Si bien Damián estaba acostumbrado a los shows, a las entrevistas, y por ende, a la exposición y las críticas, estaba preocupado por esa entrevista en particular por nada más y nada menos que Ciabel.Los dos habían puesto mucho de sí para estar listos ante este espectáculo. Le preocupaba que al salir mal, su prometida se sintiera inútil. Después de todo, había expresado claramente que no sentía que aportaba mucho para el contrato. Damián no lo veía así, pero la entendía.Él era tan crítico con sí mismo como lo era ella. Por un instante, mientras se arreglaba y un maquillador le daba ligeros toques de maquillaje para hacerlo ver aún mejor frente a la cámara y que las luces del escenario no opaquen su rostro, tuvo curiosidad de cómo fue la vida de Ciabel como para no terminar siendo la reina de la pasarela como parecía serlo en los viejos tiempos. Durante la secundaria, la pudo imaginar yendo a miles de entrevistas hablando de su vida y su éxito como modelo. No obstante, esas cosas hab
Cuando una persona observa la perspectiva desde lejos, la vida de los famosos no parece realmente complicada. Ciabel recordó las veces que había visto ese mismo show cuando era más joven y lo despreocupado que se sentía todo. Los chismes eran entretenidos y los datos serios eran atrapantes. Siempre se había preguntado qué se sentía estar del otro lado de la pantalla. Ahora lo estaba. Los reflectores, las cámaras, el público y los presentadores estaban delante de ambos. No sentía emoción, ni poder. Sencillamente, era como estar caminando en una cornisa. Atribuyó esto al hecho de que era una novata.—Entonces...Habló la presentadora con una flamante sonrisa y se acomodó de modo que observaba a ambos.Al mismo tiempo, los dos tomaron asiento en el sofá grande. El castaño se recostó cómodamente en este y Ciabel se sentó a su lado, sin llegar a tener la tranquilidad necesaria para poder estar tan relajada como él. Sin embargo, se apoyó en su hombro y tomó la mano de él entrelazando los
El silencio se apoderó del lugar más rápido de lo que lo habían hecho las palabras de Ciabel.Cualquiera pensaría que salir del guión era igual a desastre, que solamente estaba pensando en sí misma y siguiendo unos impulsos contraproducentes. Eso era lo que Damián sabía que tenía que estar pensando. Sin embargo, estaba en shock observándola. No podía creer que tuviera las agallas para hacer algo semejante.—Imagino que es entretenido para ustedes sentirse superiores al resto —continuó la pelinegra—. No me parece que sea lo mejor, porque estoy segura de que esas personas son las mismas que en el día mundial del suicidio comparten imágenes con el hashtag "no estás solo". Solo quiero que sepan que esas acciones son las que llevan a muchos al suicidio. Gracias al cielo, yo tengo a un hombre excelente acompañándome en esto que no me dejó caer ante lo que murmuran o comentan en internet, pero quiero que sepan que por un momento me habían ganado. Quería aprovechar para decirles eso, evitar
Por un lado, al llegar a la casa el sol casi abandonaba el lugar para dejar el paso a la noche. Ambos habían estado en silencio durante la vuelta. Tenían demasiadas cosas en la cabeza como para entablar una conversación decente entre ellos. Por otro lado, Logan había ido tras ellos en su propio vehículo. Si la pareja falsa era una tumba, él era la encarnación del silencio, lo que era muy difícil de conseguir tomando en cuenta lo mucho que disfrutaba hablar. Había estado con el corazón en la boca durante toda la función. Víctor había tenido razón en eso y odiaba tener que admitirlo, pero la cosa se estaba poniendo peligrosa con cada día que pasaba y el tema se ignoraba. Ni siquiera era capaz de reconocer a su hermano menor. Ambos autos estacionaron delante de la entrada de la casa. Ciabel salió con gracia, llevaba un abrigo enorme, cortesía de Celene al ver que estaba refrescando. Miró de reojo a Damián, quien, además de estar en silencio, cosa que realmente no le resultaba nueva d
