Al demonio la paz. Era algo exquisito pasar tiempo tranquilo con ella. Sin embargo, aunque se había resistido, la cosa se estaba poniendo muy difícil.En especial, debido a que después de darle una mordida juguetona, la desgraciada se había movido sobre él con un movimiento circular y lento que activó todos los sentidos del magnate. Sus grandes manos bajaron a los muslos de la chica y los acariciaron a palma abierta. Rio un poco, ronco.—¿Recuerdas cómo te hice venir el otro día? —susurró. Con sus pulgares rozó su entrepierna al recorrer sus muslos internos. Se sintió poderoso al escuchar la manera en que poco a poco la respiración de la princesa se agitaba bajo su poder. —Por favor —susurró.Apretaba sus piernas en un intento de estimular, cosa que no pasó desapercibida por el jefe. La tomó de las rodillas y de a poco la abrió de piernas. —Me gustaría seguir —dijo en voz baja—. Olvidé los preservativos. Debo comprar más. —Le dio un casto beso en el cuello—. Sin embargo... Un esca
Las mañanas de Logan eran tranquilas. La casa antigua que había conseguido le resultaba acogedora y la luz del sol se colaba por la ventana. Además, el olor a la vegetación del jardín producía sosiego. Era un hombre sencillo, pero solo cuando despertaba.Nadie más que Damián sabía la clase de monstruo en el que se podía convertir cuando de defender a sus clientes se trataba, a los cuales elegía con pinzas, por cierto. No había juicio que perdiera, ni cliente que quisiera contratar sus servicios. Tenía fama de abogado del diablo, pero en realidad se trataba más bien de su contrincante si tenemos en cuenta sus principios. No era un ángel, por supuesto, era un desgraciado que lograba de desgracias. Esas eran razones suficientes para caminar relajado y descalzo por la casa. Se estaba dirigiendo en bata hacia la cocina y al cruzar por la sala toda esa tranquilidad desapareció. Otro pelirrojo un poco más joven que él estaba sentado en el sillón de brazos cruzados. Tenía un libro en sus m
Había pasado el tiempo y por fin era el día de esa fatídica entrevista, personalmente seleccionada por Celene. Cabía recalcar lo fascinada que había quedado la recién nombrada desde el primer momento en que había visto las fotografías que subió Damián a su perfil. Había sido un acto arriesgado, pero necesario después del malentendido que había ocurrido con Clarissa.Esa semana se habían enfocado en ensayar lo más posible. Ciabel no podía negar lo nerviosa que estaba, después de todo, debía quedar a la altura de alguien criado en una de las mejores familias de Gran Bretaña. La elegancia era algo que no podía faltar y la tenía, innata, por cierto. Sin embargo, la dificultad radica en que si bien hubo un tiempo en el que la familia suya había tenido el dinero suficiente, desde pequeña había sido criada en una casa negligente que no tenía conocimientos sobre etiqueta, solo aparentaba tenerlos. Le costaba recordar cada una de las reglas que le indicaba Celene una y otra vez y parecía que
Logan no daba más de los nervios. Se había mostrado delante de su hermano como el hombre más seguro del mundo y a quien no le importaba que amenacen a sus amigos de muerte. Se supone que no debía creer en las palabras de un tipo como Víctor, pero lo peor es que lo hacía porque sabía que era capaz. Podía ser un bruto, mas no daba el brazo a torcer cuando quería algo. Eso lo estaba dejando desquiciado.Para colmo, era el día de la maldita entrevista de la que Damián se había quejado abiertamente y en la que la nueva pareja estaría expuesta a un montón de desconocidos durante una hora, si no es que más tiempo.Si Víctor lo sabía o no, no estaba al tanto. Si planeaba hacer un movimiento ese día, tampoco estaba seguro. No obstante, alertar al castaño solo lo haría cancelar la entrevista, lo que no era una mala idea, pero al final la terminaría posponiendo para más adelante y el resultado podía llegar a ser el mismo independientemente de la fecha en que suceda.Su hermano menor estaba decid
