Me dejé llevar por el deseo carnal de poseer a la mujer que se encontraba debajo de mi cuerpo y no era nada complicado, ella sonreía y gemía a la vez, también se estaba entregando a mí por deseo, por nada más que la pasión pura de poseernos.—Eres hermosa. —mencioné devorando sus labios, lo único que deseaba era hundirme una y otra vez dentro de ella, de distintas maneras y sabía, por sus movimientos de cadera contra mi cuerpo, que ella también lo quería, también lo deseaba.—Acuéstate. —dijo ella, creí no haber escuchado bien, pero sí, me lo había pedido, quedé absortó, pero obedecí, por lo general las mujeres eran quienes cumplían mis caprichos, no al revés. Pero esta vez era diferente y me sentía completamente enloquecido, nunca hubiese esperado que se desenvolviera de esta manera en la cama, aunque, a pesar de que estuvo varios años de su vida como prisionera en aquel internado, había podido experimentar con aquel tal Julián, cosa que por momentos me volvía loco de ira porque, por
Ivonne Wilson—No, no lo estaría, simplemente tendrías que acatar mis reglas y comportarte cómo mi esposa. Debes ponerte en tu lugar. —mencionó provocando que mi cuerpo ardiera de coraje.—Escucha bien, Nikolay. —dije apuntándolo con uno de mis dedos—. Yo sé muy bien cuál es mi lugar y cómo debo aparentar frente a todos así que no vengas a tratar de insultarme o querer tomar posesión de mí por lo que sucedió ayer. —agregué y de pronto sentía un sabor amargo en mi boca.—¿Es idea mía o te molesta lo que pasó entre ambos? —preguntó él, pues claro que no, lo que me molestó es que no se diera cuenta de que me encantado la idea de pasar toda la noche con él, ya fuese durmiendo pegada a su cuerpo o teniendo sexo toda la noche, pero no, solo se quedó con mis palabras, las que yo misma había dicho esperando que me contradijera, pero fue una tonta ilusión.—No, ¿No te diste cuenta de que lo disfruté? —mencioné en medio de una sonrisa—. Pero eso no te da el derecho de querer que sea algo que no
Nikolay PetrovNi siquiera sabía que mierda estaba haciendo, si hacía bien en revelarle lo que me hacía sentir, porque ni siquiera yo sabía que estaba sintiendo en estos momentos, simplemente sabía que aquella mujer me volvía completamente loco de diferentes formas, pero estaba claro en algo, esta noche quería volver a hacerla completamente mía, igual que la noche anterior, deshacerme de cada una de sus prendas y recorrer con mis manos su piel.—Ah… Nikolay más, por favor. —gimió ella debajo de mi cuerpo provocando que cada musculo de mi cuerpo se tensara, yo también quería más, mucho más—. Así… —volvió a gemir, esta vez moviendo su cuerpo contra el mío para intensificar las estocadas que le proporcionaba.—Me encantas preciosa… me encantas. —mencioné nuevamente, sonreí de lado mientras volvía a presionar sus labios contra los míos y le daba más de lo que le gustaba, definitivamente dejarme llevar por el deseo y la pasión pura era un placer cuando se trataba de poseer el cuerpo de Ivo
Ivonne WilsonLa sensación de estar con él en estos momentos se me hacía indescriptible, la necesidad que tenía de que su cuerpo se uniera al mío parecía quemarme el cuerpo, necesitaba de él, así como él también necesitaba de mí y me lo dejaba claro con cada estocada que me proporcionaba.Sonreí dejándome llevar por las sensaciones que experimentaba, el ruso era puro fuego y me lo traspasaba con cada caricia que dejaba sobre mi piel, me encantaba todo esto, sentirme tan deseada era lo que siempre había querido y no lo había conseguido, al menos no con Julián, no de esta manera, Nikolay estaba dispuesto a satisfacerme más a mí que a él mismo y eso solo lograba que me encendiera aún más.—Eres fuego, ruso. Y eso me encanta. —comenté sonriendo mientras enterraba mi rostro en su cuello, para besar, lamer y morder cada parte de él.—Y tú no te quedas atrás, hermosa. —mencionó el hombre que con ambas manos sujetó mis senos y comenzó a hacer presión en ellos, masajeándolos de maneras placent
