Ivonne WilsonNo sabía en qué momento y qué estaba pensando cuando acepté casarme con el ruso, sin dudas mi vida cambiaría, al igual que la suya, tenía miedo de que intentase que algo más pasase entre nosotros, pero había prometido que no lo haría.—¿Sucede algo? —preguntó el ruso sentándose frente a mí en la gran mesa del comedor.—Solo pensaba, pero no importa, dime cuando estemos listos, y, por cierto, ya han pasado varios días, el tema de los muertos debe haberse calmado ya, quiero ir a ver a mi amiga. —mencioné pensando en que Nikolay probablemente me había mentido en el momento en que me dijo que había comprado una sepultura para ella.—Tienes razón, no he cumplido una de las tantas promesas que te he hecho en tan poco tiempo. Esta misma tarde te llevaré con ella y debes de saber que, efectivamente, la chica cuenta con tres hermanos, ya mandé a mis hombres a investigar sobre su vida… cuando me digas traeré a los niños aquí. —agregó el hombre dejándome boquiabierta, no podía cree
Nikolay PetrovQuería lucirme con la mujer, aunque fuese un matrimonio falso no quería que usase cualquier baratija, menos si yo también lo usaba, tengo el dinero y puedo despilfarrarlo de la manera en que quiera, por otra parte, me sentía molesto por lo que había dicho en la mañana sobre el trabajo que estaba realizando para mí, sí, era verdad, pero por alguna razón aquello me había golpeado directamente, me había hecho sobrepensar la situación que estaba viviendo en estos momentos.Es por lo que había decidido tratarla por igual, cómo si solo se tratase de una empleada más para mí, pero cuando la llamé por su apellido pude notar cómo algo dentro de ella también se quebraba, no podía comprender realmente que estaba pasando entre nosotros y ella tampoco tenía la más mínima idea.— Sí, en unas manos cómo las tuyas cualquier baratija se vería excelente, Ivonne. —mencioné—. Sé qué hace un rato te llamaba por tu apellido, pero siento que si seremos marido y mujer es mejor que nos llamemos
Ivonne WilsonEstaba junto al ruso, quien se había quedado helado al escuchar las condiciones precarias de la señora junto a la pequeña, creo que él juzga muy rudamente a las personas que lo rodean y no lo culpo, su vida ha sido diferente, consumido por un mundo en que la desconfianza te mantiene con vida, y no es que yo fuese mucho mejor que él, durante mi estadía en aquel horrible internado me di cuenta de la realidad de muchas personas también.Salimos de aquel lugar, Nikolay tomaba mi mano y yo no me negaba a que lo hiciera, es más, necesitaba de su compañía en estos momentos, necesitaba la fuerza para ver a mi mejor amiga en una tumba, nunca más volvería a ver a Ann en mi vida y dolía, dolía porque, a pesar de todo lo que vivimos, nunca pude decirle realmente cuanto la quería.—Creo que tenías razón esta vez. —susurró—. La pequeña ni siquiera era hija de la mujer, sino su nieta. —mencionó nuevamente.—Una madre que no quiere hacerse cargo de su hija tal vez, o que esté trabajando
Cuando salimos camino al auto de Nikolay muchas personas se acercaron a nosotros, tomando fotografías y dejándonos medios ciegos por el flash de las cámaras, bueno más a mí que al ruso, supongo que él ya conocía este mundo, digo, en Rusia debía moverse bajo una fachada para ocultar las grandes sumas de dinero que manejaba su familia y que obvio, siguen manejando.—La feliz pareja se encuentra recorriendo los cementerios en memoria de una muy buena amiga de ambos. —mencionó una mujer que parecía ser una periodista, o alguna mujer de aquellos canales de chismes, no estoy muy segura de ello—. ¿Podremos saber cómo fue que el magnate más codiciado de toda Rusia conoció a la heredera de la empresa de telecomunicaciones más grande del mundo? —mencionó nuevamente.Nikolay PetrovSeguro esto era obra de Antoine, esta era su manera de que todos se enteraran de buena fe que Nikolay Petrov e Ivonne Wilson están comprometidos en matrimonio.—Sí, estamos velando que las condiciones de nuestra amiga
