El tercero de esta maratón. Nos vemos en un rato.
Justo en el momento en el que nos detenemos frente a su casa, comienzo a sentir que mi visión se desvanece y, aunque ya no está acompañado del intenso dolor de cabeza; sé que está a punto de suceder. ―¡Tony! ¡Tony! ¿Qué te pasa? Puedo escuchar los gritos de mi amigo, pero se oyen distantes. Sé que él también nota que algo extraño está pasándome. Puedo sentirlo en mi interior, no estoy solo; hay una presencia con nosotros. ―Estoy bien, Wil, pero no siento mis manos ―le digo aterrado mientras las examino―. La mitad de mi cuerpo se puso frío y comencé a perder la sensibilidad ―le explico angustiado―. Tuve la inquietante sensación de que mi alma abandonaba mi cuerpo y una fuerza desconocida intentaba dominarme. Quería imponerse y obligarme a que le diera paso y me apartara de su camino. Me mira como si me hubiera vuelto loco. ―Casi provocas que me cague los pantalones, Tony ―menciona con el rostro palidecido―. Por un instante me pareció ver a otro hombre ―balbucea, desconcertado―. No
―Anthony… ¿Dime que hacer? ¡Juro por Dios que ahora mismo estoy por creer que me estoy volviendo loco! ―expresa mi amigo al borde de tener una crisis nerviosa―. Si no fuera por el hecho de que hace pocos minutos comprendí lo que te estaba sucediendo ―me observa con incredulidad―, creería que incluso tú también lo estás. ―Estaré bien, Wilson ―esta vez soy yo el que responde, quizás porque mi inquilino me lo permite―. Al igual que tú, estoy tratando de encontrarle algún sentido a esta situación, pero siento que mi cabeza está a punto de hacerse pedazos al igual que las piezas de un rompecabezas. Te aseguro que cuando lo entienda y pueda resolverlo por completo, te lo contaré todo. ―No, Anthony, fui yo, el que te concedió el permiso para que le contestaras a tu buen amigo, por ahora es mi voluntad la que impera. Y para responder a tu pregunta, soy yo, el que tiene mucho que contarte sobre mis planes, porque a partir ahora nuestras vidas van a cambiar; bueno, al menos la tuya ―dice a mod
Estoy navegando en medio del más hermoso de todos los sueños. Todas mis angustias por fin llegan a su fin. Paúl ha vuelto a mi vida tal como lo había prometido. Siento que todo cobra sentido ahora que está junto a mí, ya que a partir de este momento nos convertiremos en la familia con la que tanto soñamos. ―Paúl… gracias por cumplir la promesa que me hiciste y volver a mi vida. Un rio de lágrimas rueda por mi cara, pero esta vez son de pura felicidad. Mi cuerpo se relaja y todo el dolor que se ha acumulado dentro de mi pecho, queda liberado. Me entrego en sus brazos y dejo que su calor irradie hacia todos los rincones de mi cuerpo. ―Sí, cariño, estoy aquí contigo y a partir de este momento voy a encargarme de ti Te dije que cumpliría la promesa que te hice frente al altar. Ahora te hago un nuevo juramento, cariño… Prometo que nunca más voy a volver a separarme de mi familia. Las quiero de vuelta a ti y a Isabella. Esta vez seremos felices para el resto de nuestras vidas. No existen
―¿Por qué tiemblas, Priscilla? Apoya la palma de su mano derecha a un lado de la pared en la que me encuentro recostada. De esa manera me acorrala y limita mis movimientos. Quedo atrapada entre su cálido cuerpo y la fría pared de concreto. Me deja sin la posibilidad de que pueda escapar de él. —Aquí está mi familia, así que… —esta vez me aprisiona contra su cuerpo y puedo sentir la manera en que mis pechos se hunden en la piel sólida de su torso—, tengo derecho a estar en el mismo lugar en el que ella se encuentra. Sus ojos alternan entre los míos y mi boca. Tengo el presentimiento de que me está pidiendo autorización para besarme. No obstante, sé que poco le importa que se lo permita o no; igual irá por lo que quiere. Es un hombre que está acostumbrado a conseguir lo que se propone. Esa actitud varonil y posesiva me atrae como las polillas a la luz. Me recuerda mucho a mi esposo. Era un hombre cariñoso y dulce, pero cuando se lo proponía, podía convertirse en alguien completamen
