Ivonne PetrovaMe dormí junto a Nikolay después de mucho luchar contra los deseos de mi cuerpo, porque mi ruso tenía razón cuando decía que nos necesitábamos, que después de tanto tiempo separados solo provocaba que la tensión sexual entre ambos solo seguía aumentando con cada noche que estamos juntos, pero no iba a arriesgar su salud, la herida en su abdomen había sido aún más grave que la de la última vez, de hecho, creo que tuvimos suerte de que no se le hubiesen abierto los puntos aquella noche.— Buenos días, hermosa. — mencionó sonriendo, los primeros rayos del sol entraban por la habitación y junto con aquellos colores pastel que tenían las paredes hacía del ambiente uno muy cálido, cómo el resto de la casa, Nikolay la había ambientado para que fuera un hogar perfecto para la familia. — ¿Has dormido bien? Le he dado la nueva dirección a Santiago, hoy vendrá a verte, no saldremos de aquí hasta que todo esté calculado. — mencionó nuevamente.— No podemos quedarnos escondidos en e
— Ivonne te dejaré en claro una cosa, aunque el destino quisiese separarnos yo lucharía contra él, porque me prometí a mí mismo nunca más dejarte sola, una vez volviste a mi lado sentí el impulso de gritarlo a los cuatro vientos y nada más no lo hice porque tengo respeto por ti, por Aleric y por lo que tuvieron, porque créeme, si hubiese estado seguro de que no me amabas te hubiese dejado ser feliz a su lado. — mencionó sonriendo mientras seguíamos caminando, ya estábamos fuera de casa, pero aún no llegábamos al invernadero o jardín, lo que sea que haya construido Nikolay.— Te amo, mi ruso. — mencioné sonriendo mientras dejaba que él me tomase entre sus brazos y caminara conmigo a cuestas. — Nunca me cansaré de decir cuánto te amo y gracias por todo lo que has hecho, de verdad, no tengo palabras para expresar lo que construiste. — mencioné nuevamente.— Es solo un pequeño detalle que representa que mi amor por ti no tiene límites, amor. — mencionó sonriendo mientras me dejaba de pie
— Más fuerte, amor, quiero más. — mencionó sonriendo mientras tomaba mi mano y la ponía en su cabeza para que jalase nuevamente de su cabello, mis estocadas comenzaron a ser más profundas, la necesidad de querer alcanzar nuestro orgasmo provocaba que mis sentidos se nublaran y sacaran a ese animal que llevaba por dentro, aunque nunca lastimaría a Ivonne, esa no era una opción, nunca lo fue.— Lo que pidas, princesa. — respondí sonriendo mientras seguía entrando y saliendo de su interior, de vez en cuando nalgueaba su trasero provocando que su cuerpo se tensara al contacto, pero su vagina no hacía más que humedecerse cada que lo hacía. — Eres maravillosa. — mencioné nuevamente, sonriendo de lado. — Acuéstate de lado. — agregué, era hora de que ambos descansásemos de esta posición, que, aunque placentera, podría ser bastante cansadora, más para Ivonne que tenía que cargar con su barriga de embarazada.— Bien. — mencionó sonriendo y tomando el lugar que le había pedido. Me acomodé tras d
— Lo mismo me pasa a mí Ivonne, estamos hechos el uno para el otro. — mencionó sonriendo de lado, mientras pegaba su frente a la mía y terminaba besándome, benditos sus besos y benditos sus labios que me provocaban tantas sensaciones electrizantes, sus manos se dirigieron a mi vientre, el cual acarició, arrodillándose lo besó provocando que mis mejillas se enrojecieran, sentí la necesidad de abrazarlo y esconder mi rostro en su cuello, buscando seguridad entre sus grandes brazos. — Nunca te dejaré ir, bebé, créeme, no importa lo que pase, siempre estaré contigo, seré tú sombra, ¿Lo recuerdas? — mencionó.— Siento que lo dices cómo si fuese una despedida. — susurré mientras lo ayudaba a levantarse, él no dijo nada, solo se quedó en silencio y me abrazó. — Nikolay, dime que está sucediendo, sabes que sea lo que sea, siempre podremos resolverlo, ¿Lo sabes? — mencioné nuevamente mientras lo observaba preocupada.— Lo sé, pero no debes preocuparte por nada más que no sea nuestro bebé o nue
