Cuando me golpearon la cabeza, pude ver antes de desmayarme como un hombre al que jamás había visto, atravesó a mi padre con un gran cuchillo en el estómago cuando estaba entrando detrás de mí, y mi madre se desvaneció justo frente a mis ojos por una puñalada en su costado izquierdo...
La última escena que recuerdo es la de mis padres en el suelo envueltos en charcos de sangre. ¡¡¡NO!!! ¡¡Esto no puede ser!! - ¡¡¡Que alguien me diga que esto no está pasando!!! ¡¡Esto no es real!! ¡No puede serlo, por favor! ¡¡¡Mamá!!! ¡¡¡Papá!!! ¡¡Por favor, no!! Sí... Sé que el dolor no se irá con los gritos, que no voy a solucionar nada con eso, pero es inevitable, no puedo pensar en otra cosa que no sean mis padres bañados en su propia sangre, no sé qué hacer, no sé nada... Soy una maldita inútil. - ¡Ah! - Grito enojada y algo en mi interior comienza a cambiar, mi cuerpo cambia, mis pensamientos también lo hacen, mi odio se vuelve la única opción y mi dolor me lleva a ver la vida de una manera diferente. En rojo sangre. ¡Quiero sus cabezas! ¡Y las quiero ahora! El odio me transforma en algo que jamás había visto, mi forma humana me abandona y el dolor de la transformación no se compara al dolor de ver a mis padres de esa manera, tirados en el suelo como si no fuesen nada... Juro que voy a matar a quienes les hicieron esto, juro por Dios, o por lo que sea, que voy a regar sus malditas viceras en el suelo, tal cual lo hicieron con mis padres. - ¡¡¡AH!!! - El grillete que ataba mi pierna ahora ha desaparecido, pero el dolor que me dejó la cadena de plata abrazando mi piel tampoco lo había experimentado nunca. Golpeo la puerta con mis enormes manos y mis garras afiladas se llevan la Manilla con ellas, vuelvo a golpear la puerta y es mi fuerza la que acaba botándola para dejarme salir, es precisamente ese momento en el que entiendo todo... Aquí hay un sinnúmero de personas reunidas con batas blancas que me miran sin inmutarse por mi transformación. Me lanzó sobre uno de ellos y siento un pinchazo leve en mi brazo que me deja inmediatamente en el suelo. - Es nitrato de plata, con esa dosis volverás a tu forma humana y vas a dormir hasta que el trato esté hecho. - Comenta un hombre mayor que me mira con una sonrisa. Mi cuerpo se siente adormecido y recupera su forma normal mientras todo el mundo se desvanece ante mis ojos. ¿Qué es lo que me está pasando? ¿Qué es esto? ¿Quienes son estas personas? ¿Qué quieren hacer conmigo? ¿Fueron ellos los que mataron a mis padres? Ya no logro entender nada, sólo puedo ver a mis padres tendidos en el suelo y la mano de mi padre intentando tomar la mía sin éxito ante un mar de lágrimas que me ahoga... Solo deseo morir con ellos. Abro los ojos y vuelvo a la misma habitación en la que me encontraba antes, sin embargo, ya no estoy encadenada. Mi cuerpo duele por completo, creo que ni el cabello se salva de este dolor, mientras mis uñas arden. Miro la bata blanca que llevo y no entiendo cómo pasó todo esto sin que me diera cuenta ¿Qué me hicieron? Giro intentando buscar una salida, pero es justo ese momento cuando me doy cuenta de que no estoy sola. En una esquina, un hombre está sentado con un arma en la mano. - Puedes hacer lo que quieras, pero no vas a salir de aquí, al menos no viva. - ¿Quién diablos eres tu? ¿Qué quieren de mi? ¿Por qué mataron a mis padres? ¡Voy a acabar con ustedes! - Grito intentando acercarme para atracarle la puta cabeza, cuando él levanta la mano con el arma y me mira sonriente. - Somos tu familia, tu manada, tu clan y con tu práctica nula, tus habilidades reprimidas y tu loba dormida, será imposible que te acerques a nosotros. No seas imbécil. - Habla como si solo hubiesen hecho lo que debían hacer, pero el dolor, la rabia, la ira que siento no es sólo alguna consecuencia de lo que debía pasar, es real, y sólo desearía poder acabar con cada uno de estos desgraciados. - Ustedes... Nunca... Serán... Mi familia. - Intento hablar, pero no es fácil hacerlo, me siento extraña, no soy dueña de mis movimientos, mucho menos de mis palabras. - Ja, ja, ja... No eres más que una tonta niña que creyó que podía vivir entre los humanos. Aquí va algo que jamás has