Nikolay PetrovDesperté por la mañana esperando cualquier cosa, esperando sentir cualquier cosa, pero la verdad me sorprendí aún más de lo que mi marchito corazón podía llegar a sentir por aquella chica, que, sin siquiera esperármelo, se coló profundamente dentro de él. Su espalda desnuda se había convertido en lo que mis ojos deseaban ver cada mañana al despertar, ¿Cómo era posible? No tenía ni la más mínima idea, pero Ivonne se había transformado en mi droga favorita, una que no dejaría ir, por muy loco que sonase, y qué, probablemente acabaría con lo poco de corazón que aún mantengo si es que decidiera irse. Mi teléfono sonó, se trataba del coyote, quien nos viera, ahora me encontraba yo en el lugar que él tuvo hace tantos años, antes de que decidiera, más por inmadurez que por otro motivo, acabar con su relación de años, aunque, en mi parecer, fue lo mejor que pude hacer, no merecía a una mujer cómo ella. —Aleric, dime, ¿Qué sucede? —pregunté, claro que tratando de no hacer muc
—Mierda, esto se está saliendo de control, necesito recuperar pronto todo mi poder. —mencioné.—Mi padre falleció Nikolay. —mencionó—. El viejo no quiso acompañarme a la casa de seguridad y terminó muriendo, atacaron con la noche, nunca había visto tanta planeación y tanto orden para buscar a su objetivo, sabían perfectamente donde se encontraba cada habitación. —agregó el hombre, y por primera vez en la vida, sentí que su voz tenía piscas de miedo.Tragué duro.—Necesito que descubramos que mierda está pasando aquí. —mencioné sonriendo de lado—. No volveré a casa hasta que me digas cómo podemos solucionar toda esta mierda. —agregué nuevamente.Me dispuse a llamar a Ivonne, ya debería estar despierta y lo estaba, nuestra conversación fue un intercambio de palabras, Aleric seguía tecleando cómo loco en el ordenador, esperaba que todo saliera lo más rápido posible, de pronto escuchamos disparos, tomé mi arma de la pretina de mi pantalón y miré a la calle, mis hombres estaban muertos y
—Nikolay, veo que tienes razón en decir que a esta muchacha no le da miedo enfrentarse ni con el mismísimo diablo con tal de conseguir sus objetivos. Sé lo cabrón que puede llegar a ser Antoine cuando se trata de romper las órdenes encomendadas. —agregó nuevamente. —Es una pequeña guerrera. —mencionó provocando que mis mejillas se enrojecieran, pero producto de la poca iluminación de la casa nadie se percató de ello, cosa que agradecí—. Ahora vamos, necesito sacarme esta bala ya, antes de que se mueva. —agregó el ruso—. No debiste venir aquí, Ivonne. Y tú no debiste traerla contigo. —dijo refiriéndose a Antoine. —Ni te ensañes con él, ruso. No fue su culpa, sabes muy bien lo odiosa que puedo llegar a ser, además, gracias a ti pude encajar un golpe en la mandíbula de Antoine, también le preocupaba no saber de ti. —mencioné sonriendo mientras tomaba su mano y veía cómo Antoine se acercaba para darle la mano también. —Gracias Antoine, hubiera muerto si no hubiesen llegado, nos quedamo
Ivonne WilsonVer a Nikolay por primera vez en la vida así de débil realmente me había afectado, aunque trataba de que no lo sintiera, de alguna manera quería permanecer fuerte para él, dándole fuerzas y ganas de seguir luchando, no sé por qué en algún momento sentí que este obstinado hombre había vencido a la muerte en un intento de querer saber cómo se encontraba mi vida. —¿Cómo te encuentras hermosa? —preguntó el ruso sacándome de mis pensamientos—. Te prometo que pronto nos iremos a nuestro hogar. —mencionó nuevamente. Esta vez tratando de levantarse de la cama, sin poder conseguirlo del todo, al menos no del todo. —Estoy bien, dime, ¿Por qué no vamos a un hospital? —mencioné sonriendo de lado, no me sentía bien, nada bien al ver a Nikolay en aquel estado—. Estuviste perdiendo sangre por mucho tiempo. —mencioné sonriendo nuevamente, pero a él parecía no importarle aquel pequeño detalle, cosa que solo me hacía enojar aún más. —Porque Aleric ya hizo su trabajo, si la muerte quisi