¿Sera este realmente el momento en el que vuelvo a este mundo por fin? ¡Ojala que si! Elena merece que su historia sea escrita y los demas merecen leer su final. Espero que a todos les guste y no olviden nunca se rindan!
Los siguientes meses luego de eso pasaron tan rápido que a Elena ni siquiera se le ocurrió poner atención a algo más que a su hijo, hasta que se encontró cara a cara con su madre parada al otro lado de la puerta de su departamento. Lo más sorprendente de eso era que no había razón aparente para que eso sucediera, Elena había hablado constantemente con Richards, lo mantenía en su vida como un par de manos extra para cuidar a su hijo, aunque honestamente, con la ayuda de Peter poco era lo que necesitaba del otro alfa. Quizás para hablar cosas que no solía hablar con Peter, como un amigo más parecido a pretendiente, pero sin ser del todo pretendiente. Noah lo llamaba una amistad basada en una fantasía de potencial, porque Elena solo quería que alguien calentara su nido, pero tenía miedo de preguntar. Durante meses, ignoró que había descubierto eso. —La mal nacida de mi madre está golpeando la puerta —Y casi como si hubiera sido invocada, la mujer golpeó de nuevo en su entrada. —¿Qué c
Unos días después, Elena se encontró a sí misma aun con la duda de lo que era o no correcto para su hijo, por lo que, eso era lo que estaba en su mente mientras disfrutaba el viento en su rostro en el auto de Richards. Usualmente se encontraban los domingos, a veces con Paul, a veces solo ellos solos, justo como ese día. El alfa era bastante bueno para tener dinero, ese era el primer punto, ya que, no había problema en contratar una niñera por unas horas para que su pequeño Paul quedará en unas manos seguras donde descansar. Nunca eran más de tres horas, pero Elena aún sufría mucho sin tenerlo a su lado. Tal vez por eso estaba pensando con más fuerza en su futuro, porque lo extrañaba demasiado. —Hoy estás más callada que de costumbre —dijo de imprevisto Richards, atrayendo la atención de Elena—. ¿Ocurrió algo hoy?—Mi madre me visitó hace algunos días.—... Oh —Rich carraspeo un segundo, oliéndose incómodo—. No tenía idea. Ella volvió a mirarlo, sintiendo que mentía. —Ella implic
La idea de una buena madre es la idea de una madre con dinero.Elena observó en silencio a los adorables niños corriendo por el jardín de la casa de su madre, preguntándose a sí misma quienes eran y porque demonios estaban en el babyshower de su hijo. Ya había sido suficientemente malo el viaje de horas con Paul en su estado más enojado, con Peter en completo silencio y Noah haciendo su mejor intento de hacer todo más ameno en el viaje. Por supuesto, lo más terrible no ocurrió hasta que se bajó del auto y vio la parafernalia fiesta que su querida madre le había dicho era una “pequeña” reunión. Elena no era tan ingenua, ella ya esperaba algo así. No quería decir que no le molestaba. —Bonita forma de mostrar egocentrismo —comenzó a decir Peter, mientras observaba de nuevo la casa donde habían ido ni un año atrás—. Estoy casi seguro que si raspó la pared caerían pepitas de oro. —No seas absurdo —se quejó Elena, sintiéndose un poco estresada—. Pero el material puede valer tal cual com
Elena Moonflower se prometió a sí misma que el día en que cayeran pétalos de rosas del cielo purpura sería el día en el que se entregaría a otro alfa. Antes había sido la luna prometida para un poderoso alfa, también había dejado que otro de esos se metiera entre sus piernas y la embarazara, aunque no juzgaba muy duro ese pequeño detalle, porque le había dado la cosa que más amaba en la vida; su hijo. Aun así, no quería nada que ver con otro alfa, no importaba de qué manada fuera, ni del sol, ni oscura, ni de nada, los quería lejos, los necesitaba lejos, lejos de ella y de su hijo. Ni siquiera aunque no supiera exactamente cómo vivir sin dinero, sin amigos y por otra persona. Sin embargo, luego de un tiempo, sabía que se le haría imposible evitarlos, de manera que la forma en la que conoció a Peter Bluenight fue justo cuando todo se le iba de las manos. Peter era un alfa dueño del bar cabaret más famoso de la ciudad, usualmente se enfocaban en el arte detrás de la sensualidad, pero a
