Ivonne Wilson— Bien hecho, hermosa. — mencionó Nikolay mirándome con una sonrisa en su rostro, no podía creer todo lo que había pasado, no podía creer que le había hecho daño al hombre que se estaba metiendo en mi corazón cada día más. — Pero aún tienes dudas de lo que acabas de hacer, entiende Ivonne, en este mundo, la duda es muerte. — agregó acercándose nuevamente a mí y besó mis labios con pasión.— Lo sé, Nikolay, cuando sea el momento no dudaré. — mencioné sonriendo, él separó nuestros cuerpos, pude ver en sus ojos que la rabia se apoderaba de él.— No tienes por qué meterte en mis líos Ivonne, y aunque lo hicieras, tienes personas dispuestas a dar la vida por ti. — mencionó de pronto. Vi cómo Antoine se acercaba hasta donde nosotros, seguro que iba a apoyar a su patrón, dios mío estos hombres.— El señor Petrov tiene razón Ivonne. — mencionó Antoine a mis espaldas. — Esto es solo un entrenamiento que realizas para aprender, no para aplicar, porque todos los hombres que trabaja
Nikolay PetrovUna cosa podía explicar lo que estaba pasando entre nosotros en este momento, deseo, descontrol, amor… sí amor, no tenía ni puta idea de cómo debía sentirse el amor, pero si alguien podía enseñarme a sentirlo era Ivonne, nadie mejor que ella podría hacerlo, nunca escogería a nadie por sobre ella.— Quiero tenerte dentro de mí. — mencionó ella sonriendo mientras seguía rozando nuestras entrepiernas, lo que solo nos provocaba sentir que nuestros cuerpos quemaban de deseo, necesita devorar a aquella mujer, sentía que reventaba por dentro y todo esto lo provocaba ella, con sus caricias, con sus besos, con su cuerpo.— Y yo quiero estarlo. — susurré levantando su cuerpo un poco para bajar sus pantalones, me había deshecho de su blusa hace rato. — Eres mi mayor deseo, la causante de esto que sientes entre tus piernas. — mencioné nuevamente sonriendo y apresando sus labios, mordiendo el inferior.Gimió sobre mis labios provocando que toda mi piel se erizase, entré en ella sin
Ivonne WilsonNunca había sentido tanto miedo al hacerme una prueba de embarazo, en primer lugar, porque la primera vez que lo hice fue desastrosa, tuve la mayor discusión de mi vida con el hombre que suponía amar, ni siquiera fue capaz de acompañarme a comprar el test, cosa que me decepcionó, fue una experiencia más a la bolsa de decepciones que me daba Julián, ahora, con Nikolay, al ver cómo se adelantaba a mi movimiento y me acompañaba a hacerme la bendita prueba mi pecho se encendió, mi corazón latió con fuerza.— Ivonne, algún día seremos padres y tú serás la madre más hermosa de este mundo. — mencionó el hombre sacándome de mis pensamientos. — No sé qué sucede, pero quiero pedirte perdón. — agregó y lo quedé mirando desconcertada. — Sabía perfectamente que no estabas usando ningún método anticonceptivo y de igual manera dejé de utilizar el condón, no era mi intención que recordaras experiencias pasadas. — mencionó nuevamente.— Nikolay… mi ruso. — dije tomando sus manos, besando
Nikolay PetrovMe encontraba parado frente al padre, hombre que guiaría la ceremonia de unión entre Ivonne y yo, me encontraba sumamente nervioso por aquello, ni siquiera recuerdo el último momento o lugar en el que me sentí de aquella forma, saqué esos pensamientos rápidamente de mi cabeza, solo me iba a casar con Ivonne, con la mujer que ha logrado volverme loco en todos los aspectos posibles, que ha puesto mi mundo patas arriba, porque sí, Aleric tenía razón ayer cuando dijo que estaba dejando todo de lado por ella y es que no quería que saliese lastimada, pero sabía bien que no podía dejar esto de la noche a la mañana, es más, no podría hacerlo en toda mi vida. De pronto el coro comenzó a cantar, aunque no llegaba a creerlo mi cuerpo se tensó de los nervios que sentía, Ivonne venía de camino, mis pies se encontraban estáticos, dios mío, ¿Así debía sentirse el estar enamorado? Me preguntaba a mí mismo mientras trataba de encontrar fuerzas en mi cuerpo para poder voltearme a verla
