—¿Qué m****a pasa? —pregunté enojado tirando la caña en la puerta—. ¡Pase de una m*****a vez! —agregué, la puerta se abrió y casi caigo en la estupidez de disparar para asustar a quien fuera que se escondía detrás del muro, casi cometo una locura, casi pierdo a alguien que podría ser de gran ayuda para mí. —Disculpa, no quería interrumpir… mejor vuelvo en otro momento. —mencionó ella sonriendo tímidamente y con intenciones de volver a irse, de alguna estúpida forma ver su sonrisa me tranquilizó, me dio la tranquilidad que muchas veces necesité, pero que hasta ahora no me había dado cuenta de necesitar y no entendía por qué justamente con ella me sentía así. —Tranquila, pasa, llamaré a alguien para que limpie este caos. —mencioné respondiendo a su sonrisa con una igual, aunque creo que la mía no era tan evidente, no estaba acostumbrado a dar muestras de afecto y para mí, una sonrisa lo era. Ella me detuvo antes de que diera un paso poniendo una mano encima de mi pecho. —Descuida, yo
Ivonne WilsonSalí corriendo de allí, no podía creerme lo que había sucedido, ¿Cómo pasó? ¿Cómo dejé tan fácilmente que me besara y por qué siento que lo disfruté más de lo que me gustaría admitir? pero la respuesta era obvia, lo había querido desde el primer momento en que lo insinuó, él tenía razón en todo lo que decía, tiene un poder para atraer a las mujeres, podía notarlo y había sucumbido, le había correspondido a aquel beso de la misma manera en que él me había besado, pero eso no le justificaba todo lo que había hecho antes, ¿Tendría razón en decir que también le deseaba? probablemente sí, pero tenía que alejar aquellos pensamientos de mi mente, sacudí mi cabeza tratando de quitar esos pensamientos de ella, nada podía pasar entre Nikolay y yo, nunca.— Contrólate, Iv, contrólate. — me dije a mi misma, no podía creer que todo esto estuviera pasándome en estos momentos, mi cuerpo y el débil deseo carnal no debe sucumbir ante esa masculinidad que era tan perfectamente completa en
—Así es, Julián fue mi novio antes de que todo este enredo sucediera, pero una vez me encerraron él no volvió a contestar ninguna de las cartas que le envié, es más creo que ni siquiera se molestó en hacerlo, sino que se le hizo más fácil abandonar esta casa. —dije mientras dejaba que una lágrima cayera por mi mejilla, él se acercó y limpió aquella solitaria lágrima provocando que todo mi interior se estremeciera.—En mi opinión, un hombre que hace llorar a una mujer no la merece, y no te lo digo por experiencia, porque no la tengo, pero no deberíamos hacer sufrir a las personas que nos brindan la felicidad y que nos complementan. —mencionó provocando que un escalofrío recorriera mi cuerpo nuevamente.—¿Y qué opinarías de una mujer que aborta al hijo del hombre que ama solo porque él se lo pide? Además, ¿Cómo podrías asegurar que tú no harías llorar a una mujer? Los hombres siempre hacen lo que quieren con nosotras, mi padre estuvo años al lado de mi madre, parecía amarla, pero mira,
Antoine ya había entrado en ese momento, así que había escuchado lo último que había mencionado, su cara pensativa me dejaba muchas cosas que pensar, pero sabía que la idea había sido atrayente para él, tanto como para mí y es que, a ninguno de los dos se nos hubiera ocurrido aquello.—¿Cómo sabes tanto sobre el tema? —pregunté sonriendo curiosamente, casi cómo una burla, no entendía de donde podía tener aquel conocimiento que parecía casi experto, se supone que no se ha especializado en ninguna universidad o al menos hasta eso sabía. Ella se me quedó viendo como si quisiera desafiarme, pero no me interesaba en lo más mínimo.—Mi padre era empresario, aprendí mucho de él antes que falleciera, después de todo, siempre mencionó lo mucho que le gustaría algún día verme manejando todo, claro, una vez se retirase. —mencionó y vi cómo lentamente cada uno de sus ojos fue llenándose de lágrimas.—Comprendo la carga que debió ser para ti pensar en aquello a tu edad, más o menos también seguí