Elena había llorado tanto que casi no podía sentir las mejillas mientras el frío del otoño la golpeaba repentinamente mientras corría por las calles de su pueblo hacia su escondite especial. Lo había llamado hace horas, de manera que sabía que él tenía que estarla esperando en su lugar, su pequeño nido de amor. Tenían que ser rápidos, era por eso que ella había corrido en su encuentro, todo el mundo estaba celebrando que era su cumpleaños en unos días, lo que quería decir que cumplía los dieciocho años necesarios para por fin lograr comprometerse con el sol de su manada, con su alfa. Eso quería decir, por supuesto, que todo el mundo estaba como loco en casa, buscando medidas, haciendo vestidos, comida, decoraciones, todo lo que se requería para un cumpleaños y eventualmente al casamiento que les habían prometido hace años.Ella había creído para convertirse en la esposa del líder, sin embargo, mientras llegaba por fin al bosque y entraba apuradamente, temblando como un animal, no se
Realmente hasta la llegada de su bebe, iba a pasar toda la vida junto a él, en un matrimonio donde no habían sentimientos y lo mejor que se iban a dar entre ellos eran hijos que no querían tener. Richard sonrió ante su respuesta, alejándose en completo satisfecho y sin haberla tocado en lo más mínimo. Ellos tampoco pasaban tanto tiempo juntos y no pensaba que eso fuera a cambiar si se casaban. Le esperaba una vida de soledad, de engendrar hijos y ser la bonita esposa “líder” del alfa de la manada. —Nos vemos en tu fiesta, querida florecilla —murmuró el hombre, haciendo una pequeña reverencia antes de caminar a la puerta.—Si, nos vemos. Elena se quedó sentada un momento, viendo la pequeña joya entre sus dedos, que sin dudar tenía que ser tan cara como lo parecía, sino es que más. Él había elegido un collar porque quería que todos supieran que él lo había comprado para ella en su fiesta de cumpleaños. Eso a pesar de que ella tendría que asistir con el vestido plateado que habían ele
Elena abrió los ojos como platos al sentir su cercanía, porque realmente la había tomado por sorpresa, de manera que se demoró un poco antes de alejarse, poner una mano entre ellos y mirarlo a los ojos como si recién la hubiera abofeteado en el rostro. Sin embargo, era Fred quien parecía más afectado, quitando toda la calidez de sus ojos, pero manteniendo una intensidad que ella no terminaba de comprender. Lo único que sabía, era que, esto era lo que se suponía que tenía que ocurrir, porque Fred le acababa decir que trabajaba con intercambio y él había intercambiado sus recursos por su cuerpo. Ella se dio cuenta de que eso iba a pasar, le gustara o no. —¿Qué haces? —le preguntó ella, frunciendo el ceño a pesar de que sentía que no debería hacerlo. Debería estar triste, no molesta. —Vamos, sabes que quieres un poco de amor —Fred intentó acercarse nuevamente a ella, solo para que Elena terminara alejándose, incluso levantándose más rápido de lo que debería, por lo que sintiendo un re
Lo que sí sabía era que ella haría todo por proteger a su hijo. No importaba que tan crudo fuera el invierno y que tan mal estuviera el mundo, Elena de alguna manera encontraba fuerza en la idea de utilizarse como escudo para que todas las balas que el universo quería enviarle a su hijo, le llegaran a ella, pero ella era solo una niña, que al parecer, jamás había logrado desarrollar esa pequeña habilidad que le decía cuando una decisión era buena o mala. De esa manera, todo lo bueno que le pasaba parecía como buena suerte y todo lo malo, seguía siendo su culpa. Ese día, luego de siete meses de embarazo, siete meses sin familia, sin alfa, sin manada y sin apellido, la buena suerte le volvió a dar un respiro.Lo siguiente para que siguiera adelante. Se le habían perdido las llaves de su departamento.—Jodeme —murmuró para sí misma, mientras se dejaba caer al suelo. Junto a su departamento, estaba la escalera para subir a los siguientes, de manera que con complejidad se sentó en el p