escuchado ¡Eres una loba, ridícula! No puedes sólo apaciguar tu alma para intentar encajar con los humanos, ellos solo viven para que nosotros tengamos presas que cazar, son inferiores, un jodido punto en nuestra historia, y tú no vas a poder seguir aparentando que eres normal. La sangre llama, estúpida.... ¿O acaso no habías pensado en eso? - No... Me... Hables así... Ustedes mataron... A mis padres... No los... Perdonaré.... Jamás. - Digo entre dientes y con dificultad, pero estoy segura de que él puede notar mi odio y las lágrimas que caen como cascadas por mis mejillas. - Sólo... Les deseo... La muerte. - Oh, Dios... Mis padres. La tristeza mas grande del mundo no se compara a lo que siento justo ahora. Cómo quisiera poder acabar con este tipejo, destrozarlo con mis manos y arrancar su cabeza... Pero no puedo... Mis padres no querrían que me convirtiera en aquello a lo que tanto le temían... Una vil asesina como estos perros salvajes. - Que pena por ti, pero ármate de paciencia, porque estarás aquí por mucho tiempo. Alguien golpea la puerta y luego gira la llave, una vez que se abre, puedo ver a una mujer de unos treinta y cinco años acompañada de un hombre de unos cuarenta que me miran expectantes, más no dicen nada, así que me quedo viéndolos con rabia, con odio, pero un olor familiar me molesta y me llama la atención a partes iguales. - Hija ¿Acaso no reconoces a tus padres?.Es la mujer quién habla y mi mente retumba con extraños recuerdos que no creo haber vivido. Una niña de un par de meses en brazos de una mujer se siente tranquila y feliz, hasta que un hombre llega y la mujer la esconde entre sus ropas. - No te la vas a llevar. - Pide ella con lágrimas en los ojos. - No podemos conservarla, será un castigo. Necesitamos el dinero, ella no lo va a saber. - Dice el hombre fríamente. - Pero es mi cachorro, es mi bebé. - La mujer abraza al bebé más fuerte, pero el hombre se la arrebata con un movimiento rápido que no parece normal. - Tendremos más en el futuro, de eso puedes estar segura. Y con una mujer llorando y un hombre saliendo por la puerta, mi mente vuelve al instante en que esa mujer se acerca a mí con los brazos abiertos y los ojos llorosos, más ese recuerdo no es real, ella no es mi madre y yo no soy su hija amada, como pretenden hacerme creer. - ¿Que me están haciendo? - Pregunto molesta una vez que he logrado recuperar el ha
Lo miro a los ojos y si soy honesta, no tengo idea de qué sentir. Creo que puede ser un buen hombre, pero también está el hecho de que es uno de ellos y no hizo nada para ayudar a mis padres, si realmente estuviera de mi parte, al menos intentaría hacer algo para sacarme de aquí, sin embargo, está allí, mirándome con una expresión tranquila jurando que así le voy a creer, y la verdad es muy diferente. - No puedo confiar en ti. - Digo soltando su mano. - Mira, Kira, la verdad es que tendrás que confiar en mi si deseas que todo esto salga bien, nos van a obligar a casarnos, te guste o no, me guste o no, así que tendremos que aprender a convivir juntos, no importa si eso te agrada o te produce rechazo, lo importante es que entiendas que no tenemos opciones. - Me toma un mechón de cabello rubio y lo coloca detrás de mi oreja. - Bien, pero aún así, no te creo y no confío en ti, tendrás que hacer muchos méritos para que llegue a sentirme segura contigo. - Hablo de forma confiada
La chica, de la que desconozco su nombre, me mira algo complicada y con una sonrisa triste. - Ethan Black es el candidato perfecto para heredar el reino, él sabe muy bien lo que tiene que hacer, no tiene sentimientos ni corazón, así que todos dicen que él es el próximo rey. - ¿Tú lo conoces? - Pregunto - Personalmente, digo. - Claro. Crecí con él en el clan Black. Antes de que la luna lo reconociera como dominante, nosotros jugábamos juntos. Éramos amigos. Él tuvo una pareja que era de otro clan, sin embargo, ella tenía un carácter fuerte y reñía con él, nunca se rendía y peleaba a su lado por mucho que él insistiera en dejarla en la manada. En una de esas batallas, ella perdió la vida, nunca más lo volví a ver sonreír. Está claro que ella se enamoró de él, no es como esas tontas novelas en que los lobos se adhieren a alguien de una forma espeluznante, tóxica y hasta cuestionable, no, los lobos son solo personas con capacidades similares a los humanos, ellos también se enamo
