Pego un respingo en lo que escucho su voz detrás de mí. Giro la cara sobre mi hombro y lo veo aproximarse a la mesa. ¿Bajó a comer con nosotros?—Por lo visto, han estado conociéndose mejor durante mi ausencia —su mirada feroz me obliga a soltar la mano de su amigo—. Qué bueno que haya decidido bajar y venir a acompañarlos, ahora que todos estamos viviendo juntos, es bueno comenzar a estrechar los lazos familiares. ¿No lo creen?No pasa desapercibido la ironía con la que lo ha mencionado. Decido ignorar su falta de tacto y el doble sentido oculto detrás de sus inoportunas palabras. Sin embargo, Wil no está dispuesto a dejarlo pasar.—¿Ahora usamos la ironía como forma de comunicación entre nosotros, Tony? ―inquiere su amigo con sarcasmo—. Te hacía un hombre con más clase, pero fuiste burdo y ordinario. Nada propio de ti. ¿Por qué mejor no hablas claro y me lo dices a la cara?Anthony se sienta a la cabecera de la mesa, lugar que siempre ha ocupado. El momento es tenso e incómodo. No q
Mis ojos permanecen fijos sobre ella, sorprendido y maravillado por su inesperada reacción. Ninguno de los dos lo vio venir hasta que su palma impactó con fuerza contra nuestros rostros. Es la primera vez que alguien se atreve a tanto y que, a cambio, yo no haya reaccionado para devolverle el exabrupto en la misma medida. No obstante, tratándose de ella, las circunstancias son completamente diferentes. Wilson estaba tan asombrado como yo, podía notar también en el leve temblor de sus labios que estaba a punto de explotar a carcajadas. La situación era hilarante e inverosímil, pero un movimiento en falso y emputaríamos a la fiera salvaje de mirada asesina que teníamos al frente.—No voy a permitir que ninguno de ustedes dos piense que puede tomar decisiones sobre mi vida como si yo fuera un objeto de su propiedad —se queja furiosa por el comportamiento irreprochable que hace poco habíamos demostrado en el comedor—. Si creen que porque están forrados en dinero y tienen la equivocada id
Casi de inmediato, me retracto de lo que he dicho.―¡Vete a la mierd4, imbécil, y olvida lo que dije!Salgo de allí y huyo como cobarde. Necesito respirar un poco de aire puro para aclarar mis pensamientos. Comienzo a desvariar y a decir cosas absurdas que pueden complicar mi existencia. ¿En qué demonios estaba pensando? ¿Por qué razón dije aquello?¿Enamorado? ¿Yo? ¡Qué va! Joder, parezco bipolar.Atravieso la sala y salgo a la calle para ir a cualquier lugar en el que pueda quitarme de encima esta incertidumbre que me tiene ansioso y desconcertado. Subo a mi auto y una vez que giro el encendido, acelero con imprudencia haciendo que los neumáticos de mi vehículo chirríen al deslizarse sobre el pavimento. Me alejo de allí precipitadamente y sin rumbo fijo, buscando un lugar en el que pueda desahogarme y quitarme de encima este extraño sentimiento que se ha instalado en mi pecho.Algunos cuantos kilómetros después, me detengo frente al primer lugar que encuentro. Bajo del auto y me enc
¿Qué era lo que acababa de hacer?Mis manos aún tiemblan, pero no sé si es por la rabia o por los nervios, ya que ni en mi más lejana imaginación, me hubiera atrevido a golpear y, mucho menos, hablarle de esa manera a Anthony. Por supuesto que estaba furiosa… ¿Cómo no iba a estarlo?Esos salvajes estuvieron a punto de acabar con la casa al comportarse como dos peleadores callejeros sin considerar que con sus acciones pudieron haber inquietado a la Nana. Era necesario que interviniera, antes de que los resultados fueran nefastos, porque con la actitud demostrada por ese par de irracionales, lo más seguro era que iniciaran la tercera guerra mundial.No había ninguna justificación para su comportamiento y me molesta que me hayan usado como la excusa perfecta para argumentar tal arrebato. No obstante, me tiene intranquila el comentario de Wilson… ¿Será cierto lo que dijo? ¿De verdad quiere casarse conmigo? ¡Por Dios! Esta situación es cada vez más disparatada.Subo las escaleras y me diri