El momento más esperado y temido del día había llegado y Ciabel apenas acababa de caer en cuenta de eso, justo en el camerino mientras era maquillada por profesionales siguiendo las instrucciones de Celene. Esta última también estaba tan acelerada como se encontraba la pelinegra. Por primera vez en toda la tarde, la vio sentarse a observar cómo hacían su maquillaje.—¿Estás bien, Cía? —inquirió divertida—Parece que vas a vomitar en cualquier momento.Arrugó la nariz.—Creo que lo estoy —intentó reconocer con una ligera sonrisa—. Eso espero, al menos. No quisiera estar equivocada. —Rio con nerviosismo y suspiró profundamente.—¿Es la primera vez que estás delante de las cámaras, no es así? —curioseó. Era extraño que no le hubiese hecho esa pregunta mucho antes. Después de todo, era la primera vez que entablaba una conversación que no tuviera que ver con perfeccionar su actuación.—Es la primera vez, sí —respondió con una ligera sonrisa y respiró hondo—. No voy a mentirte, estoy ater
Si bien Damián estaba acostumbrado a los shows, a las entrevistas, y por ende, a la exposición y las críticas, estaba preocupado por esa entrevista en particular por nada más y nada menos que Ciabel.Los dos habían puesto mucho de sí para estar listos ante este espectáculo. Le preocupaba que al salir mal, su prometida se sintiera inútil. Después de todo, había expresado claramente que no sentía que aportaba mucho para el contrato. Damián no lo veía así, pero la entendía.Él era tan crítico con sí mismo como lo era ella. Por un instante, mientras se arreglaba y un maquillador le daba ligeros toques de maquillaje para hacerlo ver aún mejor frente a la cámara y que las luces del escenario no opaquen su rostro, tuvo curiosidad de cómo fue la vida de Ciabel como para no terminar siendo la reina de la pasarela como parecía serlo en los viejos tiempos. Durante la secundaria, la pudo imaginar yendo a miles de entrevistas hablando de su vida y su éxito como modelo. No obstante, esas cosas hab
Cuando una persona observa la perspectiva desde lejos, la vida de los famosos no parece realmente complicada. Ciabel recordó las veces que había visto ese mismo show cuando era más joven y lo despreocupado que se sentía todo. Los chismes eran entretenidos y los datos serios eran atrapantes. Siempre se había preguntado qué se sentía estar del otro lado de la pantalla. Ahora lo estaba. Los reflectores, las cámaras, el público y los presentadores estaban delante de ambos. No sentía emoción, ni poder. Sencillamente, era como estar caminando en una cornisa. Atribuyó esto al hecho de que era una novata.—Entonces...Habló la presentadora con una flamante sonrisa y se acomodó de modo que observaba a ambos.Al mismo tiempo, los dos tomaron asiento en el sofá grande. El castaño se recostó cómodamente en este y Ciabel se sentó a su lado, sin llegar a tener la tranquilidad necesaria para poder estar tan relajada como él. Sin embargo, se apoyó en su hombro y tomó la mano de él entrelazando los
El silencio se apoderó del lugar más rápido de lo que lo habían hecho las palabras de Ciabel.Cualquiera pensaría que salir del guión era igual a desastre, que solamente estaba pensando en sí misma y siguiendo unos impulsos contraproducentes. Eso era lo que Damián sabía que tenía que estar pensando. Sin embargo, estaba en shock observándola. No podía creer que tuviera las agallas para hacer algo semejante.—Imagino que es entretenido para ustedes sentirse superiores al resto —continuó la pelinegra—. No me parece que sea lo mejor, porque estoy segura de que esas personas son las mismas que en el día mundial del suicidio comparten imágenes con el hashtag "no estás solo". Solo quiero que sepan que esas acciones son las que llevan a muchos al suicidio. Gracias al cielo, yo tengo a un hombre excelente acompañándome en esto que no me dejó caer ante lo que murmuran o comentan en internet, pero quiero que sepan que por un momento me habían ganado. Quería aprovechar para decirles eso, evitar