- ¡No le vuelvas a hablar así a mi familia NUNCA MAS! Henry grita mientras me continúa golpeando el vientre, pese a que entre nosotros no ha existido ningún tipo de contacto físico, salvo el de los golpes, él siempre buscar golpear mi vientre, no sé por qué lo hace en realidad, sé que está loco, pero no puedo hacer nada para evitarlo, ya lo intenté y fue peor para mí. Esto comenzó desde la misma primera noche de casados y no ha cesado, siempre sigue siendo igual. Golpes y más golpes, dolor tras dolor, y al final no sé cuando va a terminar esta tortura, de él no sé nada, no conozco su pasado, es más, ni siquiera me deja participar de su presente y no es que me importe, la verdad, solo deseo que esto se acabe rápido, no hablo solo de los golpes, realmente desearía que alguien pudiera ayudarme.He llegado al punto de no reconocer ni mi propio rostro en el espejo y eso sería lo de menos si no fuera por el dolor de sentirme completamente sola.Daría mi vida por volver a tener a mis pa
El clan Harris siempre ha sido formado por idiotas fiesteros que se creen con el derecho de hacer lo que desean, cazar a quien desean y volver la vida de los demás una mierda, sobre todo si algo afecta directamente a Harris y a los miembros de su familia. El imbécil cree que ser líder de una manada es permitir o no las fiestas, el uso de armas, el destrozo y el bullicio, es por eso que llevo años haciendo de las suyas y claro, como el rey no desea tener problemas en sus últimos años de mandato, prefiere evitar este lío... Pero yo no soy el rey y voy a buscar hasta debajo de las piedras para poder encontrar pruebas de lo que digo.Si llego a encontrar algo, aunque sea ínfimo, me voy a encargar de hacer sus vidas miserables hasta el punto del destierro. O bien, acabaré con ellos yo mismo. - Señor Black - Una voz me saca de mi ensoñación y me devuelve a la realidad - ¿Paramos a revisar de qué se trata ese olor? - Bien, vamos. Maximus, ven conmigo - Pido y él se acerca con su caballo ha
Dios... El dolor de cabeza es horrible, me duele todo, no, más bien, no existe lugar de mi cuerpo que no me duela. Me despierto, pero no puedo abrir los ojos. Lo último que puedo recordar es que rogaba a Dios morir para que estos desgraciados ya no me torturaran más, pero tal parece que eso no sucedió. Sigo viva. Seguirán las torturas. Dios... ¿Por qué no acabaste conmigo de una buena vez? Me intento mover, pero la voz de un hombre me detiene. - Tranquila, no puedes... Si necesitas algo, yo te lo traeré, por ahora, solo mantente descansando, así podrás recuperarte y sanar de tus heridas. No puedo hablar, es como si tuviera la boca cocida, no logro separar mis labios. - Tienes los labios muy hinchados y secos, te colocaré agua en ellos para ver si logran separarse. Luego, una bola de algo que pareciera ser algodón, se posa en mis labios, está empapado, y el agua que deja sobre ellos me ayuda a separar ligeramente mi boca. Agradezco esas gotas de agua que se meten en
Mi nombre es Kira y tengo diecisiete años, estoy a un mes de cumplir la mayoría de edad, si bien es cierto que ese hecho para todos es importante, para mí solo es un mero trámite, eso porque las preocupaciones de mujer adulta se continúan remontando a estudiar y a tener un título profesional de enfermera. Mis padres son Ashley y Trevor Duncan, sé que soy adoptada, pero no conozco a las personas que me trajeron a este mundo, aunque hay algo que si sé... Soy una loba. No puedo creer que fuese capaz de mencionarlo, y es que lo he mantenido oculto por diecisiete años, pues mis padres son gente normal y yo no quiero llamar la atención o causarles algún daño. Aún la gente nos mira de forma extraña a pesar de saber abiertamente que existimos, es por esa razón que evito mi propia naturaleza. He leído libros en dónde los lobos se transforman en una bestia, pero la verdad es muy diferente, seguimos siendo normales en apariencia, salvo por la fuerza extraordinaria, las garras, los ojos