Capítulo 81

Astrid guarda las cosas en la caja y lo vuelve a llevar a la habitación, tomo una gran bocanada de aire y la sostengo por un rato, tratando de tranquilizarme, pero es obvio que me va a costar mucho trabajo, en especial porque mi hermano me está desafiando de forma descarada. Parece ser que Mateo quiere sufrir en carne propia de lo que soy capaz.

Durante todo el sábado estuvimos muy tranquilos, me siento muy aliviado de tener un día bastante tranquilo hasta la noche, que es cuando las cosas cambian de forma drástica. Para el domino, Tris y yo nos quedamos en el cuarto, ella está haciendo unas tareas mientras yo leo un libro, a ninguno de los dos nos apetece salir y me siento aliviado de que ella no sea una mujer de antros ni fiestas de fines de semana. Nuestra paz se ve interrumpida por el sonido de mi celular, busco el aparato con mi mano sin apartar la vista de mi lectura, apenas lo tocan mis dedos, lo acerco a mi oído al tiempo que contesto la llamada.

Al otro lado escucho la voz de
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