Karen les estaba escuchando a aquellas mujeres. Una era médico y le estaba hablando de cómo trabajaban allí en Suecia los médicos. —Es sorprendente que llevéis tres semanas de terapia y hasta ahora no haya signo de mejora—comentó la mujer y eso provocó que Karen se pusiera tensa—¿Qué ejercicios le da y con qué frecuencia? Lo que faltaba, ¿ahora resultaba que iban a enseñarla cómo tenía que hacer las cosas con su paciente? —Pues yo…—instintivamente viajó la mirada hacia donde se encontraba Christian y se detuvo abruptamente al descubrir que él tenía la mirada fija sobre ella. De pronto se le aceleró el corazón ¿por qué la estaba mirando de aquella manera tan penetrante? —¿Decía? —preguntó la mujer llamando su atención. —Si me disculpa, creo que Chris… o sea, Erick me necesita. Con su permiso. Se apartó de aquellas mujeres, hacía tiempo que quería hacerlo, y caminó con paso firme hacia donde se encontraba Christian que en ningún momento había dejado de mirarla. —Oiga, no puede man
—Hombre en silla de ruedas, ¿es aquí donde se lleva a cabo la otra fiesta? — se voltearon a ver a Liam, detrás de él venían Gustav y Ashley. Christian cerró los ojos y resopló, su noche empeoraba a cada paso. —¿Qué, es que no ibais a invitarnos?Los alcanzaron.—Erick estaba por entrar—dijo Charlotte.—Erick, tenemos que hablar—avisó Gustav.Christian lo miró a él y luego miró a su acompañante, Ashley.—Está bien—se resignó. —Hablemos.—Así que no entrarás todavía—comentó su tía—Está bien, los dejaré, pero por favor no lo hagan estar mucho tiempo aquí fuera, hace mucho frío.—Me voy con usted—informó Karen, ella tampoco veía el motivo por el que quedarse allí. Christian la observó, deseaba pedirle que no se fuera, que se quedara allí con él, pero ¿con qué pretexto?Karen sentía que no le caía nada bien a la tía y no entendía del por qué, ni siquiera la conocía, ella solo era la fisioterapeuta de su sobrino y lo estaba ayudando ¿por qué tenía que caerle mal?Tuvo que caminar de su lado
Eran las diez de la noche, algunos se habían despedido personalmente de Christian y le habían deseado una pronta mejora, otros habían prometido que pasarían a ver cómo le iba, él solo quería decirles que ya habían hecho suficiente, que ya no tenía por qué volver a saber de ellos, pero no podía hacer eso, si hacías todo lo que querías o pensabas se te consideraba una persona grosera o irrespetuosa, y luego se le pedía a uno ser uno mismo. La vida estaba llena de reglas y estabas obligado a cumplirlas si no querías ser considerado fuera de lo normal. Los que consideraba amigos se habían marchado precisamente por romper esas reglas, afortunadamente para él, ya nada le afectaba, especialmente nada de lo que había sido suyo, lo único que le importaba era Karen y todo lo que tenía que ver con ella, si seguía así podía acabar enamorándose de ella. La observó, estaba con su madre quien la había servido personalmente un plato de kotbullar y se aseguraba de que ella comía. —Sé lo que estás hac
Pero ¿qué estaba haciendo ella? ¿Por qué no conseguía apartarlo? No estaba bien lo que estaba pasando, aunque sus labios fueran dulces y suaves y deseara besarlos por el resto de su vida. —¿Qué estamos haciendo? —consiguió preguntar mientras seguían besándose. —Solo besarnos—contestó él sin la mínima intención de soltarla. —¿Por qué? No es profesional—abrió los ojos de golpe al darse cuenta de lo que realmente estaban haciendo y con sus manos consiguió separarlo un poco de ella. —¡Christian! —Chilló horrorizada—Estás…encima de mí. —Claro, llevo así un rato y he disfrutado cada segundo. A ella se le palpitó fuerte el corazón. —Tengo que salir de aquí ¿me lo permites? Esto no debía haber pasado. —Él solo alzó la mano y acarició su cabello desarmándola. —¿Qué es lo que quieres? —¿Qué es lo que quiero? —La miró fijamente a los ojos—Lo que quiero es que seas solo mía y no de tu jefe. Christian podía notar como le subía y bajaba el pecho, ella tenía el corazón muy acelerado, intentó
