiota.

 

—Vengo a proponerte un trato que no podrás negar — pide y yo alzó las cejas.—Quiero que seamos socios. Tu me vendes tus diseños y yo las promocionare en varias páginas y a algunos de mis patrocinadores. ¿Estas de acuerdo?

 

Niego suspirando, me levanto de mi acolchonada silla y me acerco a el, sus ojos me recorren desde mi cabeza a los pies, luego van a mis pechos mirando con una intensidad de morbo, es un degenerado. He escuchado que tiene mala fama de mujeriego. Me pongo a su altura y algo seductora le digo.

 

—Uh tu oferta es tan, pero tan, mediocre— Su mirada lasciva se torno sorpresiva al decirle lo último.

—Estas diciendo que mi oferta es malísima— Afirme moviendo la cabeza, el se levantó molesto de la silla.— Estas perdiendo esta gran oferta que ni la Casacrouse te ofertará ni porque eres una de las mejores diseñadoras.

—No importa, soy original y cualquiera puede patrocinar o vender mis diseños, trabajar contigo es perder el tiempo querido, ahora lárgate que tengo mucho que hacer.

Julio me mira enojado, abre la puerta para irse pero se detiene.

—Eres una Estúpida por eso tu prometido te dejo vestida y alborotada, dudo mucho que alguna vez te cases, eres una amargada.—encojo mi hombro y bajo la mirada hasta mis uñas pintadas en negro, ya necesitan de una buena manicurista. El tipo se va cerrando mi puerta de un portazo.

 

No importa lo que opina este estúpido, ya que fue o sigue siendo el amigo de ese maldito, todos los que tiene que ver con ese hombre son mis enemigos.

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