— Lo mismo me pasa a mí Ivonne, estamos hechos el uno para el otro. — mencionó sonriendo de lado, mientras pegaba su frente a la mía y terminaba besándome, benditos sus besos y benditos sus labios que me provocaban tantas sensaciones electrizantes, sus manos se dirigieron a mi vientre, el cual acarició, arrodillándose lo besó provocando que mis mejillas se enrojecieran, sentí la necesidad de abrazarlo y esconder mi rostro en su cuello, buscando seguridad entre sus grandes brazos. — Nunca te dejaré ir, bebé, créeme, no importa lo que pase, siempre estaré contigo, seré tú sombra, ¿Lo recuerdas? — mencionó.— Siento que lo dices cómo si fuese una despedida. — susurré mientras lo ayudaba a levantarse, él no dijo nada, solo se quedó en silencio y me abrazó. — Nikolay, dime que está sucediendo, sabes que sea lo que sea, siempre podremos resolverlo, ¿Lo sabes? — mencioné nuevamente mientras lo observaba preocupada.— Lo sé, pero no debes preocuparte por nada más que no sea nuestro bebé o nue
No podía dejar de pensar en qué podría haberle pasado a mi mujer, quisiera hacer más por ella, pero no tenía idea de qué, tampoco quería ser de esos hombres que se ven obligados a leer libros para entender el pensamiento de las embarazadas y lograr ser un buen padre, no, eso ni mierda. ¿Tendría que considerarlo? Dios, mi mente era un caos, y es que no podíamos tener ni siquiera una semana completamente tranquilos, siempre surgía algún inconveniente, hoy, por ejemplo, el casi desmayo de Ivonne por la mañana y luego la noticia que me ha dado Antoine, la amenaza que me dieron, no puedo con tanto, la verdad es que la situación podría terminar siendo mucho mayor que yo.— Bien, Nikolay, entonces, ¿Tienes alguna duda de lo que acabo de decir? — preguntó Santiago mirándome seriamente, claro que no, imbécil, estaba pensando en otras cosas.— No, la verdad es que no escuché nada, mi mente se encontraba ocupada en otra parte, ¿Puedes repetirlo? — mencioné siendo sincero. — Por cierto, ¿Crees qu
Ivonne PetrovaHan pasado varios días en los que Nikolay ha estado actuando más extraño de lo normal, cosa que me preocupa bastante, siento que me oculta algo y se esfuerza demasiado en no hacérmelo notar, pero lo conozco bastante bien y sé que no está bien.— Amor. — susurré al voltearme en la cama, puse mi cabeza en su pecho y miré sus ojos, sonreí mientras veía cómo lentamente abría sus ojos y me dejaba trastornada con aquel color azul que me volvía completamente loca. — ¿Estás bien? — pregunté sonriendo nuevamente, esperando que algún día me dijese la verdad, lo que estaba pasando, tanto en nuestra vida, cómo en su mente, si no, no creo que llegaremos lejos, no podemos seguir con esta situación por siempre, de hecho, estaremos perdidos si lo hacemos.— Sí, querida, estoy más que bien. — mencionó él sonriendo y besando mis labios, tratando de subirse encima de mí, pero no fue posible, ya nuestro bebé se interponía entre nosotros. — Creo que tendremos que buscar otras formas para po
Nikolay PetrovCuando sentí a Ivonne temblar debajo de mi cuerpo supe que había hecho bien en contarle todo lo que había estado ocultándole, ambos liberábamos una carga de nosotros, ella al dejar de torturarse pensando cosas que no existían, mientras que yo, por otro lado, podía volver a mirarla sin miedo a que descubriera mi secreto.— Te he extrañado demasiado. — mencioné sonriendo. — Me has hecho mucha falta. — agregué sonriendo mientras sentía cómo ella me miraba con ternura.— Estás vuelto en todo un cursi. — mencionó ella con la misma sonrisa que tanto me encantaba. — Pero también me has hecho mucha falta, no tienes idea de cuento te amo y necesito. — mencionó nuevamente.— Muchas mujeres querrían estar con un hombre que las trate igual que yo. — susurré sonriendo de lado mientras subía hasta que mis labios quedaban frente a los suyos. — Ahora, quiero que me beses, amor. — mencioné nuevamente mientras sonreía.— Te amo. — mencioné sonriendo mientras besaba sus labios, cuando nos
