Capitulo 5

Héctor.

 

Estaba harto de tantas deudas y lo peor las que me dejo esa maldita mujer que un día pensé que era mi madre, me equivoque con ella fui un tonto iluso cuando preste mi nombre para sacar un préstamo y luego ella escapo dejándome solo con mi hermanita enferma. Al pasar los años me enterré que nos abandono por un hombre rico que tiene varias empresas de autos y lácteos.

 

Dejando de lado todo lo concierne a esa mala madre, pienso en Savanna, esa mujer que sin ningún pudor me pagó para acostarme con ella, pensé nunca volver a verla sin embargo el día de ayer la volvió a ver y fue como si el destino me estaba jugando una maldita broma al darme cuenta que ella era la chica que ayudo a mi pequeña hermana, nuevamente esas imágenes explícitas con ella vinieron a mi mente.

 

Me pregunto quien será  Savanna Smith,  tengo una maldita necesidad y curiosidad en saber más de ella.

 

—¿Hermano que Haces? —Dejo de lado mis cavilaciones para concentrarme en mi única razón de ser, mi hermanita.

 

— Estoy haciendo unas encuestas para entregárselo al señor Juan— respondo acercándola a mi, ella sonríe mostrando sus pequeños dientes.

 

— ¿Porque trabajas tanto Héctor?— Nuevamente cuestiona curiosamente.

 

No tenía idea como responderle a su pregunta.

 

— No más estoy ahorrando pequeña. —Mei asiente dudosa como si no creyera en mi sin volver a preguntarme mi hermana se coloco el audífono y se va a quedarse recostada sobre el sofá gastado.

 

Una semana después.

En toda esta semana la he pasado cansado por mi trabajo nocturno, en estos momentos quisiera  dormir pero Megan no ayuda ya que se encuentra encima de mi para que tengamos relaciones sin embargo me niego por el cansancio a lo que ella se molesta.

—¿Porque demonios no quieres tocarme Héctor?—Ruedos los ojos aburrido— Estoy empezando a creer que tienes a otra.—Sigue hablando molesta.

Me levanto de la cama bufando cansado, si ella supiera que mi trabajo es para complacer a las mujeres por dinero, bueno bailo medio desnudo y algunas viejas quieren sexo pero solo sucedió una vez y fue con la amiguita de mi hermana Savanna, bueno no supe que eran amigas hasta este día.

—Discúlpame Megan, pero el trabajo me tiene cansado y debes tener un poco de consideración.— le explique sin ganas de seguir hablando, era en serio el desvelo y no dormir en el día, me estaban pasando facturas.

 

—Pero de que demonios es tu trabajo que te cansa tanto.— Ella se acerco y me beso, quise alejarla pero no sucedió, su mano se introdujo en mi bóxer y acaricio mi pene. Me concentro en su toque para darle gusto, la levanto de su cadera llevándola conmigo al cuarto de baño, quito su diminuto vestido y luego su bikini más bien el tuco de hilo que trae entre sus muslo. Megan jadea exaltada mientras introduzco un dedo en su vagina, su cuerpo tiembla excitada, luego rozo mi pene en su entrada y sin protección la penetro, el agua recorre por nuestra piel que está en un Va y Ven, mi novia grita y pide que lo haga más rápido, sin hacerla esperar tanto la pongo contra la pared y le doy con toda la fuerza que me queda. Antes de acabar ella llega primero a su orgasmo, me salgo de ella sin saber porque no llegué a mi orgasmo.

—¿Porque no terminaste?—inquiere agitada. Le sonrió y trato de estabilizarme un poco, estoy muerto.

 

—Te di lo que querías ahora no preguntes tantos, déjame terminar la ducha.— Ella asintió frunciendo el ceño.

 

Cuando Megan sale del baño suspiro hondó cierro los ojos y veo unos ojos azules devorándome, su cuerpo perfecto encima del mío moviéndose con su tanta lujocidad.