Termino mi comida y abandono mi habitación para encargarme de la Nana. Espero que esta vez pueda comer un poco más de lo que lo hizo la última vez. Se ha negado a hacerlo y ello ha resultado en una pérdida de peso excesiva que me tiene preocupada.Abro la puerta, sonrío al verla despierta.―Buenas tardes, Nana.Su cara está muy demacrada y a cada día que pasa, su salud desmejora.―Buenas tardes, cariño.Apenas puede pronunciar palabra, pero nunca abandona esa extraordinaria sonrisa que lleva dibujada en su rostro desde el día en que la conocí.―Le pedí a Eliza que subiera tu sopa, es hora de que comas un poco.Me acerco a su cama y oprimo el interruptor para elevar su cuerpo y ponerla más cómoda.―No tengo apetito, Priscila, preferiría descansar un poco más.Comenta con desgano.―No, Nana, es primordial que comas, has perdido demasiado peso y esta vez no voy a permitir que rechaces nuevamente la comida.Da unas palmaditas sobre el colchón para indicarme que me siente a su lado.―Siént
Abro los ojos súbitamente y me encuentro en una habitación que no reconozco. ¿Dónde carajos estoy? El dolor de cabeza punza dolorosamente y me produce la sensación de tener una decena de alfileres clavados en mi cerebro. Me siento al borde la cama y sujeto mi cabeza entre las manos para tratar de aliviar la presión.¿Por qué ¿Qué mierda está pasando? ¿Por qué estoy desnudo? ¿Dónde está mi ropa?Tomo la sábana que está enrollada debajo de mi cuerpo y me envuelvo con ella en el mismo instante en que la puerta se abre y una chica morena, vistiendo solo un camisón, entra a la habitación. Ella me sonríe con amabilidad, pero yo no tengo ni put4 idea de quién es, ni de la razón por la que estoy en este sitio.¿Acaso ella y yo? ¡Mierda!―Buenos días, Anthony… ¿Cómo amaneces?¿Cómo carajo sabe mi nombre?Se aproxima a la cama sosteniendo entre sus manos una bandeja con comida. La coloca sobre la mesita de noche y me toma por sorpresa cuando se inclina y deja un beso corto en mis labios.¿Qué d
La chica queda completamente aturdida con la información que acabo de darle.―¿Me estás tomando el pelo?Como si tuviera ánimos para hacerlo.―No, cada palabra que he dicho es cierta.Le indico mientras me termino de poner la ropa.―¿Por qué siempre me topo con los infieles y perdedores?Porque no te tomas el tiempo para conocerlos bien antes de traerlos a tu casa. No se lo digo, lo reservo para mí mismo. Ignoro su pregunta, en cambio, me preocupo por averiguar si me acosté con ella.―¿Qué paso anoche entre nosotros?Esta vez su mirada es de enojo.―Si quieres saberlo, termina de vestirte, recoge tus cosas y sal de mi habitación.Expresa furiosa. Suelta un resoplido, me da la espalda y sale de la habitación, hecha una furia. Joder, ¿por qué las mujeres tienen que ser tan complicadas?Termino de vestirme y abandono la habitación apresuradamente, para buscarla y obtener las respuestas que necesito. Ni siquiera recuerdo cómo la conocí. ¡Maldit4 la hora en que decidí entrar a ese bar!Al
Al entrar a la casa me encuentro con Wilson. Puedo notar en su expresión de enojo que, Priscilla, ya le contó todo lo que sucedió. Hay moretones en su cara como resultado de nuestra pelea de ayer. Imagino que yo también debo llevar algunos cardenales en la mía.―No es necesario que te pregunte para saber que estás molesto ―le digo al dejar las llaves de mi carro en la mesa de la entrada―. Deberías escucharme antes de sacar tus propias conclusiones.Me acerco a él y espero a que me dé su respuesta.―Acompáñame a tu oficina, hay muchas cosas que debo comunicarte, comenzando por el hecho de que la boda se llevará a cabo esta tarde.Esta vez la mención en lugar de incomodarme me satisface por completo. Convertirla en mi mujer era algo que no había concebido ni en mi más remota imaginación, pero ahora que estoy claro que ella es la mujer a la que estuve esperando durante toda mi vida, aún y cuando no lo supiera, estoy más que dispuesto convertirlo en una realidad.Lo sigo y una vez entramo