Ivonne WilsonNunca había sentido tanto miedo al hacerme una prueba de embarazo, en primer lugar, porque la primera vez que lo hice fue desastrosa, tuve la mayor discusión de mi vida con el hombre que suponía amar, ni siquiera fue capaz de acompañarme a comprar el test, cosa que me decepcionó, fue una experiencia más a la bolsa de decepciones que me daba Julián, ahora, con Nikolay, al ver cómo se adelantaba a mi movimiento y me acompañaba a hacerme la bendita prueba mi pecho se encendió, mi corazón latió con fuerza.— Ivonne, algún día seremos padres y tú serás la madre más hermosa de este mundo. — mencionó el hombre sacándome de mis pensamientos. — No sé qué sucede, pero quiero pedirte perdón. — agregó y lo quedé mirando desconcertada. — Sabía perfectamente que no estabas usando ningún método anticonceptivo y de igual manera dejé de utilizar el condón, no era mi intención que recordaras experiencias pasadas. — mencionó nuevamente.— Nikolay… mi ruso. — dije tomando sus manos, besando
Nikolay PetrovMe encontraba parado frente al padre, hombre que guiaría la ceremonia de unión entre Ivonne y yo, me encontraba sumamente nervioso por aquello, ni siquiera recuerdo el último momento o lugar en el que me sentí de aquella forma, saqué esos pensamientos rápidamente de mi cabeza, solo me iba a casar con Ivonne, con la mujer que ha logrado volverme loco en todos los aspectos posibles, que ha puesto mi mundo patas arriba, porque sí, Aleric tenía razón ayer cuando dijo que estaba dejando todo de lado por ella y es que no quería que saliese lastimada, pero sabía bien que no podía dejar esto de la noche a la mañana, es más, no podría hacerlo en toda mi vida. De pronto el coro comenzó a cantar, aunque no llegaba a creerlo mi cuerpo se tensó de los nervios que sentía, Ivonne venía de camino, mis pies se encontraban estáticos, dios mío, ¿Así debía sentirse el estar enamorado? Me preguntaba a mí mismo mientras trataba de encontrar fuerzas en mi cuerpo para poder voltearme a verla
Ivonne WilsonCreo que Nikolay se encontraba más a gusto de lo normal con toda esta escena y, a pesar de que, se suponía que toda esta boda era una farsa planeada para aparentar el dinero que obtenía el ruso de mala forma, me había creído todo el espectáculo, porque sí, amaba a Nikolay con toda mi alma, no quería entregarme tanto a él, pero de todas formas lo había hecho.— ¿Cómo te sientes hermosa? — preguntó Nikolay cerca de mi oreja provocando que cada pelo de mi cuerpo se erizase con el contacto del aire caliente en aquella zona de mi ser. — Sabes, desde que te vi con ese vestido, he querido hacer una cosa. — mencionó sonriendo, pude sentir la sonrisa en mi oreja, cosa que solo logró provocarme aún más.— Dime, ¿Qué cosa? — pregunté curiosa en apenas un susurro, no podía ni siquiera tragar por los nervios que me invadía su presencia, sus caricias, además de tener plena conciencia que Nikolay era capaz de hacerme perder los sentidos aquí mismo, provocando que diésemos un show públi
Nikolay PetrovCuando escogimos el destino de nuestra luna de miel junto a Ivonne, teníamos dos opciones, Grecia e Italia y opté por la segunda, a pesar de que a Ivonne le encantara todo aquello de la historia de Roma, ahora nos encontrábamos en Nápoles por temas de trabajo, los De Rosa se encontraban esperándonos, si llegábamos al acuerdo, rutas libres para traficar diamantes a cambio de hombres, armas y la cabeza del líder italiano que estaba poniendo en juego todo mi imperio en Rusia… esto debía salir perfecto, pero en caso de que no lo saliese, me encontraba armado hasta los dientes, y por ello mi decisión de entregarle un arma a Ivonne, ahora solo estábamos ella y yo, no estaba Antoine, no estaba Aleric, solo nosotros.— Conoceremos todo lo que quieras, amor. — mencioné. — Pero primero la cena con los De Rosa. — agregué nuevamente.— Hablas cómo si fueran imponentes, además, parece más una cena de negocios que una cena de visitas. — mencionó ella.— Claro, tendremos tiempo para v