Me dejé llevar por el deseo carnal de poseer a la mujer que se encontraba debajo de mi cuerpo y no era nada complicado, ella sonreía y gemía a la vez, también se estaba entregando a mí por deseo, por nada más que la pasión pura de poseernos.—Eres hermosa. —mencioné devorando sus labios, lo único que deseaba era hundirme una y otra vez dentro de ella, de distintas maneras y sabía, por sus movimientos de cadera contra mi cuerpo, que ella también lo quería, también lo deseaba.—Acuéstate. —dijo ella, creí no haber escuchado bien, pero sí, me lo había pedido, quedé absortó, pero obedecí, por lo general las mujeres eran quienes cumplían mis caprichos, no al revés. Pero esta vez era diferente y me sentía completamente enloquecido, nunca hubiese esperado que se desenvolviera de esta manera en la cama, aunque, a pesar de que estuvo varios años de su vida como prisionera en aquel internado, había podido experimentar con aquel tal Julián, cosa que por momentos me volvía loco de ira porque, por
Ivonne Wilson—No, no lo estaría, simplemente tendrías que acatar mis reglas y comportarte cómo mi esposa. Debes ponerte en tu lugar. —mencionó provocando que mi cuerpo ardiera de coraje.—Escucha bien, Nikolay. —dije apuntándolo con uno de mis dedos—. Yo sé muy bien cuál es mi lugar y cómo debo aparentar frente a todos así que no vengas a tratar de insultarme o querer tomar posesión de mí por lo que sucedió ayer. —agregué y de pronto sentía un sabor amargo en mi boca.—¿Es idea mía o te molesta lo que pasó entre ambos? —preguntó él, pues claro que no, lo que me molestó es que no se diera cuenta de que me encantado la idea de pasar toda la noche con él, ya fuese durmiendo pegada a su cuerpo o teniendo sexo toda la noche, pero no, solo se quedó con mis palabras, las que yo misma había dicho esperando que me contradijera, pero fue una tonta ilusión.—No, ¿No te diste cuenta de que lo disfruté? —mencioné en medio de una sonrisa—. Pero eso no te da el derecho de querer que sea algo que no
Nikolay PetrovNi siquiera sabía que mierda estaba haciendo, si hacía bien en revelarle lo que me hacía sentir, porque ni siquiera yo sabía que estaba sintiendo en estos momentos, simplemente sabía que aquella mujer me volvía completamente loco de diferentes formas, pero estaba claro en algo, esta noche quería volver a hacerla completamente mía, igual que la noche anterior, deshacerme de cada una de sus prendas y recorrer con mis manos su piel.—Ah… Nikolay más, por favor. —gimió ella debajo de mi cuerpo provocando que cada musculo de mi cuerpo se tensara, yo también quería más, mucho más—. Así… —volvió a gemir, esta vez moviendo su cuerpo contra el mío para intensificar las estocadas que le proporcionaba.—Me encantas preciosa… me encantas. —mencioné nuevamente, sonreí de lado mientras volvía a presionar sus labios contra los míos y le daba más de lo que le gustaba, definitivamente dejarme llevar por el deseo y la pasión pura era un placer cuando se trataba de poseer el cuerpo de Ivo
Ivonne WilsonLa sensación de estar con él en estos momentos se me hacía indescriptible, la necesidad que tenía de que su cuerpo se uniera al mío parecía quemarme el cuerpo, necesitaba de él, así como él también necesitaba de mí y me lo dejaba claro con cada estocada que me proporcionaba.Sonreí dejándome llevar por las sensaciones que experimentaba, el ruso era puro fuego y me lo traspasaba con cada caricia que dejaba sobre mi piel, me encantaba todo esto, sentirme tan deseada era lo que siempre había querido y no lo había conseguido, al menos no con Julián, no de esta manera, Nikolay estaba dispuesto a satisfacerme más a mí que a él mismo y eso solo lograba que me encendiera aún más.—Eres fuego, ruso. Y eso me encanta. —comenté sonriendo mientras enterraba mi rostro en su cuello, para besar, lamer y morder cada parte de él.—Y tú no te quedas atrás, hermosa. —mencionó el hombre que con ambas manos sujetó mis senos y comenzó a hacer presión en ellos, masajeándolos de maneras placent