La chica, de la que desconozco su nombre, me mira algo complicada y con una sonrisa triste.
- Ethan Black es el candidato perfecto para heredar el reino, él sabe muy bien lo que tiene que hacer, no tiene sentimientos ni corazón, así que todos dicen que él es el próximo rey. - ¿Tú lo conoces? - Pregunto - Personalmente, digo. - Claro. Crecí con él en el clan Black. Antes de que la luna lo reconociera como dominante, nosotros jugábamos juntos. Éramos amigos. Él tuvo una pareja que era de otro clan, sin embargo, ella tenía un carácter fuerte y reñía con él, nunca se rendía y peleaba a su lado por mucho que él insistiera en dejarla en la manada. En una de esas batallas, ella perdió la vida, nunca más lo volví a ver sonreír. Está claro que ella se enamoró de él, no es como esas tontas novelas en que los lobos se adhieren a alguien de una forma espeluznante, tóxica y hasta cuestionable, no, los lobos son solo personas con capacidades similares a los humanos, ellos también se enamoran, pero la diferencia es que el lobo es extremadamente fiel y sobreprotector con su persona amada, debe ser por eso que a ella le duele tanto su dolor. - Wow... Realmente es una historia triste ¿A ti te gustaba estar cerca de él? - Ya lo sé, pero necesito a alguien de mi lado, espero que pueda ser ella y para eso necesito ganarme su confianza. - Si, pero eso fue hace mucho y no hay que remover el pasado, ahora... - Se para rápidamente y cambia de expresión por una mucho más alegre - Debo arreglarte porque hoy es tu boda. - ¡¿Que?! No me pueden casar, yo soy menor de edad, esto no es justo ni legal ¿Por qué quieren hacerme esto? - Realmente estas palabras son más para mí que para ella, sin embargo, ella coloca su mano en mi hombro y me habla. - Lo sé, a veces las cosas no son justas, pero no nos queda de otra que obedecer. Somos mujeres, ellos son los que dominan nuestras vidas y tú eres una loba especial, sólo que no has logrado llegar a la transformación. - No, a mí nadie me va a dominar, yo no acepto esto, como no acepto la muerte de mis padres, si quieren verme casada con cualquier idiota que propongan, entonces lo tendrán que hacer sobre mi cadáver. - Me paro y la observo mientras ella abre su maleta y saca algunas cosas. - Mira, este matrimonio es porque el Omega perdió a su pareja, para que pueda pelear por el puesto de alfa contra Davis, necesita estar casado, pero no por eso debe ser "para siempre" ¿Me entiendes? Podrán separarse una vez que él haya ganado o perdido el lugar. Así que es mejor que lo hagas ahora y, en cuanto puedas separarte, te vayas. - Quizá es cierto, pero no puedo transar mis principios por esto, por ellos, por lo que me están pidiendo. No es justo. - Nunca lo es. Ven. - Me arregla para la maldita boda y al cabo de unos minutos, un séquito de mujeres ridículas riendo, vienen a buscarme. - Es la hora - Dice el jodido líder de esta estúpida manada - Debemos irnos a tu matrimonio. Todo pasó muy rápido, todo fue demasiado y no quiero ni recordarlo, pero se supone que ya estoy casada con la promesa de un amor para toda la vida, mismo que ambos sabemos que acabaremos mucho antes de eso. - Bien, ahora ya tienes ese estúpido estatus de tipejo casado ¿Después que? - Pregunto y el dolor en mi mejilla no me deja reaccionar. - ¡No me vuelvas a hablar de esa forma nunca más en tu miserable vida! Si estás viva es porque yo así lo quiero, pero si vuelves a insultarme, vas a pagar con tu vida ¡¿Te queda claro?! El primer golpe no fue tan doloroso, me habían golpeado antes, así que no me importó, pero la segunda vez fue horrible. - ¡¿Quién te crees que eres para venir a avergonzarme en mi fiesta?! - Grita mientras me golpea, no es necesario que les cuente en detalle esa noche, basta con decir que el dolor de perder a mis padres es mucho mayor a este, sin embargo, no deja de arderme el corazón. Así pasaron los días, él se volvió grosero, altanero, despreciable, me intentaba humillar delante de sus amigos para sentirse un alfa de esos que se dicen hombres, muchas veces le respondía, sin embargo, en cuanto la gente se iba, me golpeaba, intenté defenderme en reiteradas ocasiones, más su fuerza era mayor y siempre acababa siendo peor para mí. Claro, eso hasta esta noche... - Mañana te declararán alfa si el consejo así lo decide. - Dice Mila, la odiosa hermana de mi querido esposo. - Claro que lo harán, el alfa Davis no es alguien que sepa liderar, tu hermano será la mejor opción para este clan. De eso estoy segura. - Dice Stefany, la mamá de Henry. Y es que resulta que Stefany es una Harris, es la única hija del líder de la manada y no tiene un puesto, así que su padre ha decidido ayudar a Henry a pelear por el puesto de alfa. ¡Carajo! En todas partes existe la corrupción. - Con permiso. - Digo quitando el plato de Mila y ella clava sus garras en mi brazo. - ¿Te dije que podías retirar mi plato, sarnosa? - Desde el primer día que me hablan así, que me tratan como si yo fuese la sirvienta de la casa, y bueno, aún peor. Yo para ellos no soy más que una escoba para mantener la casa limpia y lucir bien en los eventos, sin embargo, mi rostro parece un mapa de tan marcado que está. - Lo siento, creí que habías terminado. - Digo y la bofetada no se hace esperar. - ¡¿Quién te crees que eres como para hablarnos de esa forma?! - Grita Stefany, cuando una mano fuerte y peluda me arroja al piso. Los golpes son en todo mi cuerpo, me duele, me arde, me rompe una y otra vez. Entre los tres me están destrozando. Las afiladas garras de Henry me arañan el rostro mientras sólo puedo gritar por ayuda. Pero nadie viene.