Ivonne Petrova.Margarita resultó ser una mujer bastante agradable para la vida que llevaba, llena de lujos, es más, yo que toda la vida viví rodeada de ellos se me hacían pocos comparados a los que estaba acostumbrado Bruno, ¿Será que así era cómo vivía Nikolay antes de irse a España?Él parecía feliz al encontrarse con su viejo amigo, más aún cuando el hijo mayor de este se acercó hasta donde se encontraban, Massimo, alcancé a escuchar su nombre, Nikolay lo tomó en sus brazos, él sabía perfectamente que no era muy probable que pudiera tener hijos, ¿Será que solo me decía que no los quería para no hacerme sentir mal? Lo quedé mirando con tristeza, no quería que se sintiera decepcionado de mí, de mi incapacidad para convertirlo en padre.Ahora nos encontrábamos todos cerca de la piscina, Margarita me había pasado uno de sus trajes de baño de una pieza, claro que los utilizaba desde antes de quedar embarazada, o al menos eso pensaba, aunque más bien la prenda parecía nueva, seguramente
Nikolay Petrov No podía creer que había caído en su juego, pero tampoco podía creer que sus nudos fuesen tan malos, literalmente me había soltado hace unos minutos sin que ella se diera cuenta, pero quería saber cuáles eran sus alcances en este momento. — Me vas a hacer explotar, Ivonne. — mencioné sonriendo mientras miraba a Ivonne concentrada moviéndose encima de mí rozando su mojada y deliciosa vagina sobre mi miembro, tenía deseos de tomarla en mis brazos y hacerla mía cómo había querido desde que la vi en aquel traje de baño. — Déjame hundirme en ti preciosa, sabes que lo deseas también. — M****a, tú nunca aprenderás, ¿Verdad? — preguntó ella sonriendo, sus mejillas se encontraban rojas debido a la tensión, pasión y deseo que sintiésemos, es que siempre que nos juntamos de esta manera no podemos terminar de otra forma. — Quiero que me hagas el amor tan duro, Nikolay. — mencionó nuevamente y ya no aguanté más, necesitaba tocarla, necesitaba pegarla contra mi cuerpo y sentirla po
Ivonne WilsonGolpes en la puerta, sonidos de armas disparándose, los hombres de Bruno cayendo al piso heridos o muertos, de pronto todo mi mundo se nubló de rojo y pólvora, y mucho lejos de querer huir para refugiarme buscaba a todos lados a Nikolay.— ¡Ivonne aquí! — escuché su voz viniendo tras de mí, corrí hacia él mientras él me abrazaba en sus brazos. — ¿Estás bien? — preguntó, pero no podía decir nada, me encontraba casi en un ataque de pánico, recordé la noche en que salí huyendo del internado, no quería que se repitiera la historia. — ¡Maldita sea Ivonne! ¿Estás bien? — volvió a preguntar, atiné a asentir y pareció calmarse un poco. — Vamos. — comentó tomándome del brazo y jalando de mí, pero los hombres que habían ingresado ya estaban muy cerca.— Nikolay. — susurré mientras miraba mi bolso queriendo dar a entender que el arma seguía allí. Él negó con la cabeza provocando que me confundiera.— No quiero que te lastimen Ivonne, nos entregaremos y veremos qué es lo que quieren
Nikolay PetrovUno de los días más negros de mi vida fue cuando el hombre que conocía cómo mi padre, Alexander Petrov, aceptó su derrota ante este imbécil que aseguraba ser mi padre biológico, mi madre por supuesto no lo negó, pero no fue un engañó, en ese momento la alianza más grande que había era entre los rusos e italianos, y este cabrón De Rosas se aprovechó para violar a mi madre.Alexander se enteró, pero tenía perfectamente que, si lo asesinaba correría sangre no solo en distintas organizaciones, sino que también en ambos países, no solo habría una guerra de bandos, también una guerra política, De Rosas tenía información acerca de nosotros los Petrov y en Italia, él tenía peso político, cosa que nos convenía.— Te irás de mi país Ángelo, dejarás a mi familia y no comentarás nunca más que mi hijo Nikolay es tuyo, él es un Petrov y quiero creer por la amistad que algún día tuvimos, que tomarás la mejor decisión para ambos, porque sabes muy bien cómo terminarán las cosas. — menci