Ivonne WilsonCreo que Nikolay se encontraba más a gusto de lo normal con toda esta escena y, a pesar de que, se suponía que toda esta boda era una farsa planeada para aparentar el dinero que obtenía el ruso de mala forma, me había creído todo el espectáculo, porque sí, amaba a Nikolay con toda mi alma, no quería entregarme tanto a él, pero de todas formas lo había hecho.— ¿Cómo te sientes hermosa? — preguntó Nikolay cerca de mi oreja provocando que cada pelo de mi cuerpo se erizase con el contacto del aire caliente en aquella zona de mi ser. — Sabes, desde que te vi con ese vestido, he querido hacer una cosa. — mencionó sonriendo, pude sentir la sonrisa en mi oreja, cosa que solo logró provocarme aún más.— Dime, ¿Qué cosa? — pregunté curiosa en apenas un susurro, no podía ni siquiera tragar por los nervios que me invadía su presencia, sus caricias, además de tener plena conciencia que Nikolay era capaz de hacerme perder los sentidos aquí mismo, provocando que diésemos un show públi
Nikolay PetrovCuando escogimos el destino de nuestra luna de miel junto a Ivonne, teníamos dos opciones, Grecia e Italia y opté por la segunda, a pesar de que a Ivonne le encantara todo aquello de la historia de Roma, ahora nos encontrábamos en Nápoles por temas de trabajo, los De Rosa se encontraban esperándonos, si llegábamos al acuerdo, rutas libres para traficar diamantes a cambio de hombres, armas y la cabeza del líder italiano que estaba poniendo en juego todo mi imperio en Rusia… esto debía salir perfecto, pero en caso de que no lo saliese, me encontraba armado hasta los dientes, y por ello mi decisión de entregarle un arma a Ivonne, ahora solo estábamos ella y yo, no estaba Antoine, no estaba Aleric, solo nosotros.— Conoceremos todo lo que quieras, amor. — mencioné. — Pero primero la cena con los De Rosa. — agregué nuevamente.— Hablas cómo si fueran imponentes, además, parece más una cena de negocios que una cena de visitas. — mencionó ella.— Claro, tendremos tiempo para v
Ivonne Petrova.Margarita resultó ser una mujer bastante agradable para la vida que llevaba, llena de lujos, es más, yo que toda la vida viví rodeada de ellos se me hacían pocos comparados a los que estaba acostumbrado Bruno, ¿Será que así era cómo vivía Nikolay antes de irse a España?Él parecía feliz al encontrarse con su viejo amigo, más aún cuando el hijo mayor de este se acercó hasta donde se encontraban, Massimo, alcancé a escuchar su nombre, Nikolay lo tomó en sus brazos, él sabía perfectamente que no era muy probable que pudiera tener hijos, ¿Será que solo me decía que no los quería para no hacerme sentir mal? Lo quedé mirando con tristeza, no quería que se sintiera decepcionado de mí, de mi incapacidad para convertirlo en padre.Ahora nos encontrábamos todos cerca de la piscina, Margarita me había pasado uno de sus trajes de baño de una pieza, claro que los utilizaba desde antes de quedar embarazada, o al menos eso pensaba, aunque más bien la prenda parecía nueva, seguramente
Nikolay Petrov No podía creer que había caído en su juego, pero tampoco podía creer que sus nudos fuesen tan malos, literalmente me había soltado hace unos minutos sin que ella se diera cuenta, pero quería saber cuáles eran sus alcances en este momento. — Me vas a hacer explotar, Ivonne. — mencioné sonriendo mientras miraba a Ivonne concentrada moviéndose encima de mí rozando su mojada y deliciosa vagina sobre mi miembro, tenía deseos de tomarla en mis brazos y hacerla mía cómo había querido desde que la vi en aquel traje de baño. — Déjame hundirme en ti preciosa, sabes que lo deseas también. — M****a, tú nunca aprenderás, ¿Verdad? — preguntó ella sonriendo, sus mejillas se encontraban rojas debido a la tensión, pasión y deseo que sintiésemos, es que siempre que nos juntamos de esta manera no podemos terminar de otra forma. — Quiero que me hagas el amor tan duro, Nikolay. — mencionó nuevamente y ya no aguanté más, necesitaba tocarla, necesitaba pegarla contra mi cuerpo y sentirla po