Las palabras extraídas de la boca de Damián fueron como dos dagas directo al pecho. No las había esperado en lo absoluto y, siendo sincera, igualmente se había estado preparando mentalmnete para eso desde que hicieron el trato.—Está… bien —murmuró. Respiró hondo.¿Era esa la razón por la que había estado tan callado entonces? No entendía cómo se conectaba con lo que había hablado durante la entrevista.Se mantuvieron la mirada en silencio, hasta que el castaño rompió el contacto visual y salió completamente del cuarto.—Vamos a caminar —indicó por lo bajo. Por un instante, creyó que iban a dirigirse al ascensor y luego a la hermosa terraza en la que había tenido lugar ese beso tan intenso que había logrado, de alguna manera, traspasar las barreras que ella misma se había impuesto luego del martirio sufrido con Víctor. Damián era diferente.En su lugar, fue directo a las escaleras cuesta abajo. Lo siguió en silencio y respetando su espacio. Era entendible, tenía algo que decirle y es
Ciabel tomó aire.—¿De la secundaria? —repitió. Arrugó la frente, pensativa.¿Qué recordaba ella de la secundaria? Para ser honesta, una cantidad escasa de cosas, generalmente relacionadas con su pareja de ese entonces y las amigas que ya no había vuelto a ver.Era normal, ¿no? Habían pasado varios años desde entonces. Su memoria era un fiasco.—No demasiado —admitió—. No sé cómo nos conocíamos, no puedo recordar por mucho que lo intente. Lo único que recuerdo era estar con mi novio de ese entonces y un par de amigas. No más. —Comenzó a jugar con sus manos, señal de nerviosismo. Tenía tantas lagunas mentales que era un poco inquietante.Damián respiró hondo.—Tú y yo éramos buenos amigos, al menos al principio y... —¿Cómo nos conocimos? —Se adelantó a preguntar. Estaba muriendo de curiosidad. De verdad quería saber lo que estaba sucediendo.Él se rascó la nuca y tomó una respiración profunda.—Fue por causa de tu novio. Yo... bueno, era conocido en el instituto por haber ingresado g
—Por eso mi madre te odia —continuó en voz baja. Volvió a ver hacia adelante—. Tal vez no contribuiste directamente antes, pero sin duda yo creí en ti y te confié cosas de mí que jamás debí. Años recibiendo insultos por la cosa más mínima, pero ese en específico fue un infierno. Ya no resistí. ¿Sabes lo que pasa cuando intentan quebrarte una y otra vez? Te derrumbas. Mi madre me encontró al borde de la muerte, ¿sabes? Por eso no pudo ser buena contigo, no cuando te abrió las puertas de nuestra casa y no cuando fuiste una de las involucradas en eso. Pero ¿sabes qué es lo peor? Que ni siquiera podías recordarlo. Las náuseas estaban presentes. Quería irse, huir, salir corriendo. Tenía razón. Mierda, él estaba en lo cierto. Si todo eso que le estaba contando era verdad, no podía simplemente olvidarlo. Sería el colmo. Abrió la boca para decir algo, cualquier cosa. La cerró. —No hace falta que digas algo —avisó por su silencio—. Ya no hay nada que decir. Supongo que tenía que haberte dic
El castaño no se había imaginado que esa iba a ser la manera en la que le contaría la verdad, en la que le confesaría el por qué de su actitud. Al mismo tiempo, se preguntaba si lo que había hecho en realidad se trataba de un acto egoísta. Ya que, después de todo, accedió a ese trato para tenerla cerca, pero al final la estaba haciendo sufrir. ¿Siempre supo que la haría sufrir, era eso lo que quería? ¿Herirla?No entendía mucho de sí mismo, pero estaba seguro de que lo menos que buscaba en la vida era lastimarla. Al menos hasta que no sintió nada cuando la vio irse lastimada, herida y consternada. No tuvo deseos de ir tras ella. Sabía que estaba mal y no quiso confrontarla.Asimismo, tampoco estaba sintiendo algo en específico. No hubo satisfacción en esa confesión, ni deseos de una disculpa, ni enojo, ni rabia. Había estado ansioso mientras le contaba todo, pese a que al terminar toda emoción desapareció en menos de un parpadeo. Quizás nunca había dejado de odiarla en secreto. Se h