M****a sin percatar acabo sin necesidad de tocarme.

 

Terminando mi baño salgo y le hablo a Megan sin embargo no esta. Bufo irritado y veo una nota encima de mi cama.

<<No me gustó para nada tu actitud de hoy, me iré y si realmente te arrepientes me llamas.>>

 

Alejo la estúpida nota de mi cama y me tiro a dormir, debo aprovechar que no está mi hermanita, a las 3 debo ir a trabajar luego a las 7 iré al club.

 

Pase la tarde en el taller, gracias al cielo gane una buena propina, al arreglar un lujoso Audi, al parece le caí bien a la dueña del Audi, de echo es una mujer bella y con  mucho carácter me pago el doble encima me dejo una propina. Terminado llegue a casa pero antes pase pagando a la señora que cuida a Mei, también lleve cena para las dos. Llegue a casa y rápidamente entré a tomar una rápida ducha, solo me queda una hora para llegar al club, cuando es fin de semana se llena bastante y puede que salga alguna vieja con dinero, por ahora es lo único que me interesa, me importa poco ser un gigolo contal de conseguir mucho dinero para el tratamiento de mi hermana y para conseguir algún donante de córnea. No pierdo la Fe que un día mi pequeña hermana pueda ver y disfrutar de la luz.

 

Observo mi cuerpo atreves del espejo, visto una polera gris junto a un vaquero negro y zapatillas negras, me echo loción varonil y suspirando salgo de casa. Llego a la parada de buses y subo a la Ruta que me llevará al club, espero poder volver a ver Savanna, apesar que tengo su número no me atrevo a llamarla, es como si temiera hacerlo.

Al pasar más de media hora llegué al club del cisne, presentó mi tarjeta de trabajador y entro a los Camerinos saludo a mi amigo Carlos mientras lo veo que se quita su ropa para ponerse el traje de esta noche.

 

—¿Te toco?— pregunto tirándole unos caramelos para que se endulce un poco ya que luce enojado.

 

—Resuelta que si wey— Respondió sarcástico.

 

—Me imagino que estas Cansado al igual que lo estoy yo, a veces quisiera meterme con alguna vieja con dinero para salir de la pobreza. comento — Carlos volco los ojos por mi.

 

—Soñar no cuesta nada hermano, quizás se te cumpla—Carlos comento y rio a carcajadas, palmeo mi hombro y salió del camerino.

 

Ojalá que ese sueño se cumpla pero luego recuerdo que tengo novia, sin embargo ni yo se si deseo seguir con ella.

 

Esta noche me toco servir a la clientela, estaba tan lleno el lugar que no había pase para caminar, de lejos observo a una persona conocida junto a un tipo pero debe ser un mal pensamiento sigo con lo mío, clarito pensé que era Megan, pero lo dudo ella no sale de casa.

—¡Héctor!— Me llama Don Roberto, llego a él pero antes dejo la bandeja con las copas en el pequeño bar, me acerco al Don y él sonríe señala en dirección donde están dos chicas en una esquina vacía.

—Ve y atiende a esas mujeres, ellas esperan por ti, trátalas como se lo merecen—Asiento nervioso y mi jefe no ayuda ya que sonrió a carcajadas.

—Iré a atenderlas— respondo

—Pero antes debes saber que la chica de cabello negro con un cuerpo endemoniado pago 500 dólares solo para que la atiendas así que no la hagas esperar.— increíble hoy fue mi día de suerte, Asentí caminado  hasta donde están las bellezas.

—Muy buenas noches señoritas.—saludo con mi mejor sonrisa. —Dígame en que le puedo servir.

—Hola guapo, tu ya sabes que es lo quiero.— replica una voz excitante y ya conocido, Sorprendido la quedo mirando y ella alza sus cejas toda coqueta. Es increíble lo que mis ojos ven.

Realmente Savanna es la mujer que tanto deseaba ver esta noche.

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