Me duele verla sufriendo por nuestra pérdida. Se me partió el corazón desde el mismo instante en que la vi tendida en el piso y con el oso de peluche entre sus brazos. Quería consolarla y hacerle saber que había vuelto tal como se lo prometí, pero no existía una manera racional o lógica en la que pudiera explicarle que, el hombre parado frente a ella, era su esposo fallecido y reencarnado en el cuerpo de otro. Además, para la mayor de mis tragedias, compartía el mismo cuerpo con la misma persona que había emprendido una cacería de brujas contra ella. Todavía no puedo explicarme la razón por la que este maldito imbécil no murió con el disparo que le dieron. Según lo que explicó su amigo, Anthony estuvo muerto por diez minutos; así que no entiendo cómo es posible que haya logrado revivir luego de haber sido declarado muerto por los médicos Bueno, considerándolo bien, tampoco existe una forma racional para explicar lo que me sucedió a mí. Solo sé que fallecí en aquel nefasto accidente y
¿Qué demonios hago ahora? Fue una muy mala idea haber bloqueado a Paúl. Sobre todo, en estas circunstancias. Observo el rostro transfigurado por el deseo de la mujer que tengo debajo de mi cuerpo. Maldición. Se suponía que mi intención era evitar que él me usara para poder acostarse con su mujer, sin embargo, no tomé en consideración el hecho de que ahora me encuentro atrapado entre sus piernas. Juro por Dios que solo quiero alejarme de esto, antes de que todo se salga de control. Una cosa es saber que he sido poseído por el alma de un hijo de puta que, quiere librarse de mí a toda costa para quedarse con su familia, pero otra es pretender que yo quiera aceptar hacer el papel de segundón. Por supuesto, Priscilla es una mujer atractiva y hermosa. Me estuve mintiendo a mí mismo todas las veces que le dije que me parecía una mujer común y corriente cuando la realidad es que, desde el primer momento en que la vi en aquel corredor; no pude apartar mis ojos de ella. Joder. Esto quiere de
De esta manera, Anthony, se había convertido en el segundo hombre de mi vida. La experiencia con él fue fantástica. Su manera de amarme, las caricias y los besos que recibí; solo se compara a la forma en la que mi esposo Paúl lo hacía. Qué confusa me siento. Prometí no acercarme, desterrarlo para siempre de mi vida y nunca más ceder a sus pretensiones; pero aquí estoy, suspirando de amor por él. Respiro profundo. Me siento adolorida. Todavía percibo la hinchazón en mis labios y a mi corazón latiendo alborotado debido a la emoción. Es innegable la conexión que sentimos desde el primer instante en que nos vimos, a pesar de todo lo que ha sucedido entre nosotros. Lástima que todo lo bonito que vivimos, se haya esfumado en el momento en que me di cuenta de que no estaba en la cama; que se había ido sin despedirse de mí. No sé qué pensar al respecto, pero me siento decepcionada por ello. Permanezco acostada en mi cama. Pasa de la media noche y el frío es tan intenso que cala mis huesos.
¡Mierd4, mierd4, mierd4! ¡Perdí la m*****a cabeza! ¿Cómo pude olvidar ponerme el puto condón? Al salir de la casa hecho una furia, es cuando entro en razón y me doy cuenta del lugar en el que me encuentro. ¡Joder y mil veces joder! Me froto la cara en señal de rabia e impotencia. Me subo la manga izquierda de la chaqueta y observo en el reloj que está cerca de dar la una de la madrugada. Me aprieto las sienes con los dedos de mi mano derecha y despotrico una y mil veces por ser tan estúpido. Jodí lo que pudo ser una de las mejores noches de mi vida, ¿puedo ser más imbécil de lo que ya soy? Salí corriendo de allí como un puto cobarde debido a lo que ella me hizo sentir. Fue, fue… Respiro profundo, ni siquiera me atrevo a reconocer que es la primera vez que siento el sexo con tanta intensidad, no obstante, también pude percibir lo débil que ella me hace. No tardé en darme cuenta de que ella puede convertirse en mi destrucción. Busco el móvil en cada escondrijo de mi ropa, pero no lo e