- ¡No le vuelvas a hablar así a mi familia NUNCA MAS! Henry grita mientras me continúa golpeando el vientre, pese a que entre nosotros no ha existido ningún tipo de contacto físico, salvo el de los golpes, él siempre buscar golpear mi vientre, no sé por qué lo hace en realidad, sé que está loco, pero no puedo hacer nada para evitarlo, ya lo intenté y fue peor para mí. Esto comenzó desde la misma primera noche de casados y no ha cesado, siempre sigue siendo igual. Golpes y más golpes, dolor tras dolor, y al final no sé cuando va a terminar esta tortura, de él no sé nada, no conozco su pasado, es más, ni siquiera me deja participar de su presente y no es que me importe, la verdad, solo deseo que esto se acabe rápido, no hablo solo de los golpes, realmente desearía que alguien pudiera ayudarme.He llegado al punto de no reconocer ni mi propio rostro en el espejo y eso sería lo de menos si no fuera por el dolor de sentirme completamente sola.Daría mi vida por volver a tener a mis pa
Mi nombre es Kira y tengo diecisiete años, estoy a un mes de cumplir la mayoría de edad, si bien es cierto que ese hecho para todos es importante, para mí solo es un mero trámite, eso porque las preocupaciones de mujer adulta se continúan remontando a estudiar y a tener un título profesional de enfermera. Mis padres son Ashley y Trevor Duncan, sé que soy adoptada, pero no conozco a las personas que me trajeron a este mundo, aunque hay algo que si sé... Soy una loba. No puedo creer que fuese capaz de mencionarlo, y es que lo he mantenido oculto por diecisiete años, pues mis padres son gente normal y yo no quiero llamar la atención o causarles algún daño. Aún la gente nos mira de forma extraña a pesar de saber abiertamente que existimos, es por esa razón que evito mi propia naturaleza. He leído libros en dónde los lobos se transforman en una bestia, pero la verdad es muy diferente, seguimos siendo normales en apariencia, salvo por la fuerza extraordinaria, las garras, los ojos
Cuando me golpearon la cabeza, pude ver antes de desmayarme como un hombre al que jamás había visto, atravesó a mi padre con un gran cuchillo en el estómago cuando estaba entrando detrás de mí, y mi madre se desvaneció justo frente a mis ojos por una puñalada en su costado izquierdo... La última escena que recuerdo es la de mis padres en el suelo envueltos en charcos de sangre. ¡¡¡NO!!! ¡¡Esto no puede ser!! - ¡¡¡Que alguien me diga que esto no está pasando!!! ¡¡Esto no es real!! ¡No puede serlo, por favor! ¡¡¡Mamá!!! ¡¡¡Papá!!! ¡¡Por favor, no!! Sí... Sé que el dolor no se irá con los gritos, que no voy a solucionar nada con eso, pero es inevitable, no puedo pensar en otra cosa que no sean mis padres bañados en su propia sangre, no sé qué hacer, no sé nada... Soy una maldita inútil. - ¡Ah! - Grito enojada y algo en mi interior comienza a cambiar, mi cuerpo cambia, mis pensamientos también lo hacen, mi odio se vuelve la única opción y mi dolor me lleva a ver la vida de una m
Es la mujer quién habla y mi mente retumba con extraños recuerdos que no creo haber vivido. Una niña de un par de meses en brazos de una mujer se siente tranquila y feliz, hasta que un hombre llega y la mujer la esconde entre sus ropas. - No te la vas a llevar. - Pide ella con lágrimas en los ojos. - No podemos conservarla, será un castigo. Necesitamos el dinero, ella no lo va a saber. - Dice el hombre fríamente. - Pero es mi cachorro, es mi bebé. - La mujer abraza al bebé más fuerte, pero el hombre se la arrebata con un movimiento rápido que no parece normal. - Tendremos más en el futuro, de eso puedes estar segura. Y con una mujer llorando y un hombre saliendo por la puerta, mi mente vuelve al instante en que esa mujer se acerca a mí con los brazos abiertos y los ojos llorosos, más ese recuerdo no es real, ella no es mi madre y yo no soy su hija amada, como pretenden hacerme creer. - ¿Que me están haciendo? - Pregunto molesta una vez que he logrado recuperar el ha
Lo miro a los ojos y si soy honesta, no tengo idea de qué sentir. Creo que puede ser un buen hombre, pero también está el hecho de que es uno de ellos y no hizo nada para ayudar a mis padres, si realmente estuviera de mi parte, al menos intentaría hacer algo para sacarme de aquí, sin embargo, está allí, mirándome con una expresión tranquila jurando que así le voy a creer, y la verdad es muy diferente. - No puedo confiar en ti. - Digo soltando su mano. - Mira, Kira, la verdad es que tendrás que confiar en mi si deseas que todo esto salga bien, nos van a obligar a casarnos, te guste o no, me guste o no, así que tendremos que aprender a convivir juntos, no importa si eso te agrada o te produce rechazo, lo importante es que entiendas que no tenemos opciones. - Me toma un mechón de cabello rubio y lo coloca detrás de mi oreja. - Bien, pero aún así, no te creo y no confío en ti, tendrás que hacer muchos méritos para que llegue a sentirme segura contigo. - Hablo de forma confiada