—Nikolay, veo que tienes razón en decir que a esta muchacha no le da miedo enfrentarse ni con el mismísimo diablo con tal de conseguir sus objetivos. Sé lo cabrón que puede llegar a ser Antoine cuando se trata de romper las órdenes encomendadas. —agregó nuevamente. —Es una pequeña guerrera. —mencionó provocando que mis mejillas se enrojecieran, pero producto de la poca iluminación de la casa nadie se percató de ello, cosa que agradecí—. Ahora vamos, necesito sacarme esta bala ya, antes de que se mueva. —agregó el ruso—. No debiste venir aquí, Ivonne. Y tú no debiste traerla contigo. —dijo refiriéndose a Antoine. —Ni te ensañes con él, ruso. No fue su culpa, sabes muy bien lo odiosa que puedo llegar a ser, además, gracias a ti pude encajar un golpe en la mandíbula de Antoine, también le preocupaba no saber de ti. —mencioné sonriendo mientras tomaba su mano y veía cómo Antoine se acercaba para darle la mano también. —Gracias Antoine, hubiera muerto si no hubiesen llegado, nos quedamo
Ivonne WilsonVer a Nikolay por primera vez en la vida así de débil realmente me había afectado, aunque trataba de que no lo sintiera, de alguna manera quería permanecer fuerte para él, dándole fuerzas y ganas de seguir luchando, no sé por qué en algún momento sentí que este obstinado hombre había vencido a la muerte en un intento de querer saber cómo se encontraba mi vida. —¿Cómo te encuentras hermosa? —preguntó el ruso sacándome de mis pensamientos—. Te prometo que pronto nos iremos a nuestro hogar. —mencionó nuevamente. Esta vez tratando de levantarse de la cama, sin poder conseguirlo del todo, al menos no del todo. —Estoy bien, dime, ¿Por qué no vamos a un hospital? —mencioné sonriendo de lado, no me sentía bien, nada bien al ver a Nikolay en aquel estado—. Estuviste perdiendo sangre por mucho tiempo. —mencioné sonriendo nuevamente, pero a él parecía no importarle aquel pequeño detalle, cosa que solo me hacía enojar aún más. —Porque Aleric ya hizo su trabajo, si la muerte quisi
Nikolay PetrovEscuchar a Ivonne hablando tan estructuradamente me confundía, pero sabía perfectamente que sus últimos años habían sido complicados, por lo que entendía perfectamente por qué tenía que utilizar tanta estrategia, usaba las tácticas para sobrevivir, también sería un estratega en potencia si hubiese pasado por lo mismo.—Bien, entonces dile a tu hijo que nos siga escuchando, no tenemos problemas con ello... —mencionó ella sonriendo—. Ahora necesito que tú, Aleric, revises nuestros teléfonos y veas si alguno está hackeado también, de ser el caso no nos quedan muchas opciones. —mencionó ella sonriendo de lado.Antoine y ella le dieron su teléfono. De pronto sentí cómo Aleric lanzaba ambos teléfonos contra la pared.—No puede ser, maldita sea. —mencionó él llevando sus manos a su cabeza.—Que mierda está pasando. ¡No saldremos nunca de este agujero! ¡ES ESO! —pregunté nuevamente. Esta vez bastante enojado, esta vez queriendo escapar enseguida de este lugar.—Sí, sí volveremo
Ivonne WilsonDías después. Nikolay se encontraba la mayor parte del tiempo en su oficina junto con Antoine y con Aleric, por alguna razón ya no me citaban a sus reuniones, en parte entendía a Nikolay, no quería que me metiera demás en sus negocios, y yo tampoco quería hacerlo, pero la ansiedad que sentía al querer ayudar al hombre que cada mañana se colaba en mis pensamientos podía más conmigo. —Recuerda que hoy tengo que ir a ginecólogo. —mencioné cuando sentí al ruso levantarse, aun no permitía que me tocase, la última vez sus puntos terminaron cortándose y perdió mucha sangre, pero no era un impedimento para ninguno de los dos al dormir juntos, por lo general, de igual manera dormíamos sin nada de ropa. —Lo sé, yo te acompañaré. —mencionó él volviendo a acostarse y dejando un leve beso en mis labios—. Creo que ya está bueno de esta distancia que hemos puesto entre nosotros, mira, ya estoy bien. —susurró besándome con más deseo que antes. Sonreí y correspondí a sus besos. —Defi