No podía dejar de pensar en qué podría haberle pasado a mi mujer, quisiera hacer más por ella, pero no tenía idea de qué, tampoco quería ser de esos hombres que se ven obligados a leer libros para entender el pensamiento de las embarazadas y lograr ser un buen padre, no, eso ni mierda. ¿Tendría que considerarlo? Dios, mi mente era un caos, y es que no podíamos tener ni siquiera una semana completamente tranquilos, siempre surgía algún inconveniente, hoy, por ejemplo, el casi desmayo de Ivonne por la mañana y luego la noticia que me ha dado Antoine, la amenaza que me dieron, no puedo con tanto, la verdad es que la situación podría terminar siendo mucho mayor que yo.— Bien, Nikolay, entonces, ¿Tienes alguna duda de lo que acabo de decir? — preguntó Santiago mirándome seriamente, claro que no, imbécil, estaba pensando en otras cosas.— No, la verdad es que no escuché nada, mi mente se encontraba ocupada en otra parte, ¿Puedes repetirlo? — mencioné siendo sincero. — Por cierto, ¿Crees qu
Ivonne PetrovaHan pasado varios días en los que Nikolay ha estado actuando más extraño de lo normal, cosa que me preocupa bastante, siento que me oculta algo y se esfuerza demasiado en no hacérmelo notar, pero lo conozco bastante bien y sé que no está bien.— Amor. — susurré al voltearme en la cama, puse mi cabeza en su pecho y miré sus ojos, sonreí mientras veía cómo lentamente abría sus ojos y me dejaba trastornada con aquel color azul que me volvía completamente loca. — ¿Estás bien? — pregunté sonriendo nuevamente, esperando que algún día me dijese la verdad, lo que estaba pasando, tanto en nuestra vida, cómo en su mente, si no, no creo que llegaremos lejos, no podemos seguir con esta situación por siempre, de hecho, estaremos perdidos si lo hacemos.— Sí, querida, estoy más que bien. — mencionó él sonriendo y besando mis labios, tratando de subirse encima de mí, pero no fue posible, ya nuestro bebé se interponía entre nosotros. — Creo que tendremos que buscar otras formas para po
Nikolay PetrovCuando sentí a Ivonne temblar debajo de mi cuerpo supe que había hecho bien en contarle todo lo que había estado ocultándole, ambos liberábamos una carga de nosotros, ella al dejar de torturarse pensando cosas que no existían, mientras que yo, por otro lado, podía volver a mirarla sin miedo a que descubriera mi secreto.— Te he extrañado demasiado. — mencioné sonriendo. — Me has hecho mucha falta. — agregué sonriendo mientras sentía cómo ella me miraba con ternura.— Estás vuelto en todo un cursi. — mencionó ella con la misma sonrisa que tanto me encantaba. — Pero también me has hecho mucha falta, no tienes idea de cuento te amo y necesito. — mencionó nuevamente.— Muchas mujeres querrían estar con un hombre que las trate igual que yo. — susurré sonriendo de lado mientras subía hasta que mis labios quedaban frente a los suyos. — Ahora, quiero que me beses, amor. — mencioné nuevamente mientras sonreía.— Te amo. — mencioné sonriendo mientras besaba sus labios, cuando nos
Ivonne PetrovaDos meses despuésLas cosas andaban más que bien, de hecho, hace poco habíamos ido a una de las últimas ecografías de nuestro hijo, ya estaba grandote y seguía creciendo bastante bien dentro de mi barriga, ver los ojos de Nikolay mirando a la pantalla donde se mostraba al pequeño Lukyan me llenaba de sentimiento, me llenaba de alegría.— Amor, ¿Crees que tendremos las cosas necesarias para cuando nos toque irnos a la clínica? — preguntó Nikolay sonriendo de lado mirándome desde abajo, sí, lo tenía apoyado en mis piernas, y sí, aún podía verme, el pequeño Lukyan aún le dejaba un poco de espacio a su padre. — Digo… no quiero que nos falte nada para ese día tan especial. — mencionó nuevamente.— Nikolay, me has hecho la misma pregunta cómo tres veces y es la misma cantidad de veces que hemos hecho y deshecho la maleta. — mencioné sonriendo tiernamente al hombre que tenía encima de mis piernas, además de acariciarle el pelo. — Sé que te preocupa amor, pero créeme que estare