Lentamente colocó sus manos al borde de la camisa y con cuidado fue elevándola evitando así mirarle el dorso. Cuando llegó en el pecho, él mismo se la quitó por la cabeza, la tiró al suelo y volvió a poyarse contra la barra, la situación ahora le resultaba violenta a Karen, respirar empezaba a dificultarla. Tenía su cuerpo desnudo casi pegada a ella y seguía sin atreverse a mirarle a la cara, se preguntaba qué estaría pensando.—¿Y? ¿Nos vamos? —ella ahora alzó la mirada hacia él, la estaba mirando mientras esperaba que lo ayudara a meterse en la piscina. Tenía que hacerlo, era la única manera de conseguir separarlo de ella.Le tomó de un brazo y juntos caminaron hasta encontrarse junto a la escalera. Ella se quitó las zapatillas y lo acompañó dentro del agua, se encontraba a buen ambiente, era cálido.—Lo siento—le sorprendió escucharle decir aquello.—¿Qué?Él se acercó a ella.—Debí preguntarte primero si podía besarte en lugar de hacerlo como lo hice anoche—ella lo miró confusa—pe
—Les dejo solos. —se despidió la mujer. —¿Estoy soñando verdad? —preguntó sin poder contener las lágrimas. —No estás soñando cariño, estamos aquí. —le dijo Ivonne sonriente. —No te pongas a llorar, no te sienta bien—dijo Xavier secándole las lágrimas con las manos. —Dejad de regañarla, la pobre nos ha echado mucho de menos—volvió a abrazarla Anna. —No entiendo, ¿cómo habéis llegado? Tenéis trabajo. —Solo es por un día, mañana estaremos regresando. —¡¿Tan pronto?! —Tenemos trabajo ¿recuerdas? —intervino Víctor. —Entonces ¿habéis pagado el avión solo para estar conmigo por un día? —preguntó emocionada. —No te emociones tanto, —Víctor siempre bajándola de las nubes—no hemos pagado ni un solo centavo. —Víctor, deja de ser tan malo con la pobre—lo regañó Xavier pegando a Karen contra su pecho—Si quiere creerse que los cuatro hemos contribuido para poder estar con ella, déjala. —Ahora recuerdo por qué os odiaba tanto—dijo ella sin separarse de él. —¿De verdad que no sabes por qu
Habían terminado de desayunar, pero se habían quedado en el jardín charlando y riéndose. Christian descubrió que ella realmente era muy distinta cuando se encontraba junto a sus amigos, era feliz, libre y muy abierta…le gustaba aún más esa versión de ella. —Disculpe, tenemos curiosidad—le habló Ivonne y él la miró—¿cómo ocurrió el accidente? —los demás también lo miraron llenos de curiosidad. Christian los miró cuidadosamente antes de darles una respuesta. — Fue a propósito y no me salió bien. —los cinco lo miraron asombrados. —¿Es en serio? —preguntó Karen sin poder creérselo. —Disculpen—se acercó Adolf a hablarle a Christian. —Señor, llegó el auto. Todas las miradas viajaron hacia la entrada del patio donde se había aparcado un lujoso Bentley Bentayga de color marrón oscuro dejándolos completamente maravillados. —Christian, ¿crees que es necesario todo esto? —preguntó Karen. Se estaban todos acercando al auto. —¿Qué opináis vosotros? —él miró a los amigos de ella quienes se en
Visitaron la ciudad en compañía del conductor que era muy buen guía y contestaba a todas sus curiosidades. Se bajaron del coche y caminaron por las calles de Gotemburgo. Visitaron su famoso ayuntamiento, el puente de la fuente y Gotaplatsen donde se tomaron juntos unas cuantas fotos junto a la estatua de Poseidón.Se acercaron a una de las cafeterías a degustar de la gastronomía sueca. Les resultó todo agradable y delicioso. Christian les había dejado prestada una tarjeta y podían utilizarla sin problemas.—Todavía me parece un sueño que estéis aquí y estemos disfrutando de todo esto. —dijo Karen muy emocionada.—Es lo que tiene salir con un millonario—comentó Víctor llevándose su croissant a la boca.—Y empezamos—se lamentó ella.—Por cierto, ¿cómo es que lo besaste? Dijiste que no estabas enamorada de él—preguntó Xavier—Que me besó él a mí, ¿cómo más queréis que os lo explique?—Solo contéstanos a una pregunta y lo dejamos—la miró Víctor—¿qué fue lo que hiciste después de que te be