Nikolay PetrovAunque sonase machista, me encantaba tener a Ivonne solo para mí, saber lo que mis caricias podían ocasionar en su cuerpo, porque era exactamente igual a lo que ella causaba en mí, aunque no lo supiese, sabía perfectamente que se daba cuenta.—¿En qué piensas ahora? —preguntó Aleric que se encontraba junto a mí en el escritorio, estábamos por descubrir la identidad de la persona que nos quería joder hace apenas una semana. —Te necesito concentrado Nikolay, ya ves lo que pasó la última vez cuando nos pillaron volando bajo. —mencionó nuevamente.—Sí cabrón, lo sé. Es solo que estoy preocupado por Ivonne. —mencioné sincerándome con Aleric, a quien consideraba un buen amigo. —La última vez que estuvo en una situación como esa terminó con un ataque de ansiedad, por poco tuve que llevarla al hospital. —mencioné nuevamente. —No tengo putas intenciones de que eso vuelva a pasar. —agregué nuevamente.—Es normal que eso sucediese, pedazo de imbécil, ella nunca había pasado por es
Ivonne Wilson— Bien hecho, hermosa. — mencionó Nikolay mirándome con una sonrisa en su rostro, no podía creer todo lo que había pasado, no podía creer que le había hecho daño al hombre que se estaba metiendo en mi corazón cada día más. — Pero aún tienes dudas de lo que acabas de hacer, entiende Ivonne, en este mundo, la duda es muerte. — agregó acercándose nuevamente a mí y besó mis labios con pasión.— Lo sé, Nikolay, cuando sea el momento no dudaré. — mencioné sonriendo, él separó nuestros cuerpos, pude ver en sus ojos que la rabia se apoderaba de él.— No tienes por qué meterte en mis líos Ivonne, y aunque lo hicieras, tienes personas dispuestas a dar la vida por ti. — mencionó de pronto. Vi cómo Antoine se acercaba hasta donde nosotros, seguro que iba a apoyar a su patrón, dios mío estos hombres.— El señor Petrov tiene razón Ivonne. — mencionó Antoine a mis espaldas. — Esto es solo un entrenamiento que realizas para aprender, no para aplicar, porque todos los hombres que trabaja
Nikolay PetrovUna cosa podía explicar lo que estaba pasando entre nosotros en este momento, deseo, descontrol, amor… sí amor, no tenía ni puta idea de cómo debía sentirse el amor, pero si alguien podía enseñarme a sentirlo era Ivonne, nadie mejor que ella podría hacerlo, nunca escogería a nadie por sobre ella.— Quiero tenerte dentro de mí. — mencionó ella sonriendo mientras seguía rozando nuestras entrepiernas, lo que solo nos provocaba sentir que nuestros cuerpos quemaban de deseo, necesita devorar a aquella mujer, sentía que reventaba por dentro y todo esto lo provocaba ella, con sus caricias, con sus besos, con su cuerpo.— Y yo quiero estarlo. — susurré levantando su cuerpo un poco para bajar sus pantalones, me había deshecho de su blusa hace rato. — Eres mi mayor deseo, la causante de esto que sientes entre tus piernas. — mencioné nuevamente sonriendo y apresando sus labios, mordiendo el inferior.Gimió sobre mis labios provocando que toda mi piel se erizase, entré en ella sin
Ivonne WilsonNunca había sentido tanto miedo al hacerme una prueba de embarazo, en primer lugar, porque la primera vez que lo hice fue desastrosa, tuve la mayor discusión de mi vida con el hombre que suponía amar, ni siquiera fue capaz de acompañarme a comprar el test, cosa que me decepcionó, fue una experiencia más a la bolsa de decepciones que me daba Julián, ahora, con Nikolay, al ver cómo se adelantaba a mi movimiento y me acompañaba a hacerme la bendita prueba mi pecho se encendió, mi corazón latió con fuerza.— Ivonne, algún día seremos padres y tú serás la madre más hermosa de este mundo. — mencionó el hombre sacándome de mis pensamientos. — No sé qué sucede, pero quiero pedirte perdón. — agregó y lo quedé mirando desconcertada. — Sabía perfectamente que no estabas usando ningún método anticonceptivo y de igual manera dejé de utilizar el condón, no era mi intención que recordaras experiencias pasadas. — mencionó nuevamente.— Nikolay… mi ruso. — dije tomando sus manos, besando