Ivonne WilsonNo sabía en qué momento y qué estaba pensando cuando acepté casarme con el ruso, sin dudas mi vida cambiaría, al igual que la suya, tenía miedo de que intentase que algo más pasase entre nosotros, pero había prometido que no lo haría.—¿Sucede algo? —preguntó el ruso sentándose frente a mí en la gran mesa del comedor.—Solo pensaba, pero no importa, dime cuando estemos listos, y, por cierto, ya han pasado varios días, el tema de los muertos debe haberse calmado ya, quiero ir a ver a mi amiga. —mencioné pensando en que Nikolay probablemente me había mentido en el momento en que me dijo que había comprado una sepultura para ella.—Tienes razón, no he cumplido una de las tantas promesas que te he hecho en tan poco tiempo. Esta misma tarde te llevaré con ella y debes de saber que, efectivamente, la chica cuenta con tres hermanos, ya mandé a mis hombres a investigar sobre su vida… cuando me digas traeré a los niños aquí. —agregó el hombre dejándome boquiabierta, no podía cree
Nikolay PetrovQuería lucirme con la mujer, aunque fuese un matrimonio falso no quería que usase cualquier baratija, menos si yo también lo usaba, tengo el dinero y puedo despilfarrarlo de la manera en que quiera, por otra parte, me sentía molesto por lo que había dicho en la mañana sobre el trabajo que estaba realizando para mí, sí, era verdad, pero por alguna razón aquello me había golpeado directamente, me había hecho sobrepensar la situación que estaba viviendo en estos momentos.Es por lo que había decidido tratarla por igual, cómo si solo se tratase de una empleada más para mí, pero cuando la llamé por su apellido pude notar cómo algo dentro de ella también se quebraba, no podía comprender realmente que estaba pasando entre nosotros y ella tampoco tenía la más mínima idea.— Sí, en unas manos cómo las tuyas cualquier baratija se vería excelente, Ivonne. —mencioné—. Sé qué hace un rato te llamaba por tu apellido, pero siento que si seremos marido y mujer es mejor que nos llamemos
Ivonne WilsonEstaba junto al ruso, quien se había quedado helado al escuchar las condiciones precarias de la señora junto a la pequeña, creo que él juzga muy rudamente a las personas que lo rodean y no lo culpo, su vida ha sido diferente, consumido por un mundo en que la desconfianza te mantiene con vida, y no es que yo fuese mucho mejor que él, durante mi estadía en aquel horrible internado me di cuenta de la realidad de muchas personas también.Salimos de aquel lugar, Nikolay tomaba mi mano y yo no me negaba a que lo hiciera, es más, necesitaba de su compañía en estos momentos, necesitaba la fuerza para ver a mi mejor amiga en una tumba, nunca más volvería a ver a Ann en mi vida y dolía, dolía porque, a pesar de todo lo que vivimos, nunca pude decirle realmente cuanto la quería.—Creo que tenías razón esta vez. —susurró—. La pequeña ni siquiera era hija de la mujer, sino su nieta. —mencionó nuevamente.—Una madre que no quiere hacerse cargo de su hija tal vez, o que esté trabajando
Cuando salimos camino al auto de Nikolay muchas personas se acercaron a nosotros, tomando fotografías y dejándonos medios ciegos por el flash de las cámaras, bueno más a mí que al ruso, supongo que él ya conocía este mundo, digo, en Rusia debía moverse bajo una fachada para ocultar las grandes sumas de dinero que manejaba su familia y que obvio, siguen manejando.—La feliz pareja se encuentra recorriendo los cementerios en memoria de una muy buena amiga de ambos. —mencionó una mujer que parecía ser una periodista, o alguna mujer de aquellos canales de chismes, no estoy muy segura de ello—. ¿Podremos saber cómo fue que el magnate más codiciado de toda Rusia conoció a la heredera de la empresa de telecomunicaciones más grande del mundo? —mencionó nuevamente.Nikolay PetrovSeguro esto era obra de Antoine, esta era su manera de que todos se enteraran de buena fe que Nikolay Petrov e Ivonne Wilson están comprometidos en matrimonio.—Sí, estamos velando que las condiciones de nuestra amiga