Ivonne PetrovaDos meses despuésLas cosas andaban más que bien, de hecho, hace poco habíamos ido a una de las últimas ecografías de nuestro hijo, ya estaba grandote y seguía creciendo bastante bien dentro de mi barriga, ver los ojos de Nikolay mirando a la pantalla donde se mostraba al pequeño Lukyan me llenaba de sentimiento, me llenaba de alegría.— Amor, ¿Crees que tendremos las cosas necesarias para cuando nos toque irnos a la clínica? — preguntó Nikolay sonriendo de lado mirándome desde abajo, sí, lo tenía apoyado en mis piernas, y sí, aún podía verme, el pequeño Lukyan aún le dejaba un poco de espacio a su padre. — Digo… no quiero que nos falte nada para ese día tan especial. — mencionó nuevamente.— Nikolay, me has hecho la misma pregunta cómo tres veces y es la misma cantidad de veces que hemos hecho y deshecho la maleta. — mencioné sonriendo tiernamente al hombre que tenía encima de mis piernas, además de acariciarle el pelo. — Sé que te preocupa amor, pero créeme que estare
Ivonne Petrova— Creo que será mejor que la llevemos al hospital no quiero arriesgar su vida y la de nuestro hijo. — mencionó Nikolay en ese momento, pero las contracciones eran cada vez más intensas y continuas, cosa que me dejaba en claro que no era conveniente salir de esta casa, mi bebé podría fácilmente nacer por el camino a la clínica y podría contraer cualquier infección o algo.— No, debemos quedarnos aquí, Nikolay. Sería más arriesgado salir de la casa, por favor llama a Santiago, que venga deprisa. — mencioné mientras me recostaba nuevamente en la cama, ¿Sí me imaginé pasando por esto? Claro que no, Lukyan ni siquiera debía nacer hoy, se nos había adelantado por bastantes semanas. — Ay. — dije tratando de aguantar una contracción o patada de mi hijo, ni siquiera sabía que podía ser en estos momentos. Nikolay corrió a la cama para ver que me pasaba. — Tranquilo amor, todo está bien, solo llama a Santiago y al doctor, dile que el bebé nacerá en la casa. — agregué tratando de t
Nikolay PetrovNo pude irme en la ambulancia con Ivonne y nuestro hijo, producto de que Santiago tuvo que irse con ellos para ir pendiente tanto de mi bebé cómo de mi mujer. Me subí en el coche y seguí mi camino hasta la clínica, una vez llegamos le dieron el ingreso de inmediato, yo cargaba con el bolso de nuestro hijo, ni siquiera me han querido dejar pasar, cosa que me ponía cada vez más impaciente.— Se te olvidó esto, idiota. — mencionó una voz que reconocía perfectamente bien, Aleric. — Es el bolso de Ivonne, seguro lo necesitará también. — agregó sonriendo de lado mientras sus ojos me observaban con cautela. — Quien te hubiese visto Nikolay, ahora eres padre. — terminó de decir. — Me alegra que estés aquí, Aleric, tu presencia hacía falta en la casa. — mencioné sonriendo de lado, hace un tiempo había estado pensando junto a Bruno un plan… una trampa para los imbéciles que querían acabar con mi mujer y mi hijo, pero, para lograrlo necesitaba de la ayuda de Aleric. — A Ivonne y
Me recosté al lado del pequeño, admirándolo, se parecía a mí, bastante, sus cabellos apenas son visibles de lo rubio que es, y anoche pude percatarme de que sus ojos son azules, pero su nariz y labios eran finos, cómo los de Ivonne, hermosos. Nunca dejaré que nadie nos separe, así tenga que cometer la mayor locura de mi vida, así tenga que sacrificarme por Ivonne y Lukyan, nunca dejaría que nadie se atreviese a lastimarlos.La puerta de la habitación se abrió, se trataba de toda la familia, supongo que ya era más o menos una hora de visita prudente, la enfermera llegó con la comida de Ivonne, tendría que quedarme a observar que se lo comiese todo, pues no lo ha hecho desde ayer en la tarde y no quiero ni pensar lo que sucederá si es que su examen da positivo para anemia.Ella salió del baño con cuidado, se encontraba más pálida que antes, por lo que me levanté y la tomé en mis brazos para llevarla a la cama. Necesitaba seguir descansando, por lo que las visitas no me parecían buena op